
Víspera de Nochebuena, en la puerta del super está piediendo el negro de siempre, que saluda con un "Feliz Navidad" a todo el que entra y sale. "¿Qué tal la familia?", añade. Ya lleva varios años pidiendo en el mismo lugar y conoce a casi toda la clientela habitual. Trata de ser amable, cercano, consciente que es su única arma para conseguir algo de dinero. "Feliz Navidad. La familia muy bien, gracias", le contesto incómodo, consciente del abismo que nos separa, mientras me acerco a coger un carro,...
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