ME VOY A DAR VUELTA AL MUNDO EN TREN (Un repaso antes de comenzar la aventura) (y VI)

11 comentarios
Enlace al texto anterior

CORONAVIRUS!!! 

Posponer un evento importante cuando está a punto de llegar el momento, causa una especie de alivio que sólo es comparable a cuando en el instituto te cambiaban la fecha de un examen justo el día anterior. Como que te permite volver a relajarte y olvidarte por un tiempo de todo lo que supone embarcarte en una aventura así. Pero la cuestión se complicó cuando por motivos personales y familiares Joseba tuvo que renunciar al viaje. ¿Después de todo lo que había trabajado en el proyecto Iba a tener que abandonarlo ahora?

Afortunadamente la conmoción no duró mucho puesto que mi hijo Hasier confirmó su disposición y sus ganas de hacer el viaje. Además, consultada la empresa donde trabaja le dijeron que podía contar con el permiso de 4 meses. Para mi fue de una alegría inimaginable, porque en realidad había albergado muy pocas esperanzas de que mi hijo pudiese y quisiese hacer el viaje con el "carcamal" de su padre.

Seguí trabajando en el proyecto más ilusionado que nunca: Ver horarios de trenes entre ciudades, decidir estancias en ciudades, climatología por las zonas por donde íbamos a pasar, visados necesarios, precauciones sanitarias… Todo fue a parar a un enorme cuadro Excell que diseñó Hasier al incorporarse al proyecto. No se me da mal la parte tecnológica, pero como dice mi hijo: "Lo haces muy bien para la edad que tienes". Me lo tomo como un halago, como no podía ser de otra manera.

Teníamos toda la información perfectamente ordenada, ya sólo nos faltaba que llegase el día de la partida, cuando de repente apareció… el ¡CORONAVIRUS!



Teníamos comprados varios trayectos de tren, puesto que para conseguir el visado de entrada en China era imprescindible aportar los billetes de entrada y salida del país. Así que con la aparición del COVID-19 nos tuvimos que plantear el pasar o no por China.

Nos costó mucho decidir desviar nuestro recorrido para no pasar por ese país. Estábamos apurando los plazos pensando que en un par de meses el tema podría quedar normalizado. ¡Ilusos! Nos podían más las ganas se seguir el trayecto previsto que asumir la cruda realidad. Varios países del itinerario (Vietnam, Australia, N. Zelanda Y EE.UU.) no tardaron en cerrar fronteras a las personas procedentes de China. Así que finalmente muy a nuestro pesar y después de un par de semanas de dudas, rehicimos el viaje saltandonos China.

Y aquí estamos a las vísperas de la partida a la gran aventura. Cuanto más se acerca el día, más tensión, más incertidumbre, más...

La maleta ya lleva hecho a unos días: Una maleta de cabina con lo justo y necesario. Mirentras pasan lentamente las horas que faltan, la repaso una y otra vez para que no se me olvide nada.

A las 5 de la mañana del día 1 salgo hacia Hendaya para coger el tren de alta velocidad a París. Allí me encontraré con Hasier.

Os iré contando.


Leer más...

ME VOY A DAR VUELTA AL MUNDO EN TREN (Un repaso antes de comenzar la aventura) (V)

10 comentarios
Enlace al texto anterior

17 PAISES, 60 ETAPAS

Estaba lanzado. Ya hasta me atreví a poner una fecha para la partida: el 1 de marzo de 2019. Me pareció una buena idea porque, en la parte más complicada climatológicamente hablando, Siberia, el invierno estaría tocando a su fin justo en el momento en el que nos iba a tocar pasar por allí. Según los datos que encontré en internet, de día no tendríamos temperaturas más bajas de -10º, lo que me parecía totalmente asumible. En esta parte del mundo estaría llegando la primavera y en la otra el otoño. Salvaríamos las temperaturas extremas. Además, estaríamos de vuelta hacia finales de junio, lo cual me cuadraba bastante bien. No era una fecha cerrada, pero íbamos a ir trabajando bajo esa premisa. Si luego había que hacer cambios, ya se harían.

Y con esta base comencé a dedicarle un poco más de tiempo al itinerario. Sabía que la circunferencia de la Tierra rondaría los 50.000 km. que consultada la Wikipedia se quedaron en 40.091 km. 4 meses, 10.000 km al mes, 2.500 a la semana. No sonaba mal. Pero nuestro viaje no iba a circunvalar nuestro Planeta por el Ecuador, por lo que ya se podía ir pensando en que iban a ser unos cuantos km más. Por otra parte se me presentaba el reto de ir estableciendo etapas buscando un equilibrio entre avanzar lo más posible y no morir encarcelado en un vagón de tren. Trataríamos de buscar etapas haciendo noche en el tren, lo que nos permitiría hacer largas distancias mientras descansásemos.

Ahora bien, a cada noche que durmiésemos en un tren, le tendría que corresponder al menos otra en un hotel decente. Quizá con unos cuantos años menos podría pensar en alojamientos más modestos, pero pasados los 60 hay que cuidarse. Otra cuestión importante era intentar que al final de cada etapa hubiese una ciudad medianamente interesante, tampoco era cuestión de hacer una parada “en medio de la nada”.

Bueno, pues teniendo en cuenta todos estos factores había que meterse en internet y empezar a buscar líneas de tren que pasasen por la ruta prevista. Ver horarios, frecuencias, buscar alternativas cuando no hubiese línea férrea... Un largo trabajo.

Y hablando de la circunferencia de la Tierra, siempre me ha asombrado la capacidad el hombre para medir cosas que a priori parecen imposibles, como la distancia hasta el Sol o hasta Marte. ¿Y los millones de años luz que hay hasta no sé qué lejana galaxia? Increíble ¿verdad? Quizá algo más fácil haya sido conseguir los datos concretos y precisos de nuestro planeta, pero leído cuándo y cómo se hizo esa medición el nivel de asombro sigue siendo muy alto. 

Profundizar en esta curiosidad nos remonta a la antigua Grecia, cuando Eratóstenes de Cirene (276 a. C ​- Alejandría, 194 a. C.) fue la primera persona en calcular la circunferencia de la Tierra de una forma extraordinariamente precisa. Además, pudo haber estimado la distancia desde la Tierra hasta el Sol e ideó intercalar cada cuatro años un día adicional en los calendarios, produciendo el año bisiesto. Creó el primer mapa del mundo, incorporando paralelos y meridianos basados en el conocimiento geográfico disponible de su época. Vamos, un genio. 

Y pensar que sigue habiendo por ahí un grupo de iluminados que siguen afirmando que la Tierra es plana… En fin...

Había costado mucho tiempo y paciencia, pero por fin tenía un primer borrador de itinerario con sus 60 etapas atravesando 17 países. Era la primavera de 2018.

Y fue justo ese verano cuando Joseba se rompió el codo, al caerse de la bici mientras practicaba deporte, lo que nos obligó a retrasar el viaje. El periodo de rehabilitación se iba a alargar hasta enero-febrero de 2019 y ya nos dimos cuenta de que no podíamos arriesgarnos a cerrar fechas en esas circunstancias. La primera intención fue retrasar el viaje hasta el otoño de ese año, pero se juntaron dos circunstancias que nos disuadieron: Primero que por esas fechas se nos iría echando encima el invierno por la zona siberiana y segundo que tendríamos que pasar las navidades fuera de casa. Así que pospusimos el viaje para marzo de 2020.

(Continuará)

Leer más...

ME VOY A DAR VUELTA AL MUNDO EN TREN (Un repaso antes de comenzar la aventura) (IV)

8 comentarios
Enlace al texto anterior

EL ITINERARIO

Como decía el otro día, al principio no me pareció mala idea repetir el itinerario de Phileas Fogg, incluso en algún momento llegué a pensar que el plazo también sería asumible. Sería fantástico emular la hazaña, aunque los medios de transporte no fuesen los mismos. Disfruté mucho releyendo la novela, esta vez mucho más motivado que la primera vez, cuando era un adolescente soñador. 

Me costó renunciar a esta versión del viaje, pero se habían juntado demasiadas circunstancias que me convencieron de su escasa viabilidad: Gran parte del recorrido era en barco y además atravesaba zonas que hoy en día están en conflicto.
Entonces decidí que había que construir un nuevo itinerario.

Empecé por imprimir un mapamundi y otros mapas por continentes. No me costó gran cosa trazar un itinerario general sobre que que podría cerrarse el definitivo: Atravesar Europa hasta Moscú, llegar a Pekín en el Transiberiano y Transmongoliano, bajar hasta la punta sur de Vietnam, saltar en avión hasta Australia y atravesarla, seguir por Nueva Zelanda, nuevo salto en avión hasta Santiago de Chile, subir por la carretera Panamericana hasta Los Ángeles, de aquí a N. York y avión de vuelta. Me gustaba el trazado. 

A partir de aquí todo el mundo opinaba: “¿Y no vas a pasar por África” “¿Y no vas a pasar por la India?” “¿En qué ciudades vas a hacer escala?” “Poco tiempo tienes para quedarte en cada escala”.

Recorrido previsto inicialmente


Tanta pregunta sólo me recordaba que me quedaba mucho trabajo por hacer. Era el momento de buscar compañero o compañeros de viaje.

Me había estado acordando especialmente de mi amigo Joseba, compañero de aventuras cuando nos presentamos juntos a las elecciones municipales de 2015 por una candidatura municipalista, y también compañero en el viaje a Uruguay y Argentina del año pasado. Nos conocimos en aquellas circunstancias y habíamos mantenido una buena relación personal a partir de aquel momento. Además, Joseba es un gran viajero que a lo largo de su vida ha visitado un montón de países y que siempre está dispuesto a coger la maleta y lanzarse a un nuevo viaje. Estaba seguro de que le gustaría la idea. Y así fue, inicialmente se apuntó al viaje e incluso hablamos con unos colegas suyos, también viajeros empedernidos, que inicialmente recibieron la idea con más frialdad, pero que no dijeron que no.

En aquel momento a mi hijo también se le pusieron los dientes largos. Por aquel entonces llevaba unos pocos años trabajando en Londres, y me dijo: "Aita, si me esperas un año seguramente me podré ir vosotros". No se atrevía a pedir un permiso de 4 meses con tan poca trayectoria en la empresa, pero pensaba que un poco más adelante podría conseguirlo.

Para mi fue una alegría comprobar que Hasier se vendría con nosotros, pero la realidad es que esperar un año es un periodo demasiado largo donde pasan muchas cosas que podrían arruinar el viaje. Después de tanto esfuerzo no me podía arriesgar a quedarme en casa.

(Continuará)


Leer más...

ME VOY A DAR VUELTA AL MUNDO EN TREN (Un repaso antes de comenzar la aventura (III)

10 comentarios
Enlace al texto anterior 

MUCHAS PREGUNTAS POCAS RESPUESTAS 

Y llegó un momento en el que había hablado del tema con tanta gente y con tanta frecuencia que cada vez que coincidía con alguien que no había visto hacía tiempo, lo primero que me preguntaba era por el viaje, con lo cual empezaba a pensar que ya no me podía echar atrás. Me dije: “Tienes que tomar una decisión, no puedes seguir hablando del viaje si es que no lo vas a a hacer”. Y es en ese momento en el que se te empiezan a acumular las dudas. ¿Qué clase de viaje quiero hacer? ¿Sólo o acompañado? ¿Con quién? ¿Ya habrá alguien conocido que quiera hacer un viaje así? ¿Sería capaz de irme con alguien desconocido? ¿Me voy nada más jubilarme o espero a que se jubile también mi mujer? Y ¿qué recorrido pretendo hacer? ¿Durante cuánto tiempo? ¿Qué cuesta un viaje así?

Fue un momento difícil, porque mientras se acumulaban las preguntas, las respuestas no brotaban solas de la nada y eso hacía decaer el ánimo, lo que me situaba en la realidad de las dificultades de llevar a cabo un proyecto así. Había dado tres pasitos para encarar el proyecto (idea, cuenta de ahorro y “nivelito” de inglés), los más fáciles, pero quedaba toda una maratón antes siquiera de comprar el primer billete de tren.

Era el momento de tomar la siguiente decisión: Me iría nada más jubilarme. Había conseguido pactar con la empresa un “contrato relevo”, física y mentalmente me encontraba fuerte, así que no iba a esperar más tiempo. “¿Y no vas a esperar a que se jubile tu mujer?” Me preguntaban algunos. No, y había varias razones. La primera y más importante es que ninguno de los dos hablamos inglés, y sabemos que un viaje así los dos solos, no seríamos capaces de afrontarlo. Por otra parte, a mi mujer le quedaban todavía varios años de trabajo así que, si no íbamos a hacer este viaje juntos, mejor lo hacía yo ahora y ya organizaríamos otros juntos cuando llegase el momento.

Lo siguiente en importancia entonces era buscar compañero o compañeros de viaje. Evidentemente sólo no me iba a ir. Si veía dificultades para ir solo con mi mujer, más imposible me parecía ir yo solo. El momento de la partida todavía estaba lejos, pero era consciente de que no me sobraba tiempo, pero sí que tenía margen suficiente para ir tanteando al entorno cercano y no tan cercano para ver si conseguía ilusionar a alguien con el proyecto.


Claro, que puestos a pensar en el tema, ¿quién iba a tener disposición y dinero para meterse en un viaje así? Además, y sin haber ahondando en el proyecto, había empezado a estimar una duración de 4 meses. ¿Habría algún conocido con tanta disponibilidad? Porque claro, todo el mundo hacía preguntas y eso de la duración era una de las obligadas. ¡Uf! Cuatro meses fuera de casa. Demasiado tiempo. No mucha gente quiere o puede.

Además esto no estaba pensado para que una agencia me organizase el viaje, que seguramente las habrá, ese no era mi viaje evidentemente. Yo estaba pensando en Julio Verne. Y si Julio Verne había planteado el reto en 80 días, yo necesitaría algo más de tiempo. Y que conste que hubo algún momento en el que me pareció una idea interesante lo de repetir itinerario y plazo.

Pero tampoco era una apuesta para hacer el viaje en un plazo ajustado, yo contaba con un pequeño margen de error por eso de que previsiblemente surgirían montones de incidentes, y a la vez estaba pensando en un viaje algo más sosegado y limitado a un periodo de tiempo “razonable”. Y para ponerle plazo a ese periodo “razonable” me pareció buena idea limitarlo a 4 meses. No sé, valoraba todos los pros y contras y me pareció que podría valer. Y ya cuando profundizase en el tema vería si había que pensar en otros plazos.

Y volvía la pregunta más difícil: ¿Quién iba a querer estar fuera de casa 4 meses gastándose un importante presupuesto?

Ya con estas premisas, me asustaba pensar que no habría nadie interesado. Sería el fin del proyecto. Aún así, también pensaba que tendría que ofrecer a los posibles candidatos algo más que les indicase que el proyecto iba en serio y el modelo de viaje que pretendía, lo que me llevó a dar el siguiente paso: Analizar itinerarios posibles. Y ya que la referencia de las referencias era “La Vuelta al Mundo en 80 días”, me releí el libro y tracé el itinerario que Phileas Fogg había seguido durante su aventura.

(Continuará) 

Leer más...

ME VOY A DAR VUELTA AL MUNDO EN TREN (Un repaso antes de comenzar la aventura (II)

12 comentarios
  Enlace al texto anterior.

¿UN VIAJE INICIÁTICO?

¿Podríamos  hablar de este viaje como un viaje iniciático? No quiero ser tan pretencioso, pero me encantaría que fuese así. 

¿Pero qué es un viaje iniciático? Un viaje iniciático, según la Wikipedia, “es una historia, una experiencia, en la que un individuo se encuentra en situaciones hostiles o adversas que harán que su personalidad cambie, viendo modificado su carácter, espíritu o experiencia para lograr una mejora en su persona, después de lograr superar una serie de situaciones difíciles”. 

La literatura universal posee numerosos ejemplos, de los que La Odisea de Homero puede que sea uno de los primeros viajes iniciáticos de la historia. 

¿Y “El Quijote”? Lo nombro porque recientemente lo he escuchado en un audiolibro que me ha  parecido fascinante. Pues sí, también es un maravilloso viaje iniciático. Y mucho más cercanas, y ligadas al cine, están las famosas “road movie”, de las cuales tenemos innumerables obras maestras. Por poner un ejemplo se me ocurre la apasionante “Thelma & Louise”. O la encantadora “Cuando Harry conoció a Sally”.
¿Recordáis la cita de Henry Miller que recogía el otro día?: “Nuestro destino de viaje nunca es un lugar, sino una nueva forma de ver las cosas”. Exacto.

Total, que de tanto repetírmelo, de repetirlo, me terminé creyendo que este viaje era posible, puesto que me vi abriendo una cuenta para ir acumulando algo de “parné” que amortiguase el importante desembolso que iba a suponer. Ya había dado un paso importante: El primero, que es el que señala el punto de partida, el inicial de los otros muchos que hay que dar para, llegado el momento, hacer una maleta ligera, con los contenidos bien pensados y terminar cogiendo el primer tren que me lleve a cubrir la primera etapa.

Tenía una idea y una cuenta de ahorro. No parecían los pasos más terriblemente difíciles, así que ahí estaba con mi ilusión avanzando a cámara lenta, insuflando una pizca de credibilidad a una idea camino de ser proyecto. Bueno, por lo menos iba a generar unos pequeños ahorros que en el peor de los casos me servirían para darme un “caprichito”.

El tiempo pasa inexorablemente con sus más y sus menos y por el camino vas teniendo otras experiencias y otros sentimientos que se van entrecruzando y que, en muchas ocasiones te hacen perder de vista aquello que pensabas y anhelabas tan sólo hace unos pocos años. Y como no siempre vas a estar hablando del viaje de tu vida, las cosas se relajan y se medio olvidan. Así que, cómo no, hubo largos lapsos de tiempo sin que el “viaje” saliese en ninguna conversación, ni  siquiera conmigo mismo, lo que supuso que empezase a verlo como un buen recuerdo.

De repente, un buen día, hará unos 5-6 años se reactivó la conversación sobre el “qué harás cuando te jubiles” y coño, que recuperé la idea con tal fuerza que me puse a estudiar inglés. Eso sí, por mi cuenta y a través de una APP en el móvil. Parecía como que había estado necesitado de ese pequeño empujón, de que alguien me recordase que había ahí un proyecto latente que pedía su oportunidad.

Entre que la APP era muy buena y que yo soy una persona bastante constante, fui adquiriendo un cierto nivel que al menos me podría permitir desenvolverme en lo más básico de las relaciones humanas: Preguntar por la estación del tren, por un hotel o un restaurante, pedir un menú... Durante 3-4 años, con una pequeña dedicación diaria, cada día que abría la APP se afianzaba un poco más la creencia de que sí quería y podía hacer ese viaje. Hasta ya hablaba de ello con total convicción con amigos y compañeros de trabajo.

Ya tenía una idea, una cuenta de ahorro y un nivelito de inglés. Esto estaba funcionando.

(CONTINUARÁ)
Leer más...

ME VOY A DAR VUELTA AL MUNDO EN TREN (Un repaso antes de comenzar la aventura (I)

16 comentarios
CÓMO SURGIÓ LA IDEA

El día 1 de marzo, y durante 4 meses, me voy con mi hijo a dar la Vuelta al Mundo por tierra, y preferentemente siempre que se pueda, en tren. Algún vuelo hay que hacer para salvar los “charcos” pero nos enfrentamos a más de 40.000 km de vías férreas y carreteras. ¡Qué ansiedad!

Y no pongáis cara de sorpresa que ya os avisé hace un año cuando me fui a dar la "Vuelta a la Península Ibérica en Tren". Cuando aquello, el proyecto estrella era este, pero tuve que posponerlo (afortunadamente, pues ahora tengo la oportunidad de hacerlo con mi hijo) por razones de fuerza mayor. Pues ya ha llegado el momento. El día 1 de marzo nos vamos. Él sale de Londres (donde está trabajando) y yo salgo de Santurtzi (al lado de Bilbao), donde vivo. Nos encontraremos en París, desde donde seguiremos juntos el trayecto.

Estos días antes de partir, he estado repasando los prolegómenos de esta aventura, así que, si no os aburre, os los voy a contar, puesto que todos los trabajos y reflexiones previos a una aventura así, siempre tienen su punto de emoción y disfrute, como si del mismo viajes se tratase.

¿Qué cómo se me ocurrió esta idea? Pues ya casi ni me acuerdo. Creo que tengo una memoria de corto/medio plazo y a menudo, en el fragor del trabajo terminas olvidando cómo surgió aquello. Cuestión de la edad, supongo. Bueno, creo que puedo afirmar que básicamente fue una de esa numerosas ocurrencias que vas teniendo a lo largo de la vida pero que sabes de antemano que no se van a cumplir o que si se cumplen es porque le pones mucho empeño.

Lo de todos los días, vamos... “Fantasías animadas de ayer y hoy presenta…”.


Supongo que idealizar cosas es parte de la vida, que conlleva sus pequeñas frustraciones cuando terminas asumiendo que ese proyecto que imaginabas no va a suceder, ni siquiera va a pasar a la fase de “posibilidad real”. Y mientras llega ese duro momento quieres pensar que si se diesen determinadas circunstancias sí que lo harías, aunque para ello se tendrían que dar demasiadas casualidades que no suele ser fácil que coincidan en el mismo espacio y tiempo. Que te toque la lotería, por ejemplo, suele ser una buena ayuda. Y aún así… Se parece mucho a los típicos propósitos de año nuevo que duran menos que "dos peces de hielo en un whisky on the rocks", que decía Sabina. 

Pienso también que el hecho de que imaginemos proyectos irrealizables y creamos en ellos, aunque sea durante un minuto, es posible que sea un mecanismo de defensa que trata de alejarnos de la gris rutina o de aquello que hubiésemos querido ser. ¡Uf, que me lío! Y qué coño, fantasear nunca ha sido malo.

La cosa es que, será hace unos 10 años, cuando empecé a creerme que eso de la jubilación existe y que incluso me puede tocar a mi. Es una situación un poco extraña porque hasta ese momento, cuando oía hablar a alguien sobre la jubilación me parecía que esa gente ya era “muy mayor”, que son cosas que no iban conmigo, hasta que, de repente un día, te vas dando cuenta de que es un tema que empieza a rondar por tu cabeza y que poco a poco vas hablando cada vez más sobre ella. Señal de que tú momento se acerca y que también has llegado a ser “muy mayor”. Y que conste que no soy de esos que hacen un montón de planes para cuando “te jubiles”, más bien me gusta ir disfrutando de todo lo que puedo mientras puedo. Pero lo de la Vuelta al Mundo sí que se fijó ahí como una idea importante. Eso sí, a sabiendas de que hay cosas que exigen importantes esfuerzos. Estaba dispuesto a hacerlos. 

¡Qué envidia me da esa gente que de repente lo deja todo y se pone a viajar sin límite de tiempo. ¿Y los que además se van solos? Y quien dice viajar dice otros proyectos que te obligan a dejar tu forma de vida actual para cumplir increíbles retos y deseos. Siempre me he preguntado a ver cómo lo hacen, con qué han tenido que romper, qué obstáculos han tenido que superar. Por ejemplo, el otro día vi en la tele a una persona que se había dado la Vuelta al Mundo... ¡ANDANDO! Impresionante.

En cualquier caso encomiable esa actitud. 

Pues sería en algún momento de esos en los que filosofaba con los amigos sobre lo que haría cuando me llegase el momento de la jubilación, cuando seguramente se me ocurriría decir eso de que “me encantaría dar la Vuelta al Mundo en Tren”. Sí, tenía que ser en tren, aunque sobre la marcha hubo que hacer algunas concesiones, puesto que hay demasiados lugares en este mundo que nunca han tenido una vía férrea o la han abandonado en favor del transporte por carretera.

Además de su punto de romanticismo, unido irremediablemente al cine y a la literatura, el tren tiene algo especial que hace que un viaje sea distinto. Te permite levantarte, pasear, hablar con la gente, disfrutar del paisaje, tener una sobremesa en el vagón restaurante… En el tren se puede disfrutar del propio viaje sin pensar tanto en el destino. Y precisamente de eso pretende ir esta aventura, del disfrute del camino, del descubrimiento de lugares, personas, más que de ver maravillosos monumentos, catedrales... Yo creo que algo así tenían en la mente los antiguos viajeros y aventureros. 

Es un bonito debate el que he mantenido durante este tiempo con algunas personas con las que he compartido mi proyecto, que no le veían sentido tal y como ellas lo entienden (como hoy entiende la sociedad) el concepto de “viajar”, que yo enmarco más en el espacio del “turista”, que en el del “viajero”. Pues total, si vas a pasar por muchos sitios y apenas los vas a ver, no entiendo el viaje”, decían. Es que no se trata de ir a ver, se trata de viajar”, contestaba yo sin mucho éxito. 

¿Pero qué es un turista o un viajero? 

Nuestro destino de viaje nunca es un lugar, sino una nueva forma de ver las cosas. Decía Henry Miller. 

"...Una nueva forma de ver las cosas". Interesante.

Y estoy de acuerdo. Yo creo que el viaje es el aprendizaje que aporta el camino, más allá de las bellezas o experiencias que aporta el destino. El viajero existe desde hace siglos, el turista es un invento del siglo XIX y explotado en su máximo exponente en el siglo XX. El viajero viaja, el turista llega. El viajero es un ser curioso que pretende aprender de las gentes y de todos los lugares del camino, el turista se centra en el destino y en lo que no se puede perder. El viajero y el turista son formas diferentes de afrontar el viaje, la vida.


(Continuará)
Leer más...

LA FOTO: Viento

8 comentarios

Leer más...

POR EL PI-TO DE UN SERENO

8 comentarios

El otro día estaba escuchando la SER, el programa de Francino de la tarde, concretamente en la sección TODO POR LA RADIO (una hora muy divertida, por cierto). Hay un momento en que leen diversas tonterías de Twitter, "Twiterías" le llaman. Una de estas twiterías decía que "Me parece muy acojonante que no hayamos votado nunca las leyes de Newton".

Me hizo gracia. En general todas las twiterías tienen su puntito de gracia, y leídas todas seguidas, más. Me acordé de una noticia que había leída hacía unas semanas: "Nueva ley que permite que las respuestas del examen sean científicamente incorrectas si se fundan en creencias religiosas". En EE.UU (Ohio), ¿dónde sino? Como chiste estaría bien, pero es una noticia real, por lo que no tiene ni puñetera gracia.  

Se nos está yendo la olla con eso de que todo es opinable y toda opinión respetable. Y no, ni todo es opinable ni mucho menos respetables todas las opiniones. Hay opiniones fruto de la ignorancia o del fanatismo que no son para nada respetables, como por ejemplo que Dios creó el Mundo hace 6000 años o que la Tierra es plana. Y por mucha gente que se lo crea esa opinión es una paparuchada.

Pues este es el camino que parece que hemos emprendido: Terraplanistas, antivacunas, medicinas "alternativas", negacionistas del cambio climático, religiones de todo pelaje...,  parece que todos tienen derecho a opinar y a ser escuchados. 

Nos la estamos jugando... Mejor dicho, nos la están jugando. Entre tanto iluminado, al final nos vamos a ir al desastre simplemente porque hemos pasado olimpicamente de la ciencia y nos hemos embarullado con que "todo es opinable".

Y claro, impresentables neofascistas como Trump, Bolsonaro, Salvini y los dementes de Vox entre otros, tienen muy claro que la única senda que hay que recorres es la que nos lleva al precipicio.Bueno, son tan tontos que igual ni se han dado cuenta de ello.

Pero esto no viene de ahora claro, ahora es cuando más incidencia están teniendo toda esta basura de "opiniones", gracias a la proliferación de la Fake News que esa gentuza ha llevado a su máximo expresión. ¿Cómo lo llamaba Trump? Sí, la "postverdad". ¡Manda huevos!

Pues hace 120 años tenemos un bonito antecedente. En EE.UU., cómo no. Supongo que todos los que pasáis por aquí conocéis el número pi (π : 3,14159...), que tanta guerra nos daba en los tiempos del instituto y que tan importante es en matemáticas, física e ingeniería. Pues buscando información para esta reflexión he encontrado que un excéntrico médico, Edward Johnston Goodwin, del suroeste de Indiana, en 1888 proclamó que había encontrado un método para cerrar los problemas que daba ese numerajo con tantos decimales, así que buscó una fórmula que lo redondeó a 3,2. Su propuesta fue aprobada por una de las dos cámaras de representantes de Indiana por 67 votos a favor y ninguno en contra.

 Así que si esto es posible, ¿por qué no vamos a votar las leyes de Newton? Y que salga lo que Dios quiera.

Leer más...

LA FOTO: Comunicando

6 comentarios


Leer más...

LA VOX DEL PLEISTOCENO

8 comentarios
Estoy viendo estos días la segunda temporada de SEX EDUCATION, una increible serie que nos ofrece NETFLIX, que nos cuenta la historia de un grupo del jóvenes adolescentes de un instituto inglés, que como todos los jóvenes, tienen un montón de jucios y prejuicios en relación al sexo.

A través de un argumento serio a la vez que divertido, vamos viendo cómo van apareciendo muchos de los problemas y prejuicios sexuales y cómo se van resolviendo: Homosexualidad, enfermedades de transmisión sexual, la masturbación, las primeras relaciones sexuales..., están tratadas con seriedad, rigor y exquisitez. Simplemente genial.

Que chavales de 13-15 años vean esta serie debería ser obligatorio, y con ellos sus padres, amigos, etc.

Y ahí es donde me he acordado de esos miserables que quieren impedir que sus hijos tengan acceso a formación e información sobre educación sexual en los colegios, tratando de imponerles una peudomoral distorsionada y ajena a toda condición humana. Y a eso le llaman "libertad de elección". Patético.

Delirante ver cómo el PP ha hecho un seguidismo ruborizante de esos maniáticos cuyo único éxito es haber hecho bandera de la mentira y la manipulación. En todo este proceso del desgraciadamente famoso "PIN parental" no han dicho ni una verdad.

Esta gente simplemente está enferma. Y pretende que sus hijos sigan por el mismo camino.

No las tengo todas conmigo, pero espero y confío en que la sociedad sabrá apartarles a un lado, simplemente como si no existiesen.
Leer más...