REFLEXIONES PARA UNA TARDE DE LUNES

Entre una cosa y otra, siempre estamos liados con los problemas de corto plazo: Pandemia, emigración, crisis… Que no dejan de ser importantes, pero no son los únicos ni lo peor con lo que tenemos que lidiar.

Ahora estoy pensando en dos de los más gordos: Cambio Climático e Inteligencia Artificial. Dos asuntos radicalmente diferentes pero que ambos por sí solos nos van a cambiar el futuro. Y si ya vienen las dos a la vez, ni te digo.

Del cambio climático poco más que decir, más allá de sorprenderme una y otra vez cuando veo, todavía, como políticos de relevancia lo niegan o restan importancia. No dejan de representar grandes empellones hacia el abismo. Y ya no es que dejemos ahora mismo de emitir CO2, de talar bosques enteros o de destruir masivamente especies animales, es que, aunque lo hiciésemos, todo lo destruido hasta ahora nos irá pasando factura en las próximas décadas. Y va a ser una factura muy, pero que muy alta.

Con la Inteligencia Artificial no tenemos ni idea de lo que va a pasar, pero ya se empieza a confirmar que la destrucción de puestos de trabajo se va a contar por millones. ¿Qué va a pasar cuando apenas queden puestos de trabajo que no pueda ejecutar una máquina? No un robot programado, sino uno que toma decisiones por sí mismo? Ya hay tiendas donde el dependiente es un robot que es capaz de hacer frente a todas las circunstancias. O un barman que te sierva el martini seco, agitado, no revuelto", con total precisión de ingredientes, temperatura y “agitación”? Los vemos en la tele con esa forma robótica y voz metálica y nos sonreimos. 

No está tan lejos el coche autónomo que tomará decisiones en millonésimas de segundo analizando las infinitas variantes de una situación determinada. No, no estoy pensando en la rebelión de las máquinas, como en las películas, estoy pensando en que las personas dejemos de ser útiles para el sistema productivo.

Y bajémonos del burro: Vamos a ser literalmente sustituidos por máquinas, no va a haber reparto de la riqueza ni otras bondades utópicas. Los que controlen a las máquinas controlarán el mundo. Ya no seremos necesarios, como lo seguíamos siendo después de la primera revolución industrial. El sistema funcionará sin nosotros. Y estará tan controlado, que ni siquiera tendremos posibilidades de rebelión. Será demasiado tarde.

No sé si se puede decir que pensar así es “pesimista”, pero a la historia me remito: Nunca se ha tomado una decisión que beneficie a todos si no lo hace antes a unos cuantos privilegiados. Es más, en las dos últimas crisis sólo se ha tenido en cuenta el beneficio de “esos” pocos.

Reflexiones para una tarde le lunes.

8 comentarios:

Juan L. Trujillo dijo...

Todo el lío organizado con la fusión de la Caixa y los problemas del BBVA, sólo son la demostración practica de lo que se avecina.
Se quitan de en medio a más de la mitad de la plantilla, mientras que o te apañas con la informática o te quedas fuera del sistema.
Lo malo es que la inteligencia artificial, nunca podrá saber todo aquello que se consigue mirando a los ojos.
Un abrazo.

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

No te creas, Juan.
Le leído cosas increibles.
Un abrazo.

Emilio Manuel dijo...

En el libro "21 lecciones para el siglo XXI" de Yubal Noah Harari, se habla mucho del futuro próximo, hay varios capítulos a la inteligencia artificial.

Un abrazo.

Juanan dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Juanan dijo...
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Juanan dijo...
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manouche dijo...

Siempre ay que pensar y tener miedo.
Remedio: sentarse bajo un arbol en un jardin florecido con una novela policiaca....

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola manouche.
Las novelas policiacas son mis favoritas :-)

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