Si el otro día ya dudábamos de que a alguien le interesase la Declaración Universal de los Derechos Humanos (D.U.D.H.), ya ni te digo si hablamos del Laicismo y la Libertad de Conciencia. Pues sí, el domingo día 9, justo el día anterior a la celebración de la D.U.D.H., se celebra este día.
El Día Internacional del Laicismo y de la Libertad de Conciencia,
auspiciado por la Asociación Internacional de Libre Pensamiento, se
celebra el 9 de diciembre en algunos países del mundo en conmemoración
del aniversario de la ley francesa de 1905 de separación entre Iglesias y
Estado, una de las primeras en Europa, como condición imprescindible
para la garantía de la libertad conciencia.
No cabe duda de que la libertad de conciencia en el mundo no pasa por su mejor momento. El incremento de la injerencia clerical en la vida civil es notoria en todo el mundo, a pesar de que la ciudadanía es cada vez más escéptica y menos creyente. Quizá precisamente por eso. Así mismo, el ascenso de la extrema derecha nos augura una vuelta al catecismo y a la misa dominical.
Pero no todo son desventuras. El impresionante ascenso del movimiento feminista reivindicando, entre otras cosas, que las sotanas salgan de debajo de sus faldas, ha marcado un antes y un después en la difícil lucha de las mujeres por su libertad. Al menos igual de meritorias son las conquistas del colectivo LGTBIQ, que nos acercan, un poco más a la libertad de poder amar a quien queramos y cómo queramos.
No hay conquista fácil. Los poderes públicos y privados siempre han estado tentados de manipular el pensamiento de la ciudadanía y de hecho nunca han dejado de hacerlo. Salirse de la senda establecida tiene un precio y muchos han pagado uno muy alto. Ahora bien, si miramos la evolución histórica, aunque sólo sea de los últimos 100 años, los avances han sido impresionantes. Y eso me hace seguir confiando en que el tiempo corre a nuestro favor y que el futuro sólo tiene un nombre: Laicismo y Libertad de Conciencia. Sólo hace falta que llegemos vivos, claro.
TEATRO EN LA ABADÍA
Hace 3 horas
8 comentarios:
Tu lo dices al final de tu entrada, el ser humano es manipulable y, además, tiene dificultad para practicar su libertad de conciencia o su libertad sin apellidos, si la practica, será atacado/a por el rebaño intentando que vuelva al redil, de seguir con su libertad, será tachado de bicho raro. Hoy por hoy, en el mundo, la libertad, cualquier libertad está en peligro, se comienza a ver que estamos entrado en una fase retrógrada, seguramente la superaremos y seguiremos avanzando, es la ley humana, avanzamos y retrocedemos y seguimos avanzando, a unas generaciones les toca avanzar, a otros retroceder.
En cuanto al laicismo, esto que sigue te lo dice un agnóstico convencido, es que no se puede evitar que el hombre, en ese avance del que antes hemos hablado, se haga preguntas que no puede responderse y siempre habrá quien crea en el más allá, esto viene ocurriendo desde que el hombre aparece en la faz de la tierra y creo sinceramente que no se podrá evitar, es otro medio de control que tiene el poder para controlar al ser humano.
Saludos
La tolérance, fondement de la laïcité est la plus importante qualité humaine parce qu"elle inclut toutes les autres
Hola Emilio Manuel.
No discuto que no se pueda evitar que el hombre crea en algo. Lo que sí se puede evitar, y por ahí va el laicismo, es que el creyente imponga sus creencias a los demás. Esa es la lucha actual.
Un abrazo.
Hola manouche.
Efectivamente, la tolerancia es muy importante. Lo que pasa es que cada uno la interpreta a su manera.
Saludos.
En lo que respecta a este país donde vivimos, hasta que los políticos progresistas no pierdan el miedo de los votos que podrían perder de los creyentes, esa libertad de la que hablas, no se conseguirá.
Como siempre, les importa más su supervivencia que el bien común.
Ejemplo: ¿Cuanto tiempo vamos a aguantar el jodido Concordato?
Un abrazo.
Hola Juan.
Está claro. En este terreno poco les ha costado a los socialistas bajarse los pantalones. Nunca mejor dicho :-)
Un abrazo.
Celebro este día contigo deseando que nadie imponga ninguna creencia a quien sea. Con respecto al comentario de EMILIO, quiero matizar: una cosa es creer en Algo Superior, llámese como se llame y por eso, considerarse una persona espiritual; Otra muy distinta es seguir los dictámenes de imames, rabinos, curas, o cualquier otro gurú iluminado. Ninguna Iglesia, mezquita, sinagoga o templo debiera controlar, manipular , meter miedo, a ninguna comunidad o segmento de población.
Abrazos
Hola Myriam:
Ya volvemos a comunicarnos exclusivamente por el blog. Qué rápido pasa el tiempo.
Bueno, en lo relacionado al artículo, estoy de acuerdo con tu comentario.
Musu handi bat.
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