ME VOY A DAR VUELTA AL MUNDO EN TREN (Un repaso antes de comenzar la aventura (III)

Enlace al texto anterior 

MUCHAS PREGUNTAS POCAS RESPUESTAS 

Y llegó un momento en el que había hablado del tema con tanta gente y con tanta frecuencia que cada vez que coincidía con alguien que no había visto hacía tiempo, lo primero que me preguntaba era por el viaje, con lo cual empezaba a pensar que ya no me podía echar atrás. Me dije: “Tienes que tomar una decisión, no puedes seguir hablando del viaje si es que no lo vas a a hacer”. Y es en ese momento en el que se te empiezan a acumular las dudas. ¿Qué clase de viaje quiero hacer? ¿Sólo o acompañado? ¿Con quién? ¿Ya habrá alguien conocido que quiera hacer un viaje así? ¿Sería capaz de irme con alguien desconocido? ¿Me voy nada más jubilarme o espero a que se jubile también mi mujer? Y ¿qué recorrido pretendo hacer? ¿Durante cuánto tiempo? ¿Qué cuesta un viaje así?

Fue un momento difícil, porque mientras se acumulaban las preguntas, las respuestas no brotaban solas de la nada y eso hacía decaer el ánimo, lo que me situaba en la realidad de las dificultades de llevar a cabo un proyecto así. Había dado tres pasitos para encarar el proyecto (idea, cuenta de ahorro y “nivelito” de inglés), los más fáciles, pero quedaba toda una maratón antes siquiera de comprar el primer billete de tren.

Era el momento de tomar la siguiente decisión: Me iría nada más jubilarme. Había conseguido pactar con la empresa un “contrato relevo”, física y mentalmente me encontraba fuerte, así que no iba a esperar más tiempo. “¿Y no vas a esperar a que se jubile tu mujer?” Me preguntaban algunos. No, y había varias razones. La primera y más importante es que ninguno de los dos hablamos inglés, y sabemos que un viaje así los dos solos, no seríamos capaces de afrontarlo. Por otra parte, a mi mujer le quedaban todavía varios años de trabajo así que, si no íbamos a hacer este viaje juntos, mejor lo hacía yo ahora y ya organizaríamos otros juntos cuando llegase el momento.

Lo siguiente en importancia entonces era buscar compañero o compañeros de viaje. Evidentemente sólo no me iba a ir. Si veía dificultades para ir solo con mi mujer, más imposible me parecía ir yo solo. El momento de la partida todavía estaba lejos, pero era consciente de que no me sobraba tiempo, pero sí que tenía margen suficiente para ir tanteando al entorno cercano y no tan cercano para ver si conseguía ilusionar a alguien con el proyecto.


Claro, que puestos a pensar en el tema, ¿quién iba a tener disposición y dinero para meterse en un viaje así? Además, y sin haber ahondando en el proyecto, había empezado a estimar una duración de 4 meses. ¿Habría algún conocido con tanta disponibilidad? Porque claro, todo el mundo hacía preguntas y eso de la duración era una de las obligadas. ¡Uf! Cuatro meses fuera de casa. Demasiado tiempo. No mucha gente quiere o puede.

Además esto no estaba pensado para que una agencia me organizase el viaje, que seguramente las habrá, ese no era mi viaje evidentemente. Yo estaba pensando en Julio Verne. Y si Julio Verne había planteado el reto en 80 días, yo necesitaría algo más de tiempo. Y que conste que hubo algún momento en el que me pareció una idea interesante lo de repetir itinerario y plazo.

Pero tampoco era una apuesta para hacer el viaje en un plazo ajustado, yo contaba con un pequeño margen de error por eso de que previsiblemente surgirían montones de incidentes, y a la vez estaba pensando en un viaje algo más sosegado y limitado a un periodo de tiempo “razonable”. Y para ponerle plazo a ese periodo “razonable” me pareció buena idea limitarlo a 4 meses. No sé, valoraba todos los pros y contras y me pareció que podría valer. Y ya cuando profundizase en el tema vería si había que pensar en otros plazos.

Y volvía la pregunta más difícil: ¿Quién iba a querer estar fuera de casa 4 meses gastándose un importante presupuesto?

Ya con estas premisas, me asustaba pensar que no habría nadie interesado. Sería el fin del proyecto. Aún así, también pensaba que tendría que ofrecer a los posibles candidatos algo más que les indicase que el proyecto iba en serio y el modelo de viaje que pretendía, lo que me llevó a dar el siguiente paso: Analizar itinerarios posibles. Y ya que la referencia de las referencias era “La Vuelta al Mundo en 80 días”, me releí el libro y tracé el itinerario que Phileas Fogg había seguido durante su aventura.

(Continuará) 

10 comentarios:

manouche dijo...

Tienes que trabajar a cada etapa para no gastar demasiado, con un talento internacional, propongo camarero....

Emilio Manuel dijo...

Ya me imagino la cantidad de preguntas, algunas de ellas sin respuesta, que se presentan en un viaje como el que te has planteado ejecutar.

Un abrazo.

Juan L. Trujillo dijo...

Hay que ser muy valiente para plantearse un viaje como este. Y hay que tocar muchos "palillos", para que el éxito del mismo sea viable.
No me extrañan tus dudas y tus temores. Aunque por lo que se ve, ya han sido superados.
Un abrazo.

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Gracias manouche por tu consejo :-)

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola Emilio Manuel.
Afortunadamente hemos ido respondiendo a la mayoría.
Un abrazo.

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola Juan.
Afortunadamente :-)
Un abrazo.

Tracy dijo...

¡Qué interesante!
Aunque entiendo las dudas que te planteas.,

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola Tracy.
Tranquila porque ya están resueltas :-)

Myriam dijo...

Como te dije en el comentario anterior (te comenté cen las tres entradas) me parece genial que tu hijo se haya prendido. Estoy segura que oara ambos será una experiencia increible y memorable.

Besos y suerte
Cada vez, falta menos
Keep going!
And have a nice trip!

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Eskerrik asko Myriam. :-)

Publicar un comentario

Después de pulsar PUBLICAR UN COMENTARIO, pulsa TAB hasta ver bien la palabra de verificación. Gracias.