Empezamos el día con un poco de suerte, puesto que las previsiones de lluvia se habían ido relajando, hasta el punto de que sólo veíamos altas probabilidades en algunas horas del día. Por la mañana hasta el mediodía parecía que íbamos a tener suerte.
El día anterior había contactado conmigo Miryam, bloguera y amiga, que nos conocemos desde hace años y que habíamos tenido la suerte de encontrarnos en Bilbao personalmente a principios de año. Casualidades de la vida, ella se encontraba en Montevideo visitando a su hija, por lo cual habíamos quedado a comer en un restaurante en el barrio de Pocitos.
Joseba y yo, que nos gusta andar, visto que el tiempo nos iba a respetar, habíamos decidido ir caminando hasta el lugar de encuentro, que si bien era un trayecto bastante largo (unos 7 km.) nos iba a permitir disfrutar de la ciudad, tanto por la rambla de la costa como por entre calles.
Paseando y sacando fotos nos fuimos acercando al lugar de encuentro. Nos atrapó la lluvia justa a las puertas de un gran centro comercial, donde aprovechamos para tomarnos un café y reponer fuerzas. Sobra decir que los centros comerciales son iguales en todas partes, así que sin comentarios al respecto.
Descansados y viendo que había dejado de llover, seguimos paseando al lugar de encuentro. Y efectivamente, si bien llegamos con un poco de antelación a la cita, allí estaba Miryam esperándonos.
Más allá de la casualidad del encuentro, es de valorar enormemente las grandes facilidades que nos da la tecnología para conocer gentes y mejorar las relaciones humanas, aunque luego de lo que más se hable es de toda su carga negativa.
La cuestión es que fue un reencuentro muy emotivo del que disfrutamos mucho.
Descansados y repuestos del cansancio de la mañana, tomamos un Cabify para ir a la estación de autobuses con el fin de conocer horarios par nuestro siguiente destino (Rocha) y compañías que lo ofertaban.
Sería porque era viernes, pero la estación estaba repleta de gentes que iban de un lado a otro.
No sé si es una ventaja, pero en Sudamérica (supongo que también en otros lugares), hay más de una compañía que oferta el recorrido, por lo que te puedes encontrar con autobuses de diferentes calidades y, por supuesto, precios diferentes. Da la sensación de que tienes que hacer un curso postgrado para poder conseguir la información necesaria para tomar una decisión.
De momento sólo pretendíamos tomar contacto con el entorno, así que comprobado que había diferentes compañías y horarios tomamos camino de vuelta al hotel.
Si bien el trayecto volvía a ser largo, esta vez decidimos tomar la Avenida 18 de julio, que es una de las arterias que atraviesan la ciudad, y que en línea recta nos dejaba prácticamente al lado del hotel. La amenaza de lluvia, siempre presente, no se materializaba, así que estábamos encantados. La idea era también poder ver la ciudad desde otra perspectiva que la que habíamos tenido por la mañana.
Caminando a través de la avenida, nos encontramos con un gran recinto donde se celebraba "el día del libro" y comprobamos con satisfacción la cantidad de gente que había viendo y comprando libros. ¿Sería una muestra de la afición por la lectura de este país?
Y ya cerca del hotel, no nos quedó más remedio que tomarnos una cerveza bien fría antes de tomarnos un merecidisimo descanso.
Finalizamos el día con una cena "ligerita", que nunca lo es, puesto que aquí las raciones siempre son enormes.
4 comentarios:
Cuando físicamente estás capacitado para hacer estos viajes y esa caminatas, tienes el premio de poder encontrarte con personas que has conocido en este medio y que felizmente se hacen tangibles en la realidad. Eso es un aliciente más de sta bonita aventura.
Un abrazo y que la lluvia os pise los talones, pero no os "chafe" la aventura.
Fue una inmensa alegria verte de nuevo, conocer a Joseba y compartir ese maravilloso tiempo juntos. Exito y buenas aventuras para el resto del viaje. ¡A ver donde nos encontramos la próxima vez! ¿En Londres, Madrid, Paris o Estocolmo? :-)
Abrazos y besos
Tienes suerte conocer à Myriam, bloguera muy apreciada....Y buen provecho !
Al ver la foto he reconocido a Miryam, magnífica mujer que, con sus piernas, de las que tiene que hacer un esfuerzo importante, camina a donde se presente, hace un par de años estuvo en Granada y tuve la suerte de hacerle de cicerone.
Tu viaje me ha hecho informarme sobre el país en la gran enciclopedia mundial, he podido ver que es uno de los más desarrollados de América Latina y que es llamado la Suiza de América.
Espero tu próxima entrada. Abrazos.
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