Eso sí, la cantidad de experiencias y conocimientos que se van acumulando hacen que el viaje vaya compliendo sobradamente con su objetivo último: Vivir una experiencia única. Pero bueno, ya habría tiempo de reflexionar y sacar conclusiones.
Aquí un recordatorio del mapa de situación y el punto al que he llegado hasta el momento.
El viernes por la mañana no salía el tren a Cádiz hasta las 15 h. Había uno a las 8 de la mañana, pero no me apetecía madrugar así que había comprado billete para el siguiente. Eso me daba toda la mañana libre, que después de día y medio en Huelva casi que me sobraba. Pero bueno, en el peor de los casos lo dedicaría a poner al día el diario y a leer un rato.
Pues no, no sobraba, todo lo contrario, fue una mañana que aportó una grata experiencia más, una mañana de esas que te ves obligado a improvisar y al final te deja un muy buen sabor de boca.
En días anteriores había dejado por "poco interesante" la visita al "Muelle de Mineral de Rio Tinto", y además por estar un poco alejado del centro, pero ya que tenía tiempo...
Para vuestra información, El muelle de mineral de la compañía Riotinto es un muelle-embarcadero comercial que se utilizaba para embarcar el material procedente de las minas de esa Compañía Minera. Ahora mismo está nombrado Bien de Interés Cultural.
Un paseo de 23 min., callejeando por una zona, hasta el momento desconocida, me llevaron hasta el muelle. Había visto fotos en Internet, que la verdad no me habían motivado nada, pero, afortunadamente, la realidad fue bien distinta. Se puede pasear por todo el muelle, el entorno está cuidado... Muy bien. Se puede palpar un poco parte de la historia reciente de la ciudad y de la provincia.
A esas horas, lógicamente había muy poca gente paseando por allí, y llegando al final del muelle, una chica sudamericana de unos 30 años, que había llegado antes que yo y que estaba observando el entorno, me saludó con educación. Ya volviendo yo me entretenía sacando fotos, ella se había quedado un poco más rezagada, y cuando llegó a mi altura se acercó para preguntarme de dónde era.
Vaya por delante que no tenía ninguna pinta de ir buscando nada extraño, que es lo primero que se suele pensar en estos casos. La mujer, muy educada, me pareció que buscaba otro tipo de ayuda. No lo sé.
La cuestión es que me dijo que era de Hoduras. Yo le pregunté a ver si estaba de vacaciones y me contestó que sí. Le dije que yo también estaba de vacaciones y que esa misma tarde me marchaba de Huelva. Le comenté que había leído que Honduras está muy mal, lo cual me confirmó asintiendo. Ante esa respuesta le pregunté: "¿Tienes intención de volver?" y me dijo que no.
A pesar de su sonrisa, ya hacía unos segundos que había detectado en su mirada un grito de auxilio: Sola en un país desconocido (lo de sola lo suponía, claro), intentando iniciar una nueva vida.
Me dije: "Javi, no te involucres, que estás a punto de marcharte. No sigas haciendo preguntas y mucho menos no te pongas a dar consejos, que por mucho que te empeñes tú no vas a solucionar nada".
Así hice. Habíamos llegado de nuevo al muelle, nos despedimos y enfilé justo en sentido contrario a la dirección que ella parecía tomar.
No dejé de darle vueltas toda la mañana: "Javi, si tu eres buen conocedor del mundo del trabajo en España, algún consejillo, bien que le podrías haber dado". Y es que tengo el terrible problema (a veces, es cierto, también es una virtud), de hacer míos los problemas de los demás.
Bueno, ya está la decisión ya había sido tomada y a pesar de los pesares, a pesar del ese pequeño remordimiento, creo que lo que hice fue lo mejor.
Ya volviendo, me metí por una zona que presentaba unos interesantes murales, enfilé a la izquierda una calle peatonal y me tomé un café en una terraza para descansar un ratillo. Ya en el hotel descansé un rato antes de coger la maleta e irma a comer a un lugar que estaba de camino a la estación del tren.
Hasta el momento, la ciudad que más he disfrutado ha sido Huelva. No porque tenga grandes atractivos turísticos, que no los tiene, sino por el ambiente cultural que he podido disfrutar, por sus innumerables calles peatonalizadas... A Huelva no se puede ir de turismo, porque no hay nada que ver. A Huelva se puede ir a estar, disfrutar de su vida en las calles y si acaso, a vivir. Sí, Huelva me parece un ciudad perfecta para vivir... En esta época del año, claro.
Ya a las 15 h. salió el tren hacia Sevilla. Estando a punto de llegar, nos informaron de que ese mismo tren iba a seguir camino de Cádiz, con lo que me iba a ahorrar el transbordo.
La estación de autobuses de Cádiz, está justo al otro lado de la estación de ferrocarril, así que aproveché para coger el billete que al día siguiente me llevaría a La Línea de la Concepción a las 10,15 h.
En Cádiz no me importó pasar sólo una tarde-noche, puesto que había estado recientemente , así que llegué al hotel, me di un buen paseo entre calles, cena y a la cama.
6 comentarios:
Si ya conocías Cádiz, te perdono. Esa ciudad, bien merece una estadía más larga.
Un abrazo y no escuches esa canción antigua del"chacachá del tren", que seguro que ya es tu banda sonora.
No está mal empatizar con la gente, pero hay cuestiones que no podemos, a título personal, resolver, como mucho invitar a un bocata y quitarle el hambre del momento, pero ya dice el refrán, "pan pa hoy y hambre pa mañana". Como tu, también fui un buen conocedor del mundo de trabajo, no tanto a nivel nacional pero si local, descubriendo la gran bolsa de dinero negro que aquí se movía y que nadie intentaba solucionar, escuchando a políticos que tenían la capacidad de dar soluciones, decir: mejor dinero negro que delincuencia, ante esto "me cago por la patas abajo".
Ya te tengo preparado el programa de visitas para un día y medio, me salen tantas cosas que lo mismo aparto aquellas que pueden ser interesantes para ti. Bueno, ya lo hablamos.
Me imagino que una persona que quiere dar la vuelta a España y también al mundo no tendrá problemas de estómago ni de cuestiones alimentarias, vamos, que comerá como una lima y nada le sentará mal, ¿no?.
No olvides en Cadiz y su provincia lo que ya te dije, un vino blanco fresquito de la zona y una o las que sean tortillas de camarones, para mi, una delicatessen.
Buen viaje.
Hola Juan.
Es más, últmamente he estado dos veces. Y volveré, claro.
Un abrazo.
Amigo Emilio Manuel:
Yo como te todo y en todas partes. No le hago ascos a nada. :-)
Y a ver si esta tarde consigo comerme la tortilla de camarones. :-)
Ya has recorrido media España ¡Qué tío!
Ánimo que ya sólo te queda la otra mitad.
Suerte!!!!
A por ello voy, Tracy.
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