
Hablábamos el otro día de la
homeopatía y de su nueva regulación en EE.UU. por medio de la cual se obliga a
informar adecuadamente al consumidor de que tal o cual producto “no tiene demostrada científicamente su eficacia”. Es lo menos que se puede y debe hacer.
Luego cada uno es muy libre de leer e informarse o dejarse arrastrar por la publicidad o por la vecina de enfrente y de comprar lo que le dé la
gana.
Decía un farmaceútico, en una
entrevista en la radio, que es totalmente imposible convencer...