ESTRAFALARIO

Quería impresionar a sus súbditos, así que todo estaba preparado para que su descenso del avión procedente de Suiza fuese en un hermoso corcel blanco. “Majestad, pero… su cadera...” Daba igual, tenía que deslumbrar a la chusma allí congregada que llevaba horas esperando. Un fuerte cordón policial preservaba el pasillo que desde el avión le llevaba al acorazado coche oficial. Eran sólo 200 m. pero el Emérito estaba empeñado en disfrutarlos uno a uno.

Despacio y con la elegancia que le daba la seguridad de haber repetido ese gesto una y otra vez, metía las manos en las alforjas que llevaba colgadas a los lados y lanzaba puñados de monendas hacia aquí y allá, tras las cuales se peleaba ávido el populacho.

"¡Viva el Rey!" Gritaba repetidamente y sin descanso el lider del P.P., subido encima de los hombros de Albert, a la vez que agitaba exageradamente las manos. “Viva el Rey” decía con voz un poco más pausada y sin tantos aspavientos el líder del PSOE, situado en el palco de autoridades. Y añadía a los bajines, sin que nadie le pudiese oír: “Pero yo soy republicano”.

¡Cómo disfrutaba el Borbón! “Lo siento mucho. Me he equivocado. No volverá a ocurrir...” murmuraba sin apenas poder reprimir la carcajada. “Lo siento mucho. Me he equivocado. No volverá a ocurrir...” repetía una y otra vez y ya sin poderse aguantar la risa. Y seguía y seguía lanzando monedas a un lado y otro, a las cuales la plebe respondía con gritos de admiración.

De repente, allí a lo lejos un diestro jinete se acercaba al trote en una cabalgadura negra. Pecho (rasurado) al descubierto y con los brazos abiertos, como Kevin Costner en “Bailando con Lobos”, mostraba un crucifijo en una de las manos mano y la rojigualda en la otra. “Santiago y cierra España” iba gritando el propio Abascal.

El Emérito a lo suyo: "Lo siento mucho. Me he equivocado. No volverá a ocurrir...”. Ya casi lo gritaba, henchido de emoción, entre carcajadas y monedas que volaban por todas partes.

Un poco más alejados, la Merkel, observaba la escena “ojiplática” desde la torre de control del aeropuerto. A su lado algunos de los líderes de países del Norte de Europa se miraban incrédulos unos a otros. “¿Cuánto dinero dicen estos que van a necesitar para levantar el país?” Preguntó al aire la líder alemana.

Riiiiiiiiiiiiinnnnnnnnnnnnnnnnn!!!!!!!!!!! Sonó el despertador de repente. Empapado en sudor me dije: "Tengo que dejar de comer tanto picante a las noches. Me sienta fatal."

10 comentarios:

Jorge dijo...

Somos unos hipócritas de cuidado, yo el primero. Zurdos y diestros, monarquía o republica de boquilla, pose, sobremesa, etc, etc, etc. Cuidado, y todos arreglando el mundo y clamando contra las injusticias pero que no nos toquen nuestro lugar de veraneo, segundas o terceras residencias, y sobre todo nuestra propiedad privada, que por supuesto aspiramos a darla en herencia a los nuestros. Nada de repartirla con el menesteroso. Si los hipócritas volaran, siempre estaría nublado, y yo entre ellos. Pase buen día :)

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola "Así nos va".
Seguro que no eres el primero. :-)
Un saludo.

Emilio Manuel dijo...

Deberías de haberte dado la vuelta y haber seguido durmiendo, era lo mejor.

Un abrazo.

Juan L. Trujillo dijo...

Un hipócrita núnca se arrepiente y si lo hace es porque es doblemente hipócrita. Y luego están los que ni siquiera pueden llegar a hipócritas, debido a sus carencias, que son los que les ríen las gracias.
No te quites del picante, te genera muy buenos sueños.
Un abrazo.

Tracy dijo...

Ya estaba yo diciendo...que habría pasado contigo en tu famoso viaje. Menos mal que ha sido un sueño.¡, jejejejejejee

manouche dijo...

Claro, una noche con Merkel, pesadilla fatal !!! )))

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola Emilio Manuel.
¿Y seguir con la pesadilla? No gracias :-)
Un abrazo.

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Gracias Juan.
No sé qué decirte :-)
Un abrazo.

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola Tracy.
Sí, menos mal que ha sido un sueño. Si llega a ser realidad... Bueno, como si lo fuese :-)

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola manouche.
Pues casi que me quedo con la Merkel :-)

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