UN VIAJE POR URUGUAY Y ARGENTINA: DÍA 11

DÍA 20.

La visita guiada por el Casco Histórico era a las 11 h. Un rato antes aprovechamos el tiempo acercándonos al embarcadero del Buquebus, para comprar los "boletos" para ir a Buenos Aires al día siguiente.

Nos había abandonado el sol y teníamos una mañana fresca y gris, pero ya nos conformábamos con que no lloviese.

La visita estuvo bastante bien, con una guía que parecía una Wikipedia andante. Además de conocimientos se explicaba muy bien.

Posteriormente comer y descansar un rato en el hotel.

Hay algunas cuestiones que, desde mi punto de vista, indican que una sociedad es más madura y más avanzada, como son, el trato animal, la separación Iglesia-Estado y la regulación de la Eutanasia. Desde luego que no son los únicos indicadores, pero creo que son muy importantes. Pues Uruguay tiene regulados los tres.

El maltrato animal está prohibido, así que desde hace tres años no hay corridas de toros.

La separación Iglesia -  Estado es un hecho, hasta tal punto de que no existen festividades ligadas a las creencias religiosas. Excepto Navidad, y porque se celebra en todo el mundo.

También la eutanasia está regulada por ley desde 2013.

Bueno, puesto que nos teníamos visto todo lo  que es el centro histórico, por la tarde nos fuimos a ver la Plaza de Toros que, nos dijeron, está en ruinas y que próximamente se iba a hacer en ella un centro  comercial (cómo no).

Aunque no era uno de los monumentos a visitar, nos atraía porque estaba en el otro extremo de la ciudad. Así que, como lo nuestro es viajar en bus como uno más de la ciudad, allá que fuimos.

Fue media hora de viaje atravesando diversos barrios de casitas de planta baja, modestas pero sin decir que por allá se veía pobreza.

A unos 300 m de la plaza de toros estaba, ya en ruinas también, un espectacular frontón que fue inaugurado en 1910. En 1974 el frontón fue restaurado y el 27 de noviembre de ese año fue sede del Campeonato Mundial de Pelota Vasca en la modalidad de Cesta Punta. En 1980 al conmemorarse 300 años de la ciudad de colonia, el torneo se repite. A partir de ahí ha vuelto al abandono, pero todavía conserva ese toque de elegancia que le debió de caracterizar en su momento.

La vuelta la hicimos andando, puesto que suponía completar el paseo que el día anterior habíamos hecho por la Costanera.

Ya de nuevo en el casco histórico, conscientes de que era nuestra última tarde en Uruguay, nos gastamos nuestros últimos Pesos en una cerveza bien fría.