LA FOTO: Colores de otoño

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LA INVASIÓN DE LOS LADRONES DE CUERPOS

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Había miedo de que las mafias organizadas robasen alguno de esos preciados cargamentos de vacunas que nos iban a salvar el futuro, Y por eso se veía a lo lejos un gran despliegue de vehículos de la Guardia Civil, Policía Nacional, Policías Autonómicas…, escoltando a los enormes camiones y furgonetas que habían recogido ese ansiado tesoro desde los estómagos de impresionantes aviones.

Pero los ladrones no estaban ahí afuera pasando frío, estaban dentro, prestos en sus enormes y confortables despachos con la camisa arremangada, habiendo dado las órdenes con máxima precisión y claridad: En cuanto llegue la vacuna, ¡y ya os podéis ir dando prisa!, yo el primero.

Les había faltado tiempo a muchos de los políticos y altos cargos de diferentes colores y linajes, a altos cargos militares y demás calaña pisa-moquetas, de saltarse todos los protocolos para ponerse los primeros de la fila. Y cómo no, el Clero. Ahí estaba el obispo de Mallorca saltándose la cola. Porque claro, la inmensa mayoría, con las edades que tienen, tampoco es que necesiten hacer trampas, son colectivo de riesgo sí o sí.

Daba grima oír sus obscenos argumentos para justificar lo injustificable. Nos toman por retrasados mentales y lo peor de todo es que nosotros nos comportamos como tal. Nos la cuelan una y otra vez y… nada.

Y luego la ineptitud de los que están gestionando esta pandemia. Es cierto, siempre se puede hacer peor, pero en este país siempre estamos al límite. había que oír al Consejero de Sanidad de Andalucía hablar del "culillo" que quedaba en el frasco de la vacuna. ¿Pero en manos de quién estamos?

Terrible. Y es que a nada que analices un poco el perfil de los susodichos sinvergüenzas, te encuentras con que son los que, envueltos en enormes banderas, son de misa diaria.

Insisto una vez más: Esto no tiene arreglo.

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LA FOTO: Volando voy

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¡A MI ME GUSTA CAMELA!

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El otro día hablábamos de lo bueno que sería que los humanos copiásemos el comportamiento de los búfalos, cuya manada siempre se mueve a la velocidad que lo hace el búfalo más lento. Me parecía un buen ejemplo a seguir para no dejar a nadie atrás. Eso no va a suceder, ya lo dijimos.


Mientras escribía aquella reflexión, se me ocurría que existe otra manera de igualarnos, y esta vez los políticos se esfuerzan mogollón en conseguirlo: La Cultura. Pero por la parte más básica, qué digo básica, por la parte donde ni siquiera existe. Por ahí sí que interesa que nos igualemos todos, es decir, cuanta más ignorancia e incultura mejor para el sistema, mejor para los que viven de la mentira y la credulidad. Y me acordaba cuando en plenas elecciones generales, el que fue presidente de Extremadura dijo aquella famosa frase de: “A mi me gusta Camela”, despreciando a continuación otros estilos musicales.


No intentaba parecer culto (tampoco lo tenía fácil, hay cosas que no siendo político se pueden disimular), todo lo contrario, porque para eso habría dicho que le gusta la música clásica. Lo que trataba es de identificarse con las grandes masas, eso público mayoritario y poco exigente en cualquier cosa que huela a Cultura. Y ¿qué mejor que Camela, estandarte de la cultura "poligonera"?


Es tremendamente triste pero cuando buscamos algo que nos una e identifique a la gran mayoría siempre hay que tirar por la parte más básica. Nada de reflexión, nada de hacer pensar al personal. Como cuando todo el Planeta terminó bailanda la Macarena. ¡Un temazo!


Estrictamente hablando es ir a la velocidad del más lento, no cabe duda.

 

¿Cultura? Hay datos que no varían década tras década y es que “cuatro de cada diez españoles no leen nunca”. Y del resto… “A mi me gusta mucho leer, yo leo siempre el MARCA y mi mujer el HOLA”. 


“A mi me gusta Camela” me martillea el cerebro una y otra vez.


Podría haber dicho que le gustaba Morente, Camarón, Paco de Lucía… mostrando orgullo por aquellos que han engrandecido el género (si es que lo de Camela tiene género). La de verdad quiero decir. Habría quedado bien. Habría lanzado un mensaje de amor y respeto a la Cultura, animando a la ciudadanía a crecer personal y socialmente.


¡Qué iluso!

Pero lo realmente deprimente es que haya buscado mínimo común denominador por lo más chabacano, por donde la más mínima calidad musical brilla por su ausencia.


Seré un triquismiquis, pero esto es, directa y sin tapujos, una alabanza de la ignorancia. En realidad, es lo que siempre ha hecho la derechona de este país. Cuanto más ignorante, más fácil de manipular. Eso se estudia en el primer curso de Terrateniente Latifundista, tan dueños y señores de ese país, por cierto.


Por mi parte, desde este humilde espacio, un sincero y fuerte aplauso a la gente que hace cultura, cultura de verdad, cultura que nos hace sentir y crecer como personas. Cultura que ha hecho todo para que este mundo sea todo lo bueno que pueda ser.

Sin cultura no hay vida.

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LA FOTO: Tangram

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EL BÚFALO MÁS LENTO

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Buffalo man, parece que le llamaban al tipo ese de los cuernos que parece que lideraba a los salvadores de la patria que invadieron el Capitolio en Washington. Impresionante. Y 2021 no ha hecho más que empezar.

Pero hoy pretendía hablar de otro tipo de búfalos.

En varias ocasiones he leído por ahí, que “una manada de búfalos sólo se mueve tan rápido como se mueve el búfalo más lento”. Me gusta trasladar esta idea al mundo humano y pensar que el desarrollo y el avance técnico podrían ir un poco (mucho) más lentos, esperando y dando cobertura entre todos a los más tardos de la manada. Pero no es así. Ahora, con el desastre económico que está produciendo el COVID, mientras unos pocos se “forran” más que nunca, millones de personas se están añadiendo a las ya saturadas “colas del hambre”.

El Presidente del Gobierno no pierde ocasión para decir que “no se va a dejar a nadie atrás”, pero eso es mentira y él lo sabe. La brecha se agranda, las cifras dan escalofríos: En España el 20% de la población está en riesgo de pobreza, de los cuales 2,5 millones sufren pobreza severa. Y esto ha ido a más desde siempre, lo que pasa que desde la crisis del 2008 la cosa se ha desmadrado. El otro día leía que en EE.UU. Hay 50 millones de pobres. EE.UU., la primera potencia mundial, con una población de 330 millones de personas.

Creo que sería muy deseable que una sociedad avance al ritmo del más lento de la manda, como los búfalos. Viviríamos sin tanto pero viviríamos mejor. Sería señal de sabiduría y de humanidad, pero todos sabemos que eso es impensable. Es más, la mayoría no estaría en absoluto de acuerdo. El sistema económico ha demostrado por activa y por pasiva que es indestructible e irreformable, y cuando se han podido hacer cambios siempre ha sido para dar más oportunidades a la acumulación de riqueza y al crecimiento de la pobreza. Vamos desbocados hacia ninguna parte sin importarnos una mierda.

Ojalá me equivoque, pero la ausencia de esperanza se palpa por todas partes, y cuando no se puede tener ni esperanza, ¿Qué sucede? Que los fascismos comienzan a asomar la cresta por todos los lados.

Y a colación de esto último, finalmente se me ocurre una pregunta: El final de Trump y la forma tan indigna como se ha producido,¿será el fin del "trumpismo" o sólo el primer escalón de una desconcertante deriva?

Veremos.

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PREGÚNTATE QUÉ PUEDES HACER TÚ POR 2021

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No preguntes qué puede hacer 2021 por tí, pregúntate qué puedes hacer tú por 2021.

Reinterpreto la famosa cita de John F. Kennedy, que venía a decir: “No preguntes qué puede hacer tu país por ti, sino qué puedes hacer tú por tu país”.

No sé vosotros, pero yo estoy un pelín harto de oír buenos deseos para el año entrante. Harto de que nadie haga nada por cumplirlos, como si la solución de nuestros males estuviese en manos de esos 4 números. Y no me refiero a todo eso del gimnasio y el inglés, me refiero a hacer algo para que seamos un poco más felices, para que el mundo sea un poco mejor. Y todo eso sólo puede pasar si nosotros mismos cambiamos y hacemos que algunas cosas cambien, con un pequeño inconveniente: No siempre que lo intentamos lo conseguimos. Y por favor, no le pidamos influencia a algo abstracto para que se solucionen nuestros problemas.

Reconozcámoslo: Cerrar los ojos muy fuerte, muy fuerte y desear algo con mucha energía, no funciona.

Para empezar un consejillo muy sencillo: Olvidemos lo de acumular y tener y pensemos más en compartir y vivir. Bueno, sólo en vivir (y ya es mucho), que no le quiero tocar el bolsillo a nadie.

 

Depende de nosotros, sólo de nosotros. 2021 no va a traer nada que no traigamos nosotros, juntos separados, de manera individual o colectiva. Sólo depende de nosotros.

Este año, como todos los demás, vamos a tener éxitos y fracasos. Seguro que sí. Tanto unos como otros serán fruto de nuestras acciones. Podremos echarle la culpa a los demás, al año tan malo que ha venido, a la pandemia, a la crisis, a los emigrantes (qué fácil es echarles la culpa de lo que sea), a la mala suerte... Siempre hay algo o alguien a quien echar la culpa de nuestros males. Decía uno que "cuando todo va mal y el jefe sonríe es que tiene a quién echar la culpa". Pues eso.

Pero al final, el cómo te enfrentas a tus éxitos es una decisión. Puedes reír, llorar, abrazar… quedarte en casa. El cómo te enfrentas a tus fracasos también lo es. Puedes hacer exactamente lo mismo o todo lo contrario. Es una decisión y tú decides.

El otro día vi en la tele a una chica que le había tocado la lotería. Lloraba y reía histéricamente corriendo de un lado a otro diciendo que era una señal del cielo. Podría haber tomado otra actitud, pero no, prefirió esa.

Hay muchas cosas que pasan en general y muchas las que te pasan a tí en particular, pero sólo tú decides cuándo sonreír.

Como decía no sé quién: Ser feliz es una decisión.

Bueno, pues eso: Demos un paso al frente y hagamos 2021, construyamos 2021. No vayamos a esperar a que se haga solo o peor aún, que nos lo hagan los demás.

Ale, a trabajar.

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