LA VUELTA AL MUNDO EN TIEMPOS DE CORONAVIRUS: Días 11 y 12

DÍA 11 DE MARZO

LA DELGADA LÍNEA ROJA

He decidido cambiarle el título al viaje. 

Intentando no perder su esencia, que es avanzar por tierra en tren y en su defecto en autobús, desde hace días hemos comenzado a estar condicionados por el maldito bicho ese y si no me equivoco, lo vamos a seguir estando el resto del viaje e incluso cuando volvamos a casa. Así que, ¿por qué ignorarlo si se ha convertido en el inesperado protagonista de nuestro viaje?

Nos levantamos a las 6h para ver si conseguíamos arreglar el marrón de Mongolia. Sorpresa: Nada más encender el ordenador vimos que Mongolia había cerrado la frontera con Rusia. ¡Increíble pero cierto! Ya no íbamos a poder entrar en Mongolia. Fue una gran desilusión, puesto que después de renunciar a China ahora nos tocaba Mongolia. También es cierto que tal y como va el Mundo en estos momentos, conseguir ir enlazando dos países seguidos sin perder la esencia inicial del plan, se puede considerar un gran triunfo, pero eso no nos ayudó a llevar mejor la frustración, al menos en un primer instante.

Luego nos consolamos pensando que este cierre de frontera había supuesto la solución de nuestras disquisiciones, puesto que ya no había mucho que discutir: En Irkutsk nos cogeríamos un avión a otro destino aún por determinar. Económicamente no nos iba a suponer pérdida alguna porque el dinero del tren a Mongolia nos lo iban a devolver… supuestamente.

Ya más relajados recuperamos una idea que en algún momento se nos había pasado por la cabeza: Volar a Bangckok, subir en tren hasta Chiang Mai, al norte del país, y desde allí coger un avión a Hanoi. Dicho y hecho. En unos minutos habíamos cogido el vuelo a la capital tailandesa.

Con este tema arreglado, nos fuimos a hacer el circuito de la “línea roja” dibujada en el pavimento.

El circuito era de unos 6 km, eran las 9 h y nuestro tren partía a las 12,15h. Calculamos que a nuestro paso en un par de horas lo habríamos hecho y podríamos ir al tren sin agobios de tiempo. Y así fue. Nos habíamos pateado lo más importante de Ekaterimburgo en algo más de dos horas.

Se notaba que estábamos en los últimos coletazos del invierno, porque toda la nieve estaba correctamente apartada al borde de las aceras y de las carreteras. Algún vecino suelto quitaba la nieve de al lado de su casa, pero sobre todo se veían muchos trabajadores terminando de despejar los caminos, las aceras los parques, y a alguna máquina desplazando los cúmulos más grandes. Un enorme lago congelado unía dos partes de la ciudad. No se veía a nadie pasar por encima, pero había un camino marcado en el hielo lo cual indicaba que muchas personas habían pasado por allí y que tarde o temprano alguien pasaría de nuevo. Un cartel rojo en ruso parecía indicar que estaba prohibido. Al fin, cuando ya casi nos marchábamos de la zona, allá al fondo, vimos caminar a un valiente que ya estaba llegando al otro lado.

Los autobuses, trolebuses y tranvías, parecían del pleistoceno. Coches casi de “colección” también se dejaban ver por aquí y por allá. Por lo demás una ciudad agradable para pasear con grandes y anchas avenidas muy al estilo soviético.

A las 11,45h estábamos subiendo al vagón del tren que nos llevaría a Novosibirsk. Esta vez volvimos a la normalidad: No había WiFi. Y dado que no teníamos manera de disfrutar de la magia de Internet sin gastar los valiosos datos de nuestros teléfonos, nos hicimos una tarde de peli, sofá música y lectura.


DÍA 11 DE MARZO

















DÍA 12 DE MARZO

SE HACE CAMINO AL ANDAR

A las 8,30 h me despertó la señora que nos trajo el desayuno. La verdad es que aprovechamos muy bien las horas de sueño, y eso que día a día acumulamos cambios horarios hasta sumar las 6 h que llevamos ahora con respecto a nuestro horario habitual. Saber que en Rusia hay 11 usos horarios, por 4 de los cuales cruzamos nosotros.

Arroz con verduras, un poco de queso y unas galletas tipo “Oreo”. Y que no falten los envoltorios de plástico y poliespan por todas partes. Increíble la cantidad de plástico que estamos consumiendo.

Hasier aguantó un par de horas más en la cama y ya cuando se levantó prácticamente nos teníamos que ir organizando, puesto que a las 12 h íbamos a llegar a nuestro destino.

Cuatro bajo cero marcaba en la estación cuando bajamos en Novosibirsk. Tampoco era para tanto. Si no corre el aire el frío se lleva muy bien. Eso sí, la cantidad de nieve acumulada en las calles era bastante mayor que en Ekaterimburgo y no veíamos a nadie quitando la nieve, por lo que por las aceras había que andar con precaución y yo que iba con maleta de ruedas me las vi y me las deseé para avanzar. Las carreteras sí que se veían despejadas. Se ve que aquí tienen la costumbre de “hacer camino al andar”.

Nada más llegar al hotel nos pusimos al día con las últimas noticias y… ¡Horror! Vietnam había empezado a pedir visado a los españoles y había cancelado las visas electrónicas. Chile y EEUU habían prohibido la entrada de personas procedentes de España. Fue un momento duro porque ya me estaba viendo en el avión de vuelta. Afortunadamente nos fuimos relajando y viendo alternativas. También volvimos a leer la noticia con más detenimiento y no era tan tajante. Sin embargo el problema seguía tal cual y esto no iba a ir a mejor. Se hacía duro renunciar primero a China, luego a Mongolia y ahora a Vietnam, pero el proyecto podía y debía seguir adelante. Estábamos a punto de dar el salto desde Irkutsk (nuestra última etapa en Rusia) a Bangckok, pensando en ir a continuación a Vietnam, pues ahora el salto debía de ser más grande, nos iríamos directamente hasta Australia donde al menos teníamos previsto estar 15 días, y luego ya iríamos viendo. Nos iban a tener que cerrar muchas fronteras para que nos diésemos por vencidos.

Instalados en el hotel, nos fuimos a comer, dando un paseo, a un restaurante con comida georgiana y de azerbayan. La luz de la tarde se hacía muy agradable, pero transitar por las aceras llenas de nieve seguía siendo bastante tortuoso, casi como andar por la arena de la playa.

Habíamos hecho una pequeña lista de las cosas más interesantes que ver en la ciudad, que por cierto, no eran demasiadas, y nos pusimos en marcha después de un ratillo de sobremesa.

La nieve puede dar un punto de belleza a las ciudades, fundamentalmente en parques y jardines, donde no está pisoteada, pero puede generar la sensación totalmente contraria allá donde el continuo pisoteo de las botas ha dado paso a una mezcla entre barro y agua. Y esto último es lo que finalmente terminas viendo casi todo el rato en un recorrido por la ciudad.

Entre paréntesis: Al igual que en Ekaterimburgo supongo que poca o ninguna información tendréis sobre Novosibirsk. Dos apuntes rápidos. Es la capital de Siberia, la tercera ciudad de Rusia con 1.600.000 habitantes, después de Moscú y San Petersburg. Fue fundada en 1893. Su fuerte crecimiento demográfico hizo que Novosibirsk entrara en el Libro Guinness de los récords como la ciudad que más rápidamente había alcanzado el millón de habitantes, en tan sólo 70 años (Chicago tardó 90 años en alcanzar el millón de habitantes, Nueva York 250 años y Moscú 700 años, por citar algunos ejemplos).

Otra curiosidad es que la ermita de S. Nicolás fue considerada durante mucho tiempo el punto central de Siberia.

Por otra parte, mencionar que desde Moscú veníamos observando que los coches hacen muchísimo ruido cuando pasan por las avenidas. Concretamente los neumáticos. Un ruido como si fuesen circulando por encima de gravilla. Después de mucho observar llegamos a la conclusión de que todavía llevaban los neumáticos de invierno y que son los que provocan el ruido. No podía ser otra cosa.

Con el estómago lleno de sabrosa comida georgiana la vida se ve de otra manera, así que imbuido de buen humor comenzamos nuestra visita de la ciudad. Bueno, siempre con la ayuda inestimable de Google Maps comenzamos a hacer nuestro circuito por la ciudad observando y comentando todo lo que íbamos viendo. Algún Metro también cogimos, puesto que se podía pagar con tarjeta VISA directamente en las canceladoras y además el coste era de 30 céntimos al cambio. No recuerdo si lo he comentado, pero de momento en todos los Metros de Ucrania y Rusia hemos funcionado así.

Un poco cansados volvimos al hotel a poner al día nuestros blogs y a descansar un poco, que falta nos hacía.

Ah, por cierto, por aquí ni rastro del coronavirus ese que os tiene amargados.

DÍA 12 DE MARZO



















8 comentarios:

Kaki dijo...

Es un poco irónico, pero vosotros tenéis problemas para ir de un lugar ignoro a otro aún más lejano, y nosotros, aquí y ahora vamos a tener muy difícil ir a la vuelta de la esquina.
Ánimo y adelante.!!!

Eneko dijo...

Haced acopio de papel p'al culo. Lo vendéis al regreso y os sale para otro viaje por el mundo

Juan L. Trujillo dijo...

Es lástima los problemas que teneis con la programación de vuestro viaje, pero peor es lo nuestro que estamos de crucero: cruzamos el salón, cruzamos el pasillo, cruzamos la cocina.
Ánimo y un abrazo.

Emilio Manuel dijo...

¡¡Menudo periplo!!, ni de lejos se parece lo que nos espera mientras vosotros estáis de viaje, estamos a la espera de que nos digan que no nos podemos mover de casa en 15 días, nada más pensarlo me entran ganas de salir a la calle.

Buen viaje.

Tracy dijo...

Todo se va resolviendo, espero que para nosotros también.

Myriam dijo...

Superlibdas las fotos. La verdad queson muy valientes, andar por Siberia al final del invierno, cuando todavía no ha ni asomado la primavera.

¡Uyyy cuántos usos horarios! Uffff

Besos
Y ¡suerte!

Myriam dijo...

Super linnnndas las fotos, digo

manouche dijo...

La vuelta al mundo con fronteras cerradas! con el corona habeis llevado un malo companero de viaje ... Volver a Espana antes que os impide la entrada a casa !

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