DECONSTRUYENDO MIS FOTOS: ¿Crisis?, ¿Qué crisis?

NUESTRO CRÍTICO EN PRÁCTICAS FAVORITO (pero veo que se la está jugando): 

Tengo la impresión de que nuestro artista ha tirado de fondo de armario. Nos encontramos ante una fotografía que no epata, ni siquiera "habla", no "dice" nada, no establece diálogo alguno con el potencial observador. Podría ser fácilmente una imagen publicitaria de un catálogo de viajes al uso, si no fuera porque lo que promociona no posee ningún interés, pues se trata de un paisaje agreste, por no decir cutre. No hay aliento en lo representado, ni contraste en el color, ni encuadre arriesgado, ni dinamismo en las formas. Si lo que el fotógrafo ha pretendido es homenajear la portada de un disco de igual nombre de cierta banda de rock, lamento no poder decir que se trata de un chusco plagio. ¡Esto es una auténtica herejía! Allí se podía apreciar un dramatismo en el uso del color, un mensaje. ¡Algo!

En cuanto al elemento humano, parece estar ahí puesto al modo de las figuras románticas, aquellas que se hallaban en frágil equilibrio ante la desatada naturaleza. Mas carece de la fuerza de éstas, pues no hay desafío aquí, no hay tensión, solo una estudiada indiferencia, un aparente diletantismo, un ejemplo de solipsismo extremo, de profunda insolidaridad. Un dar la espalda, no a esa crisis climática a la que tal vez se refiera el título, sino al mismísimo ciclo de las mareas. La estampa que se nos proporciona, más que una “marina”, podríamos decir que semeja una “naturaleza muerta”.

Lástima de tiburón o de algún otro simpático depredador.