LA FOTO: Boya

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ONUS PROBANDI

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El onus probandi (‘carga de la prueba) es una expresión latina que se utiliza en derecho, que viene a decir que «lo normal se entiende que está probado, lo anormal se prueba», es decir, que quien realiza una afirmación tiene la responsabilidad de probar lo que dice. Esto no funciona con la religión.

No es ningún secreto que en nombre de la religión se puede afirmar cualquier fantasía sin necesidad de probar nada y, depende dónde vivas, puedes sufrir la pena capital o ir a la cárcel. Y aquí no ha pasado nada.

En pleno siglo de la ciencia, cuando hablamos de religión la “carga de la prueba” recae en los que no se creen las fantasías del credo de turno: ¿Puedes demostrar que Dios no existe?"

¿Cuál? ¿Zeus?, ¿Hera?, ¿Poseidón?, ¿Ares?, ¿Hermes?... Hefesto, Afrodita, Atenea, Apolo y Artemisa, Hestia, Deméter, Dioniso, Hades, Perséfone, Hebe, Asclepio, Eros Heracles… O los escandinavos Balder, Tyr, Bragi, Heimdall, Höðr, Vidar, Váli… ¡Uf! Menudo trabajo. “No sé… pero quizás el que tenga que demostrar algo… seas tú”. Llámame loco.

Pues hay una persona, Fernando Conde Torrens, ingeniero bilbaíno, profesor en la Universidad de La Rioja, que se ha tomado la molestia de intentar demostrar que el Cristianismo es un invento del siglo IV, concretamente, en la época de Constantino, que vio la necesidad de unificar la diversidad de dioses existente en uno sólo.

En su libro novelado “Año 303, inventan el Cristianismo” describe con detalle cómo se fraguó la idea del Cristianismo y cómo se llevó a cabo. Supuestamente se basa en un montón de pruebas que ha ido descubriendo poco a poco y, que de ser ciertas, harían temblar los mismos cimientos de la civilización.

Yo no sé hasta qué punto esta investigación puede ser validada por los expertos, pero sí que se puede afirmar que nada de lo que dice la Biblia se ha podido demostrar. Y nada es NADA.

Como no se ha podido demostrar NADA de las más de 4.200 religiones que se siguen practicando según el filósofo Kennet Shouler, ni de las también innumerables que ya están extinguidas.

Anda que como se termine admitiendo que lo de Constantino es cierto...

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LA FOTO: Azul y verde

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LAS NOTICIAS DE LAS TRES

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Son las 3 de la tarde. Hora de Las Noticias en algunas cadenas de Tv. Esta tan sólo duró unos segundos, acompañada de las terribles imágenes del rescate. Buscando el dramatismo, la angustia y la crudeza, los hacedores de información la estiraron hasta por lo menos los 20 segundos en antena. Si no hubiese sido tan sobrecogedor estoy seguro de que no hubiese dado ningún motivo para emitirla.

Mar encrespado, una lancha se esfuerza en ir rescatando a las numerosas personas desperdigadas a su alrededor, víctimas del enésimo hundimiento de una patera. Una mujer consigue a duras penas subir a bordo mientras grita desesperada una y otra vez ¡I lost my baby! ¡I lost my baby! – ¡He perdido a mi bebé! Se levanta y, angustiada, se lanza hacia el borde de la lancha en busca de su hijo. Nada. Abatida mira a la cámara en un intento vano de que alguien le devuelva a su niño.

Su bebé de 6 meses fue encontrado todavía vivo minutos más tarde, pero no consiguió sobrevivir.

A su lado dos voluntarios del Open Arms suben a bordo a un niño de unos 6-7 años y lo sientan al otro lado del la lancha. Totalmente agotado comienza a vomitar. Todavía no lo sabía pero había perdido a su madre.

Y ahora los deportes”.

 Sergio Ramos ha fallado dos penaltis en le partido...


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LA FOTO: Bruma al caer la tarde

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RESUMIENDO...

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A pesar de que se ha dicho todo lo que se podía decir sobre las elecciones americanas, no podía quitarme de la cabeza este maldito asunto. Y como no quería repetirme como los ajos, me quedo con esta reflexión, que es la que resume perfectamente todo lo que he estado pensando la semana pasada.

 

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LA FOTO: Mal aparcado

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¡VAMOS A MORIR TODOS!

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Es la frase que se suele oír en las películas, con toda la gente histérica, justo antes de que se produzca una estampida. ¿Razón de la estampida? Cualquier cosa que se le haya ocurrido al guionista. Igual que lo que estamos viviendo ahorita mismo.

Últimamente la uso mucho, más que nada porque nos pasamos el día hablando del puñetero coronavirus, de los inútiles que nos gobiernan y de los impresentables que hacen oposición. Que digo yo: ¿Qué culpa tendrá él bicho ese si se lo estamos poniendo a huevo?

Rodeados de polítiquillos del tres al cuarto, no nos queda otra que gritar y salir de estampida o, ya a la desesperada, dirigirnos al que nos gobierna desde los cielos, al único dios que de verdad puede salvarnos. 

¡Sí a tí me refiero, Superman!

¡Oh, todopoderoso e invencible maestro! Gracias al increible e inigualable filósofo, Homer Simpson, he llegado a creer en tí.

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