EL PRIMER BOSTEZO DE LOS LUNES (14 de mayo 2018)

COSAS DE LA CIENCIA

El síndrome de Hubris: el problema psicológico que pueden tener los políticos

El síndrome de Hubris, según el psicólogo David Owen, suele manifestarse en los políticos después de un tiempo en el gobierno: uno de sus primeros síntomas es que el político se cree elegido para guiar los pasos de un pueblo.
Hasta las personas más humildes y honradas, tras un tiempo en el poder, pueden quedar a merced del virus del Hubris.

Casos históricos

Algunos casos del síndrome de Hubris rayanos en el paroxismo fue el del emperador romano Claudio, que se caracterizaba por su magnanimidad y su preocupación por sus súbditos, hasta que empezó a obsesionarse con la idea de que los demás pudieran reírse de su tartamudez y su aerofagia.
La solución que halló Claudio fue impulsada sin duda por el Hubris: por mediación de su médico personal, Jenofonte, promulgó un edicto que obligaba a sus cortesanos a tirarse dos ventosidades por cada una que dejara escapar él. A partir de este edicto, tal como señala Suetonio en Los doce césares, Claudio empezó a encapricharse cada vez con más cosas.
Lo mismo le sucedió a otro emperador romano, Marco Antonio Casiano, que se enfrentó de esta forma con las facciones críticas del Senado: «Sé que no os gusta lo que hago, pero por eso poseo armas y soldados, para no tener que preocuparme de lo que penséis de mí».
Calígula, por su parte, nombró senador a su caballo.
El general y presidente de México Antonio López de Santana, autocalificado como «el nuevo Napoleón», hizo enterrar su pierna amputada con honores de funeral de Estado.
El presidente de Ecuador José Abdalá Bucaram perdió su puesto cuando se empeñó en contratar a Maradona por un millón de dólares. Jahangir, gran mogol de la India (1569-1627), que tenía un harén compuesto por 300 esposas, 5.000 mujeres sirvientes y 1.000 jóvenes que satisfacían todos sus caprichos.
Nadie está libre de que el veneno del hubris corra por su sangre. Pero han sido los reyes, emperadores, políticos y, en definitiva, los gobernantes de toda índole quienes más han sufrido sus estragos.




FOTOS QUE EMOCIONAN: Sergio Belinchón 

Sergio Belinchón es un artista plástico y fotógrafo levantino (nacido en 1971 en Valencia, vive en Berlín) cuya obra gira en torno a la ciudad como espacio (des)habitado, la transformación del territorio y entornos reales que se convierten en artificiales.


7 comentarios:

Emilio Manuel dijo...

No conocía ese síndrome, pero es cierto.

Saludos

Myriam dijo...

La lista pordría ser muuuuuuuy larga.
No conocía la "anécdota" del Emperados Claudio.

Con respecto a la foto de Sergio Belinchón, me parece que refleja muy bien el sentimiento de soledad del ser humano en la gran ciudad.

Besarkadak

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola Emilio Manuel:
Ya ves cómo está el patio...
Un abrazo.

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola Myriam:
Exactamente con respecto al fotógrafo. A mí también me gusta mucho por la misma razón.
Musu handi bat.

Juan L. Trujillo dijo...

Gracias por enseñar. No sabía de ese sindrome, pero en mayor o menor medida les afecta a casi todos.
Esa fotografía en blanco y negro nos muestra el dramatismo del hombre en la colmena.
Un abrazo.

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola Juan:
totalmente de acuerdo.

Tracy dijo...

Nunca había oído hablar de este síndrome, así es que muchas gracias.

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