Definitivamente salir solo de casa, un domingo a las 6,40 h., para emprender un viaje como este, después de la fiesta carnavalera, no es la mejor idea.
No es que hubiese mucha gente por la calle, es que no había nadie. Bueno, sí, tres despistados disfrazados de no sé qué, camino de casa enfrascados en una conversación imposible.
Espero en el andén la llegada del tren. Ni un ruido. Allí estábamos en absoluto silencio un gato callejero, acechando a un pájaro, y yo. Cojo el tren de Cercanías hacia Bilbao: Yo solo en el vagón. Llego a Bilbao y ni siquiera habían abierto la estación de La Concordia, de donde salía mi tren hacia Santander. Por fin abren, cojo un billete y me busco un asiento en un vagón tan vacío como el anterior. A esperar 20 min. la salida del tren.
Entre lo deprimente que estaba todo y los nervios del viaje, casi me vuelvo a casa.
Bueno, por fin arranca y comienza a verse cómo va clareando el día. El tren va lento y además hace innumerables paradas. Supongo que es el único medio de transporte que sigue enlazando grandes zonas rurales, medio abandonadas, con la capital. La verdad es que a medida que vamos avanzando se comienza a disfrutar de los paisajes que van desfilando ante nuestras narices.
Tres horas después llegamos a Santander. Son las 11 de la mañana y hasta las 13,15h., que había quedado a comer con mi amigo Jesús, tenía la mañana libre. Así que me fui al Centro Botín a ver las exposiciones del momento.
Un corto paseo posterior hizo que llegase la hora del encuentro. Comida y conversación igual de geniales, pero pronto llegó la hora de coger el tren hacia Oviedo.
A las 16,10 h. salimos hacia el Principado. Mejoró un poco el tren, que no hacía tanto ruido como el anterior, pero seguimos parando en multitud de pequeñas estaciones de entornos rurales. Eso sí, seguimos disfrutando de paisajes increíbles.
En Llanes nos pasaron a un autobús, puesto que una zona de la vía seguía cortada por los desprendimientos producidos en semanas anteriores debido a la lluvia. Unos km. más adelante volvimos al tren. Puntualmente, 5 h. después de haber salido de Santander, llegamos a Oviedo. Eran las 21,10 h.
No eran horas para mucho más, así que me fui directamente a descansar al hotel.
12 comentarios:
El sueño empieza a hacerse realidad y como presentía van llegando las imágenes que, al menos a mí, me ponen los dientes largos.
Un abrazo, suerte y hazle un regate al cansancio.
En eso estoy, Juan.
Un abrazo
Lo difícil es empezar. Como decía Machado, se hace camino al andar, en este caso el viajar.
Buen viaje.
Algún libro?musica?un diario?,de que te acompañas
Supongo que apareceré como el unknown.
El proyecto ha empezado y, por lo que cuentas, según lo previsto. Ánimo
Cómo vives!!!! Y te quejas, gruñón!!!
¡Qué chulo!, espero que nos sigas contando como te va ¡Feliz continuación del viaje!
Me ha hecho gracia lo de "casi me vuelvo a casa". Ni hablar, q te perderias una gran experiencia vital. A por ella
Feliz de leer tus aventuras. Yo estoy en Madrid y hoy viajo en el Ave a Sevilla (que no quiero perderme la Expo de Murillo) regresando a casa en Tel Aviv después de estar dos meses en Sydamérica.
Qué el viaje te sea muy placentero.
Besarkadak eta musuak
ramón, no eran buenas horas. Ya luego se pasó todo :-)
Gracias Myriam :-)
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