Es el título de unos de los mejores discos de Supertramp, grupo que en los años 70 tuvo su cenit con discos que hoy ya son historia de la música moderna.
La música siempre ha sido un referente en mi vida y particularmente la de Supertramp, por lo que existen muchos momentos que inevitablemente están ligados a ciertos discos o canciones. Y este es uno de ellos, ligado a mi “primera crisis” (económica, se entiende, que de las demás no estamos para hablar en este momento).
No voy a decir que cada vez que se habla de crisis me suena una de las canciones de este disco, pero casi. Tengo que reconocer que no son pocas veces en las que recuerdo a aquél tipo de la portada del disco sentado en una hamaca, con su refresco, mientras que las fábricas de finales del siglo pasado echan humo en un fondo de blanco y negro.
Maravilloso recuerdo.
Después de años y años de crisis, te das cuenta de que siempre ha sido así, ¿no?
A mi todas las Crisis me han pillado “con el pie cambiado”, o mejor dicho, como al personaje de la portada. Bueno, no voy a decir que sobrado de “parné”, pero sin mayores problemas. Tengo que reconocerlo.
Así que, en esa comodidad de la época, siempre he sido el último en enterarme de la que se nos venía encima. “No será para tanto” pensaba yo. “La prensa exagera”. “La oposición también, porque no le queda otro remedio”.
Y ya ves… Y eso que soy economista. Tiene gracia. Pero bueno, ya se han encargado otros de desmitificar la profesión y ahora todo el mundo sabe que la economía es la ciencia que explica perfectamente el pasado y que nunca es capaz de predecir el futuro, por mucho que lo intenta.
Las crisis, afortunadamente para algunos de nosotros, son esas cosas que nos pasan por al lado sin apenas despeinarnos. Nos sirven para hacer política económica internacional en el bar de la esquina (que por cierto ya no está tan lleno como antes), nos sirven para el comentario frívolo en la oficina… nos sirven para… tener siempre a mano un buen tema de conversación. En definitiva, para muchos de nosotros, las crisis son una mera anécdota en nuestras vidas.
En momentos como estos es cuando me doy cuenta de que casi todos los mortales una vez que conseguimos un empleo nos comportamos como si con nosotros no fuese esta película. No nos queremos acordar de lo angustiados que vivíamos un mes antes en el desempleo, sin visos de encontrar un trabajo (ni decente ni indecente). Y por supuesto, mucho menos de lo angustiado que vive el vecino, que no ha tenido la suerte de pillar un curro como el nuestro.
Tenemos memoria frágil. Olvidamos con facilidad.
Y vuelve a aparecer el de la portada del disco: Tipo sentado en hamaca, refresco… fábricas de fondo. Es inevitable.
Enseguida nos acostumbramos a vivir al límite. Bueno, no vamos a exagerar: a vivir bien. Buen coche, segunda vivienda, buena hipoteca, todo un futuro por delante para pagarla… ¿Y la solidaridad?
“Por favor, no me moleste con eso ahora, que estoy descansando”
En el fondo… ¿el ser humano es así o nos envilece la sociedad que hemos creado?
Hay zonas del mundo donde nunca hay crisis cíclicas: hay miseria permanente.
Un viejo anuncio de una ONG venía a decir: “la diferencia entre un africano y tu es que tu has tenido la suerte de haber nacido 5 cm más arriba (en el mapa)”
Siempre me acuerdo de ese anuncio y permanentemente estoy agradecido por haber tenido esa suerte de los 5 cm. de diferencia.
Pues ahora nos tocan a nosotros unos añitos de vacas flacas, pero a los que viven ahí abajo les da igual. Como verás en la prensa, a pesar de la crisis las pateras siguen llegando. Y es que aun estando en crisis, aquí se vive mejor que unos centímetros más abajo.
No sé. Pienso mucho en todo esto. Me preocupa.
Me preocupa que la avaricia humana no tenga límites. Que todo nos importe un bledo. Que seamos insensibles al sufrimiento de los 2/3 de la humanidad. Que la única injusticia que seamos capaces de ver sea que nuestro equipo ha perdido de penalti injusto en el último minuto.
Quiero pensar que las crisis son avisos. Avisos para que nos demos cuenta de que el camino está equivocado, de que debemos cambiar de rumbo, de que la productividad ha llegado a tal límite que unos pocos podríamos mantener a toda la humanidad, de que no necesitamos tantas cosas para vivir bien…
Hasta hace unas semanas he estado leyendo muchas declaraciones de todo tipo de dirigentes que indicaban el fin de una época económica y que sería necesario “refundar” el capitalismo en términos más “humanos”. Me lo quería creer, porque todos necesitamos creer en algo. Desgraciadamente vino Ramón Tamames a poner orden.
Hace un mes aproximadamente, en una conferencia en Vitoria le preguntaron... “¿Usted cree que esta crisis puede significar el fin del capitalismo tal y como lo conocemos?
A lo que Tamames contestó: “Ni hablar. Ya le digo a usted que dentro de 5 años seguiremos consumiendo como lo hemos estado haciendo hasta el años pasado”.
Lo dijo tan claro y tan seguro que no me dejó lugar a dudas. Esta frase supuso un argumento más para reforzar mi escepticismo (que no pesimismo) con relación a la naturaleza humana.
Y todo esto, mientras escucho a Supertramp y leo a Eduardo Punset. Que en su último libro titulado “Por qué somos como somos” nos dice cosas que deberíamos escuchar con interés. Por ejemplo, nos dice que la mayoría de los científicos opinan que entre los billones de galaxias existentes es muy probable que haya “vida” en alguna de ellas. Sin embargo, Ken Nealson, biólogo de la NASA que dirigió durante mucho tiempo equipos multidisciplinares encargados de buscar vida en el Universo, opina que lo de la Tierra es “…una equivocación. Algo irrepetible”.
Añade “…Todo esto lo pensamos desde un peñasco que gira sobre sí mismo y se desplaza a más de 220 km. / seg. En una galaxia situada en un universo en expansión. Y no se nos mueve ni un pelo”.
Ya ves. Y nosotros ocupados en estas tonterías.
TEATRO EN LA ABADÍA
Hace 1 hora
7 comentarios:
Magnífico post Javier. Como dice Ramón Tamames dentro de unos años seguiremos consumiendo como antes. Somos muy olvidadizos y a pesar de que la crisis nos ha pegado un "toque", seguiremos ignorando las consecuenciass que produce la avaricia y egoismo humanos.
Un saludo
Felicitarte por continuar tu camino de "voyeur" a creador y compartirlo con los demás. Lo complicado es que con la expectativa generada por tu primer post va a ser exigente mantener el nivel.
Disfrútalo y así lo haremos l@s dem@s.
Un fuerte abrazo
Jorge Garcia del Arco
Javier:
menudo pedazo de "blog"!!!!!! está claro quien es el profesor y quienes lo alumnos......
En clase te echamos de menos; entre tanta teoría, ya no filosofeamos tanto como antes asi que tu blog nos viene de maravilla.Ya comprobamos que nos sigues leyendo, por los comentarios que nos haces A partir de ahora, con esta nueva herramienta, nosotros haremos lo propio.
Me ha encantado la alusión al disco.En mis recuerdos,aquellos felices ochenta, la música de Supertram es la banda sonora de mis trece años, los mismos que mi hijo mayor tiene ahora, y ni que decir tiene, que lo que yo apreciaba entonces era la ´melodía.....porque ¿crisis, qué crisis?
Luego, después de años y años de crisis nos damos cuenta de que siempre ha sido asi ¿no?
Hola Javier:
Llego a tu blog dando un salto desde el de soulbussines y tengo algo que contarte. Tengo tu misma edad, me gustaba mucho Supertramp, llevo poco tiempo en la blogosfera y como a ti, también me está dando muchas satisfacciones y como tú también esta es la primera crisis que me ha pillado a descubierto.
A poco que te asomes a la blogosfera ya habrás visto que hay mucha gente que sufre y que lo está pasando mal, así que procuro en mi blog dar una pátina de positivismo que creo que es muy necesaria en los tiempos que vivimos.
Confío en que saldremos de esta, pero también confío en que no lo hagamos como entramos sino en que hayamos aprendido algo porque si no, en la próxima crisis igual ya no salimos o incluso ni llegamos.
Ánimo con la nueva herramienta y ya sabes dónde me tienes.
Un saludo.
Hola Josep Julián:
Estoy encantado de recibirte como compañero de viaje en esta maravillosa aventura. Acabo de hacer una visita rápida atu blog y, permiteme que te diga, que me he quedado abrumado. ¡Puff! ¡Yo de mayor también quiero tener un blog así!
Bueno, bromas aparte, gracias por tu visita. Seguimos en contacto.
Un saludo.
Pues ya sabes que estás invitado a dejar tu poso cuando quieras en forma de comentario. Ya sabes eso que se dice: se recibe lo que se da.
Un saludo.
Que escriba algo, aunque sea para criticar…
Pues bien, vamos a intentarlo.
Bonito ejercicio de nostalgia con gotas de inquietud social. Pero una vez dicho todo esto, ¿qué, seguimos igual? Como, además, tenemos esas sabias palabras de todo un “pope” como el señor Tamames, que parecen disculparnos por cuanto está en la propia naturaleza del ser humano obrar así, pues qué le vamos a hacer, nos aferramos a ese fatalismo para que nada cambie.
¿Demasiado cínico? Ahora lo arreglo. Verás.
La definición de economía me ha gustado. A ver si te sabes ésta que yo atribuyo al profesor indio de Cambridge Amartya Kumar Se (pero ya no me fío de mi memoria), y premio Nobel de Economía 1998: «Un economista es esa persona que si se porta bien en esta vida se reencarnará en matemático, pero que si, por el contrario, se comporta mal, en la próxima será un sociólogo».
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