VUELTA A LA PENÍNSULA IBERICA EN TREN. Día 17: Granada

La propuesta que me había hecho Emilio Manuel para el martes 18 parecía exigente,  así que a las 9 h. estábamos desayunando en la cafetería Ysla, famosa por ser especialista con el dulce llamado "pionono", dedicado al Papa Pio IX. La verdad es que además de estar riquísimo, el resto del desayuno no desmerecía.

Y como al salir de la pastelería nos encontramos a Lorca sentado en el banco de al lado, le pedí amablemente poder sacarme una foto junto a él, a lo cual no se negó. Empezábamos muy bien el día.

Inmediatamente nos cogimos el autobús que nos llevó al "Cerro del Aceituno", lugar poco visitado por turistas pero que ofrece unas vistas insuperables de toda la ciudad y especialmente de la Alhambra.

A partir de ahí empezamos a bajar andando y a disfrutar del paisaje desde los diferentes puntos de vista que se nos iban presentando. Mientras tanto, Emilio Manuel me iba contando historias y anécdotas de los rincones por los que íbamos pasando. Una  vez en la parte baja, paseando por aquí y por allá, me iba descubriendo rincones no accesibles para cualquier turista falto de curiosidad.

Un obligado descanso en un bar elegido con mimo, me permitió, ¡por fin!, probar la famosa "tortillita de camarones", que insistentemente me había estado recomendando desde que pisé Cádiz y que hasta el momento no había conseguido probar. ¡Una delicatesen!

A la hora de comer nos desplazamos hasta Pinos - Genil, un pueblito que está a escasos 15 minutos en coche desde Granada y que aportaba un ambiente lúdico y de descanso a la jornada. Sobra decir que comimos muy bien, siempre en agrabable conversación, compartiendo historias y anécdotas que ya nos unían desde que empezamos a visitarnos en nuestros repectivos blogs.

De vuelta a la "civilización", charlando tranquilamente un buen rato acompañados de un estupendo café, nos llegó la hora de la despedida.

Poder disfrutar de los rincones de una ciudad como Granada, de la mano de un cicerone conocedor de la historia e de las historias de la ciudad, sólo está al alcance de privilegiados. Y yo me he sentido así.

Muchas gracias Emilio Manuel por tu tiempo, tus conocimientos y, sobre todo por tu compañía durante este día y medio.

Ya lo siento, pero tengo que informarte de que próximamente estás obligado a venir a Euskadi a "jugar el partido de vuelta" porque, como comprenderás, esto no puede quedar así.

Muchas gracias por todo y un fuerte abrazo.