LA FOTO: Puesto de castañas

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APOCALIPSIS ZOMBIE

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Hechos alternativos” es una frase que puso de moda la consejera del ex presidente de los Estados Donald Trump, Kellyanne Conway, para defender una falsedad demostrada.

Hasta aquel momento, pensábamos que los hechos son ciertos o no, pero ¿“alternativos”? Y la bola ha ido creciendo y creciendo, hasta tal punto que hay mucha gente que cree firmemente en los “hechos alternativos”. “Tú crees en la ciencia y yo creo en esto” me ha dicho alguna que otra persona. Alucinado he comprobado que es imposible demostrarles que las “verdades” que defienden no tienen ningún sentido, que son inventos de gente que se aburre mucho por las tardes, después de la siesta. Incluso demostrándoselo con datos incuestionables. Imposible.

Para ellos la ciencia es una cuestión de “creencias”, al igual que quien cree que la Tierra es plana o que existe una conspiración mundial para acabar con la “libertad”. Y lo dicen imperturbables.

Normalmente pensamos que esta gente tiene algún tipo de… carencia y que todo se queda ahí. Seguramente será así. Pero a veces pienso en la posibilidad de que unos perturbados de este tipo (por ejemplo los antivacunas), adquieran un poder inusitado en base a que el resto del personal trague con la retahíla de sus “verdades alternativas”. 

Parece inverosimil, pero con un arsenal parecido de infamias los nazis llegaron al poder. Y no perdamos de vista, que detrás de estos movimientos, siempre están los creadores de confusión informativa: Los neo-nazis del siglo XXI. Y estos han aprendido perfectamente a adaptarse a los tiempos.

 



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LA FOTO: Exposición

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EL SIGLO DE LAS LUCES: “Un vaso es un vaso y un plato es un plato”

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 La Ilustración fue un movimiento intelectual, filosófico y cultural que se desarrolló en Europa durante el siglo XVIII.

Este movimiento afirmaba que "la razón" era la luz que iluminaría el conocimiento humano para sacar a la humanidad de la ignorancia y de esta manera construir un mundo mejor. Por este motivo, el siglo XVIII suele ser llamado el «Siglo de las Luces»”.

Una pista: Aquí, “La Razón”, es el nombre del periódico que más miente y manipula.

Vamos a ver: A este país La Ilustración no ha llegado nunca. Aquí la “razón” sólo se tiene por “huevos”. “¡A mí me vas a decir...!”. Aquí, al menos a la mitad de la población la razón se la trae al pairo. Lo mismo niegan la evidencia científica que aplauden a rabiar al político que afirma que “los agricultores se levantan temprano para ordeñar”. Da igual.

El nivel de razonamiento y de argumentación es de torero defendiendo los toros: “Los toros no sufren”. Si lo sabrán ellos que los matan todos los días (bueno, últimamente ya no les va tan bien).

Razón y patriotismo: Un oximorón. La "Razón" en una persona es inversamente proporcional al nivel de patriotismo (entre otras muchas cosas). Y como en este país el nivel de patriotismo crece a medida que disminuye el tamaño del cerebro, unos troglodita con tara se han cargado las pinturas rupestres del Peñón de la Garganta del Muerto en Solana del Pino (Ciudad Real), pintando encima una bandera española. No podía ser de otra manera.

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¡Viva!

 

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LA FOTO: Puppy

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MIENTEN COMO BELLACOS

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Será que estoy muy sensible, pero la atmósfera política instalada en la continua mentira, me parece asfixiante. No hay una rueda de prensa de la derecha extrema y de la extrema derecha, en la que se diga una sola verdad. Viven por y para la mentira. “Una mentira repetida mil veces se transforma en una verdad” dijo alguien en el pasado. Y lo tienen como lema. Precisamente ayer hablaba acertadamente de este tema en su blog mi amigo Emilio Manuel.

Los que saben de "fake news" afirman que no se trata de que te creas las mentiras, las medias verdades o las verdades “alternativas”, que decía Trump (¡manda huevos!), que también, sino de crear tal nivel confusión y desconcierto que la gente renuncie a buscar la verdad. Y en ese momento estamos perdidos.

Sí, todos mienten, pero unos más que otros. Como en todo hay profesionales de la mentira y aficionados. Aquí, entre el PP y VOX, tienen copado el mercado. Yo ya no sé si se creen lo que dicen, en cuyo caso tienen un grave problema psicológico y/o psiquiátrico, o es su forma de entender la política... y la vida.

Dirigentes destacados que podrían hacer tambalearse el mundo, com Trump, Bolsonaro y alguno más, estoy convencido de que pertenecen al primer grupo. Con la calaña de oposición de este país tengo algunas dudas, pero pienso que la mayoría están en el segundo. He dicho la mayoría.

Como quitándole hierro, algunos dicen que al fin y al cabo noticias falsas siempre ha habido. Y es cierto, pero yo creo que al nivel y sofisticación, capacidad de difusión e influencia al que hemos llegado, jamás ha existido.

No descubro nada nuevo si digo que es el mayor peligro que tiene la pobre democracia (pobre, por escasa) que tenemos el privilegio de disfrutar. Todo el mundo lo sabe pero nadie hace nada. Y esto va de mal en peor.

Desde luego, si esto sigue así, de culo y cuesta abajo, los más agoreros van a tener razón y esto no va a acabar nada bien.

¿Solución? En todos los ámbitos de la vida, pero especialmente en la prensa y en la política, la mentira no puede ni puede ni debe salir gratis. Y no creo que sea imposible legislarlo. Hace falta voluntad.



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LA FOTO: Tiro de tres

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FÁBRICA DE ANTIVACUNAS

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Una de las cosas peores que te pueden pasar es interiorizar, tomar totalmente conciencia, de que los que nos gobiernan son lo más incompetente de la sociedad. Que hemos puesto nuestra confianza, nuestra vida y nuestros anhelos en manos de los peores gestores, incluso a sabiendas de que el resto de los candidatos a gobernarnos posiblemente no lo haría mejor.

Como atenuante podemos pensar que no somos los únicos y que en todos los países cuecen el mismo tipo de "habas".

"Es el mercado amigos".

Y no es algo puntual, es algo que se ha venido deteriorando a marchas forzadas durante décadas. Lejos de mejorar, la política sólo ha empeorado día a día, mes a mes, año a año. Se ha ido prostituyendo a tal ritmo, que muchos todavía recordamos aquel momento de alegre ingenuidad que supuso el cambio de régimen.

Y si buscamos un momento de nuestra historia donde la ineptitud de nuestros gobernantes brille hasta deslumbrarnos (todavía estoy digiriendo la era Rajoy), es en los más difíciles, como una crisis o... una Pandemia, esta Pandemia, cuando se hace verdaderamente trágica.

Pero la triste realidad es que a la gente les importa un huevo.

Y así vamos dando bandazos de un lado a otro, sin rumbo conocido, sumando muertos y decisiones cada vez más rocambolescas, de los que nadie se hace responsable.

Ahí tenemos ilustres ejemplos de cómo se puede conducir un país con el culo, como si fuese un auto de choque en una feria: Trump, Bolsonaro y… cómo no, el impresentable inglés, que siempre parece que se acaba de levantarse de la cama, el rey de la fiesta y del Brexit.

Y ni pestañean, oye.

Y no, ¿Cómo me voy a dejar atrás el guirigay que tenemos montado aquí? Si es que más inútiles no pueden ser.

Y claro, la gente se cabrea, ¿y qué hace? Dejarse arrastrar por otra cuadrilla de imbéciles que rápidamente han aprendido cómo se puede vivir del cuento sin pegar un palo al agua. Sólo hace falta manejar medianamente bien las redes sociales y no tener escrúpulos. Y venga, a triunfar.

Menos mal, que siempre nos quedará el humor.

Y que no falte.


 


 

 

 

 

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