¡ARROGANTE GILIPOLLAS!


Decía un amigo hace tiempo, cuando iba a hacer una presentación con PowerPoint que “… he preparado 50 transparencias porque no he tenido tiempo de prepara sólo 10". Cuando lo comentó me hizo gracia pero a posteriori me di cuenta de que es una realidad como un castillo: Es mucho más fácil escribir todo lo que se nos ocurre que sintetizar esas ideas en unos párrafos o en unas pocas transparencias. Es evidente que en el fondo está nuestra "costumbre" de dejar las cosas para última hora (cultura mediterránea supongo) y claro, luego hay que correr y hacemos lo que podemos.

¡Mecagüenlaleche! Ahora entiendo yo el refranero popular, que en dos líneas (incluso en dos palabras) te transmite folios y folios de sabiduría. ¿¡Será posible!?

Esto viene a cuento de que el otro día un amigo me pasó uno de esos mails con mensaje y como era más bien corto me lo leí. Es este:

Un presumido estudiante que se encontraba en un autobús lleno hasta los topes se tomó la molestia de explicarle a un señor mayor sentado a su lado, porqué le es imposible a la vieja generación comprender a su generación.
-"Usted creció en un mundo diferente, realmente casi primitivo", dijo en voz lo suficientemente alta para que lo escucharan alrededor.
-"Los jóvenes de hoy crecimos con televisión, Internet, aviones jet, viajes al espacio, el hombre caminando en la luna. Nuestras sondas espaciales han visitado Marte... Tenemos naves con energía nuclear y carros eléctricos y de hidrógeno. Computadoras con procesos de velocidad de la luz... y más"
Luego de un breve silencio el señor mayor respondió lo que sigue:
-“Tienes razón, hijo mío. Nosotros no tuvimos esas cosas cuando éramos jóvenes ... ¡así que las inventamos!. Ahora, arrogante gilipollas, ¿qué estás haciendo TÚ para la próxima generación?"
El aplauso en el autobús fue atronador.


¡Cuánto nos dicen esas tres líneas del señor mayor! ¿verdad?

Reconocimiento, ¡qué poco reconocemos las aportaciones de... realmente de cualquiera; y si encima pertenece a la tercera edad ni le miramos a la cara.
¿Cuántos hemos dedicado un poco de tiempo a este tipo de reflexiones?
¿Cuándo se ha hecho un reconocimiento público, de verdad, no en época electoral, a su trabajo y a su esfuerzo?

Reconocimiento siempre necesario a la aportación de la generación inmediatamente anterior a la nuestra, la generación de nuestros padres, la de nuestros abuelos; aportación que origina que podamos vivir como vivimos y que seamos como somos.
Y que conste que no voy a empezar con el típico discurso de "… porque la juventud actual no respeta nada...", "… ya veremos como piensas cuando tengas mi edad…" y todo ese rollo simplista que lo único que demuestra es que el que lo dice se hizo viejo hace mucho, mucho tiempo y que probablemente se limite a reproducir el mismo discurso que a él le dijeron en su día. No. No soy de esos. Me sentiría como el abuelo Cebolleta. Me enfadaría conmigo mismo si me descubriese con un discurso similar.

Diálogo intergeneracional. Educación y Formación allá donde se deba hacer. ¿Cómo le vamos a pedir a alguien que respete algo que nadie le ha enseñado a respetar? Diálogo, que tiene que producirse en un lenguaje y en unas claves que ambas partes seamos capaces de entender, sin agresividad (“¡porque sois todos una pandilla de vagos!”) pero con interés por plantear reflexiones que permitan opinar a ambas partes (“¿alguna vez te has puesto a pensar lo que han hecho tus padres y abuelos para que tu puedas vivir mejor?”). Pregunta que desgraciadamente por lo general (todo hay que reconocerlo) tendría una respuesta del tipo: “Pues las verdad es que no”.

Y es que nos pasamos la vida haciendo cosas que hacen que nuestro hijos vivan mejor con un discurso totalmente estéril: “Me paso el día trabajando para que mis hijos salgan adelante y ellos ni se da cuenta”. Y digo yo: ¿por qué no se lo dices? Los jóvenes (cualquier persona, mejor dicho) no tienen por qué “darse cuenta” de todo aquello que tu deseas. A veces es necesario ayudarles a que se den cuenta. Y la mayoría de las veces se dan cuenta. ¡Vaya si se dan! Como decía otro amigo: “La transmisión universal de pensamientos no existe, así que si quieres que me de cuenta de algo, dímelo”.

¡Uff! Todo esto venía a cuento de las tres maravillosas líneas que nos ha dejado ese maravilloso anciano unos párrafos más arriba. Y ya veis, yo he necesitado bastante más para reforzar esa idea de reconocimiento y respeto.

Bueno, aquí, en Euskadi, ya sabéis que somos... de otra madera. Aquí estos temas de la tercera edad los tratamos "al estilo vasco". Lo tenemos todo perfectamente controlado. Aquí no falla nada. Y si no lo podéis ver con los de Vaya Semanita. Que os divirtáis.


10 comentarios:

Katy dijo...

Jajajajaj, con tu habitual buen humor has tocado el eterno tema generacional. Ni lo de antes fue mejor, ni lo de ahora es la panacea. Lo que si es cierto que hace falta diálogo, aunque ellos sean reticentes, pero no sermones, porque eso ahuyenta todo tipo de acercamiento.
Y respeto de los unos hacia los otros.
Somos lo que somos porque otros anduvieron el camino antes. En otro contexto, pero las mismas vivencias de amor, enfermedad, cariño, paro, soledad, pobreza y trabajo. Lo que tenemos que pensar es en dejar esto algo mejor de lo que nos lo hemos encontrado.
Un fuerte abrazo y feliz Domingo

Fernando López dijo...

Hola Javier:

Lo que pasa es que somos de memoria frágil y selectiva. Cuando somos niños, jóvenes, adultos ...ignoramos a la generación anterior y, a medida que crecemos, es la posterior la que nos ignora. Así no hay quien se aclare. No como en Euskadi, que parece que lo teneis resuelto.
un abrazo

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola Katy:
Efectivamente es el eterno problema intergeneracional, pero ahora con los medios que tenemos no deberíamos desaprovechar la ocasión de acercar un poco esos dos mundos, ¿verdad?
Un abrzo.

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola Fernando:
No sabemos ver más allá de nuestras narices y a veces ni eso.
Como le comentaba a Katy, ahora con los medios que tenemos no deberímos desaprovechar la ocasión de acercar dos mundos que están demasiado separados.
Un abrazo.

Germán Gijón dijo...

Hola, Javier:
dicen que los japoneses tienen el máximo respeto por sus mayores. Confieso que soy de los que se ve diciendo lo mismo que me decía mi padre, aunque no todo. Pero si todavía tuviera abuelos, me pasaría las tardes con ellos aunque solo fuese para observarlos.
Un abrazo.

Josep Julián dijo...

Hola Javier:
Me temo que el tema que planteas es circular porque esas mismas reflexiones se reproducen generación tras generación. La sabiuría siempre acaba cayendo del mismo lado como la prepotencia del otro lado y puede que ese sea uno de los valores que demuestra que la humanidad tiende a suprimir la fuente del conocimiento donde podrían beber más y más limitándose al uso de ese conocimiento como si siempre hubiera estado ahí.
Pero ¿no es eso lo que hemos hecho siempre?
El abuelo del autobús estuvo despierto en su respuesta, tanto como el otro dormido.
Un abrazo.

Unknown dijo...

¿No están sobredimensionados los avances tecnológicos?
Entiendo que en algunos casos -como en medicina- son muy importantes pero, por ejemplo:

-¿Cómo vamos de los avances/ retrocesos morales?, ¿Cómo van esos números que hablan de que aprox. un 20% de la población mundial disfruta de un 80% de los recursos ?

- ¿Es que acaso vamos a dejar el mundo mejor de como nos lo dejaron a nosotros?

Pero claro, la culpa es de los políticos...

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola Germán:
Efectivamente, hay culturas que rinden culto (valga la redundancia) a la tercera edad. En los tiempos que vivimos me parece digno de admiración. Tendríamos que copiar un poco y rascar en nuestras raíces, que tampoco están tan lejos.
Un abrazo.

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola Josep Julián:
Yo me acuerdo de la relación que tenía mi abuela con su madre (de niños nosotros también le llamábamos "madre", como le llamaba mi abuela), a la cual llegué a conocer unos pocos años. Todavía la recuerdo. Esa relación, formada en culturas preindustriales era totalmente diferente. No me atrevo a decir que fuesa la ideal, pero no tenía nada que ver con la relación que hemos tejido en las culturas industriales y postindustriales, al menos en este país.
Como en temas de inmigración, deberíamos mirar un poco hacia atrás y reaprender, si bien eso está cerca de lo imposible. Supongo.
Un abrazo.

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola Alberto:
La huída hacia adelante es lo que tiene, que no miramos para atrás ni para adelantar. Todo "lo que" o "el que" se quede en el camino "que le den". No está fácil, pero supongo que en algún momento habrá que reflexionar en que realmente hay que hacer algún viraje que nos resitue en un plano más humano. ¿No te parece?
Supongo que son utipías, pero alguien tiene que pensar en ellas.
Un abrazo.

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