LIMPIANDO MOQUETAS CON LA LENGUA

 Me resulta curioso observar cómo empalmamos crisis tras crisis hasta el punto de que lo lleguemos a considerar nuestro estado normal de vida. La brecha social se profundiza cada vez más, con un % de desempleo crónico que es la antesala de los alarmantes índices de pobreza y miseria que vivimos. Hasta hace bien poco teníamos una mierda de economía basada en el turismo de masas y la construcción. Ahora hemos ampliado horizontes y a eso le unimos el reparto a domicilio en todas sus variantes.

En este contexto todos los datos nos vienen a decir que los ricos son cada vez más ricos y los pobres más pobres. La clase media, en vías de extinción.

Eso sí, me llama la atención que con la desestructuración social que tenemos, creamos ser una de las economías más avanzadas de Europa... y del Mundo. Claro que esto sólo se puede defender, y de mala manera, desde un punto de vista exclusivamente económico, menospreciando radicalmente cualquier relación con la debacle social. Manda huevos que el mismísimo F.M.I. nos tenga que llamar la atención por los índices de pobreza en España.

La gran habilidad del sistema es conseguir que terminemos pensando que la culpa de todo esto la tienen los pobres que vienen a nuestro país intentando escapar de la miseria del suyo, que por lo general es infinitamente mayor que la nuestra.

A este rechazo la filósofa Adela Cortina lo llamó acertadamente “aporofobia”: Rechazo a los pobres. ¿Será que tenemos asumida nuestra impotencia para conseguir un reparto más justo de la riqueza optando por, ya no sólo no compartir el trocito de pastel que nos han dejado, sino renunciar a que los ricos paguen la parte que les corresponde? Es lo que yo pienso, al menos. Y también creo que es la actitud de las bestias más despreciables.

No sé si el ser humano en general, pero hay muchos españoles de los que veo en la tele, que se muestran duros e implacables con los débiles y increiblemente dóciles y sumisos con los poderosos, especialmente con reyes corruptos y obispos de igual ralea. A esa subespecie de ser humano le suelen caer unas pocas migajas más que al resto, por saber arrastrarse sin dignidad por las mullidas moquetas del poder.

4 comentarios:

Juan L. Trujillo dijo...

Ese magistral titulo, lo dice todo. No quiero ser "conspiranoico", (joder con la palabrita), pero ¿no será que las crisis las programan los poderosos, para terminar por ser mas poderosos todavía?
No puedo estar más de acuerdo con el meollo de tu escrito.
Un abrazo.

Emilio Manuel dijo...

¿Qué los ricos tienen miedo?, está claro, cuando el mundo se llene de pobres, ¿Qué van a hacer los ricos?, ¿a quienes le van a robar?, por eso el mismo FMI o el BM nos está diciendo que cuidadin cuidadin, que mientras alguien con dinero ellos podrán seguir afanando por lo fino.

UN abrazo.

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola Juan.
Las crisis forman parte del sistema económico. No hace falta programarlas. El propio sistema económico es el que es ajeno a la sociedad.
Un abrazo.

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola Emilio Manuel.
Sí, todo parece indicar que juegan con fuego, pero también es cierto que dominan la información, la existente y la que se comunica. Veremos.
Un abrazo.

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