DE CALIDAD, NO DE CARIDAD



No sé cómo, pero estos últimos días, en el grupo de amigos, hemos recuperado el debate sobre la "generosidad" de Amancio Ortega al donar 320 millones de € para renovar los equipos oncológicos en los hospitales de España, noticia que leíamos en marzo del presente año y que comentábamos en mayo.

El tema se centraba en si debemos o no aceptar la caridad de un multimillonario, que se ofrece para cubrir las, en este caso, deficiencias de la sanidad, como consecuencia de los continuos recortes desde la administración.

Vaya por delante, que resulta muy fácil responder que NO, cuando no tienes a ningún familiar en las listas de espera del hospital de turno y por ello no quiero que estas líneas se entiendan como una frivolidad, sino como una reflexión en relación a dónde nos está llevando este modelo de neoliberalismo extremo que estamos viviendo.

Efectivamente mi postura es totalmente contraria, pero claro, no podemos decir que no a este acto de "caridad", de lavado de imagen o de lo que sea, sin levantar la voz en contra del abandono del Estado de sus obligaciones para con la ciudadanía, y por lo tanto, la dejación al capricho de las manos privadas del futuro de la salud, la educación y el bienestar de todos.




En un rápido repaso vemos que en unas pocas décadas, la sanidad y la educación privadas han pasado a recibir cada vez más financiación pública, mientras que las públicas sólo recibía recorte tras recorte.

Las becas ofrecidas por determinada entidades aseguradoras y financieras, las ayudas de las mismas a los emprendedores, las fundaciones creadas para apoyar el empleo de colectivos sociales con dificultades... Los patrocinios, las esponsorizaciones de actividades públicas... Todo lo que se ha dado en llamar "colaboración público privada", que no es más que todo un lavado de imagen de las grandes corporaciones, una maniobra para privatizar todo lo público... en definitiva, un entramado que poco a poco se ha ido tejiendo para reemplazar a los servicios públicos por la caridad privada. Porque  ¿acaso hay alguna duda de que esto es Caridad?

¿Qué pasará cuando el ciudadano de turno no baile al son que le marque el banco o la corporación de turno? Pues que perderá todo derecho a la educación y a la salud, a menos que las pague. Es evidente que las garantías de igualdad de trato que debería ofrecer la entidad privada no son las mismas que ofrece una entidad pública y de eso precisamente estamos hablando.

Entonces… ¿Acaso va a ofrecer, el bueno de Amancio, un equipo oncológico a una comunidad autónoma gobernada por un partido que le va a subir los impuestos? ¿No va a aprovechar el viaje para chantajear sutilmente (o no) en su propio provecho? ¿De verdad pensamos que el equipo oncológico nos va a salir gratis?

Y lo que me parece peor aún: ¿Acaso no se está condicionando el voto del ciudadano, temeroso de que el benefactor deje de serlo? 

Es evidente que son cuestiones, que en una sociedad privatizada, tarde o temprano van a tener la respuesta que todos sabemos.

4 comentarios:

Juan L. Trujillo dijo...

Difícil dilema. Yo que visito con frecuencia, afortunadamente menor que en pasados años, el Instituto Valenciano de Oncología (IVO), compruebo los milagros de cada día y al recibirlos, no quiero pensar cual es santo al que tengo que agradecerle esos milagros recibidos por mi mujer y una hija.
Dicho esto suscribo cada una de tus palabras. El estado no puede hacer dejación de ninguna de sus obligaciones y no acomodarse a que vengan otros a que se las solucionen, previo pago de su importe.
Un abrazo.

Myriam dijo...

La enseñanza y la sanidad deben estar abierta a todo el mundo y ser de calidad, desde luego. Coincido contigo. Es una vergüenza cuando los gobiernos no apuesta a ellas, y en lugar de mejorar, empeoran lo que hay.

Con respecto a Amacio Ortega y su equipo oncológico, bienvenido sea, aunque lo haga por motivos mezquinos, opino yo. Una vida que se salva, es una vida más. Y llegados a este punto, me importa un pimiento de donde el dinero. Ojalá todo el dinero sucio que se lavara fuera a para a causas nobles.

Besarkada handi bat


Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola Juan.
Totalmente de acuerdo contigo.
Un abrazo.

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola Myriam.
Yo tendría más dudas, pero es evidente que no es fácil tomar decisiones con este asunto.
Ahora bien, me preocupa y mucho que esto vaya a más. En ese caso tenemos muchísimo que perder.
Musu handi bat.

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