LA VUELTA AL MUNDO EN TIEMPOS DE CORONAVIRUS: Días 13 y 14 de marzo

DÍA 13 DE MARZO

PEDRO NAVAJAS

Hasta las 13h no partía nuestro tren a Irkutsk, así que decidimos ir a ver un par de cosillas que nos quedaron pendientes del día anterior: La Catedral y el Mercado. Además podríamos desayunar en un restaurante muy cerca, que estaba recomendado por su cocina local.

El día había salido soleado, por lo que los 5-6 grados bajo cero no se notaban especialmente. De las tres cosas, destacar el desayuno, puesto que mercados e iglesias similares ya hemos visto unos cuantos.

Al igual que los últimos días, las informaciones respecto a los países que prohibían la entrada de españoles aumentaban y variaban. De momento lo único seguro es que teníamos billete de avión a Bangkok, por lo que nuestra confianza se concentraba en que no variasen nuestras posibilidades de entrar en Tailandia. Lo demás, ya veríamos.

Llegamos a la estación de trenes con tiempo suficiente, puesto que ya habíamos comprobado que tanto en el Metro como en la estación de trenes, todo el que lleva mochila o maleta tiene que pasar por los controles pertinentes. Pasamos sin problemas.

Ya instalados en la cabina vimos que teníamos dos compañeros de viaje. Esta vez no íbamos a dormir solos. Muy amables se presentaron e intercambiamos algunas palabras. Lo único entendible fue: “Atlethic de Bilbao”, que dijo uno de ellos (el más voluminoso) cuando me señalé y dije “Bilbao” (yo Tarzán, tú Jane). Luego añadió: “Barcelona” y señaló con el pulgar hacia arriba. Creo que no terminó de identificar Bilbao como la capital del mundo y yo no estaba para dar explicaciones.

El otro compañero de cabina, muy amable y agradable también, nos deslumbraba con los destellos de su diente de oro cada vez que sonreía. Al igual que el protagonista de “Pedro Navajas”, la enorme canción de Rubén Blades.

Nos hicimos entender como pudimos a través del traductor de Google, con la señora que atendía el vagón. También recibimos ayuda de la chica de la pareja de la cabina de al lado, puesto que hablaba ruso. Luego descubrimos que él era austriaco y ella lituana.

Nosotros comimos en el vagón restaurante por indicación de la responsable de nuestro vagón. Yo creo que le caímos bien, porque habíamos estado intercambiando algunos comentarios a través del traductor. Sentados al lado estaba la pareja austriaco-lituana y enseguida se sentaron con nosotros. Estuvieron un buen rato hablando con Hasier. Yo, que entendía lo justo, me dediqué a la fotografía y a aprovechar el rato para poner al día el diario del viaje. Daba gusto mirar por la ventanilla. Desde la tarde anterior teníamos una luz primaveral perfecta con el cielo totalmente despejado. Seguro que las fotos iban a coger otro tono más… vivo que el de días anteriores.

Apareció de repente “Pedro Navajas” pidiendo, muy sonriente, dinero para beber. Nosotros no entendimos lo que decía, pero los de la pareja le dijeron muy serios que no. ¡Uf! Y le teníamos alojado en la litera de arriba. Como que se me enpezó a parecer un poco al verdadero protagonista de la canción. La señora responsable del restaurante se lamentó de que por una persona así los turistas se puedan llevar una imagen equivocada del país. Y tenía razón, claro.

A la hora de la cena Volvimos al restaurante. Con el traductor le pedí una “cerveza rusa” y me la dio con una sonrisa. Íbamos avanzando en el hermanamiento de Euskadi con Rusia. 

Y ya no quedaba más que rezar para que no quebrase la litera de arriba donde le tocaba dormir al ruso “voluminoso” y que a “Pedro Navajas” no le diese el “delirium tremens”. Podría ser bastante peor que el coronavirus.













DÍA 14 DE MARZO

SOY MINERO

Una de nuestras actuales preocupaciones es, llegado el momento, poder demostrar que llevamos fuera de España más de 14 días. En principio no sería complicado con billetes de tren y reservas de hoteles, pero sabemos que prioritariamente van a mirar los sellos del pasaporte de los países que nos registran a la entrada, y el primero que tenemos registrado es el de entrada en Ucrania, que fue el 6 de marzo, por lo que corremos cierto peligro por lo menos hasta el 20 de marzo. Y eso si las cosas no empeoran más aún (que es lo que parece) y nos volvemos todos locos.

Dormimos todo lo bien que se puede dadas las circunstancias sin ningún tipo de incidente con los vecinos. Y al poco de levantarnos, más o menos las 8,30 hora local, el móvil se adelantó automáticamente una hora más. Así que ahora nos separan 7 horas.

Fuimos a desayunar al vagón restaurante e hicimos un poco de tiempo hasta volver al compartimento.

El día iba a ser largo, puesto que hasta las 21 h no llegábamos al destino: Irkutsk, la ciudad rusa más al este que íbamos a visitar.

La ventanilla ofrecía los mismos paisajes de siempre, bellos y relajantes, pero ya exentos de encanto para la fotografía por repetitivos, aunque siempre aparece algo nuevo por el horizonte. Se notaba que la capa de nieve iba en disminución puesto que los tejados ya se veían totalmente limpios.

El trayecto ruso del Transiberiano va desde Moscú a Vladivostok, ciudad situada en la parte más oriental de Rusia, con puerto en el océano Pacífico. Además es una importante base militar por su posición estratégica. Tarda una semana en hacer todo el recorrido. Nos enteramos que las señoras que están sirviendo las comidas en el restaurante, y entiendo que también el resto de profesionales que atienden del tren, hacen seguidos 4 trayectos de ida y sus correspondientes de vuelta, es decir, dos meses enjaulado en el tren. Y después, en compensacion, tienen 2 meses libres. Nos pareció un trabajo muy duro.

También estuvimos “charlando” un rato con nuestro compañero el “voluminoso”, a través del traductor de Google. Lento, con el teclado del móvil, pero bien. Ha sido jugador de fútbol amateur hasta los 40 años y tiene dos hujos de 20 y 27 años. Una persona muy agradable y se le veía con ganas de hablar. Daba mucha risa porque nos hablaba en ruso, y para que le entendiésemos lo repetía muchas veces. Ya cogido cierto grado de confianza, estuvimos de charla en varios momentos a lo largo del día.

Finalizada la comida en el vagón restaurante, se nos puso a hablar un ruso que estaba comiendo al lado, en un inglés macarrónico infinitamente peor que el mío. Y luego voy con complejos por ahí. Su hijo y su sobrino estaban en China y no podían salir de casa ni para comprar comida. Es minero. Hablamos un buen rato de todo un poco también con el traductor de Google. Le contamos lo de nuestro viaje alrededor del mundo y alucinó un rato. 

Al final se hace un poco duro charlar de esta manera, pero merece la pena el esfuerzo para intentar conocer un poco a la gente de esta parte del mundo.

Entre tanta charla, iba viendo que el paisaje cambiaba varias veces de formato. La nieve hasta llegó a desaparecer casi por completo. Luego ya se recuperó de nuevo, para al final de la etapa, ya llegando a Irkutsk, dejarnos un rastro de charcos, algunas placas de hielo y pequeñas montañas de nieve. En total,  en este trayecto, hemos estado 31,5 h de tren, lo que supone unos 2.000 km.

Estando a punto de finalizar nuestra última etapa asiática (¡no puedo reprimir un doloroso grito de lamento!), redondeamos la cifra de 9.000 km recorridos hasta el momento. Si nos dejan, nos esperan todavía alrededor de 40.000 llenos de emociones.











5 comentarios:

Juan L. Trujillo dijo...

... y nosotros aquí, amarrados al sillón.
Abrazos.

Emilio Manuel dijo...

Como dice Juan, confinados.

Abrazos y buen viaje.

Tracy dijo...

Me hace gracia que el punto de referencia de España sean dos equipos de fútbol y no el coronavirus.

manouche dijo...

Las iglesias encantadores y los companeros de viaje bien nutridos !

Eneko dijo...

El que te está quitando la cartera en la foto....es "Pedro Navaja"????

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