VUELTA A LA PENÍNSULA IBÉRICA EN TREN. Día 11: Faro - Huelva

Empiezo la crónica del día con una alabanza al dios Google y a su hijo Google Maps, de  los cuales me he ido conviertiendo en un usuario avanzado. Sin ellos este viaje sería mucho más duro y muchas de las cosas de las que estoy disfrutando no hubiesen sido ni siquiera una posibilidad.

Bueno, sí, luego está todo eso del control de la información y de tu vida, pero ahora no estamos a eso.

A pesar de que nos salimos varias veces de la autopista para coger y dejar gente en algunos pueblos del camino, tras dos horas de viaje, a las 11,30 h. hora local, llegamos a Huelva. El reloj del móvil se había vuelto a poner en hora, avanzando una, según cruzamos la frontera. Esta vez no me pusieron problemas en la recepción del hotel y a las 12 h. estaba instalado.

Durante el viaje había estado buscando información en Internet, así que salí a dar un paseo para situarme en el entorno. Me agradó. Muchas zonas peatonales, mucha vidilla en la calle... Y como no, la comida la hice de tapeo por los bares que me parecieron más interesantes. Muy bien.

También aproveché para acercarme a la estación de RENFE para coger el billete del viernes 15, día en que me iba a tocar viajar a Cádiz. A pesar de que este viaje en tren sólo se puede hacer haciendo escala en Sevilla, esta vez ni siquiera valoré la posibilidad de irme en bus.

Por la tarde, antes de salir me puse a revisar la información y ¡oh casualidad! veo que en la ciudad, durante todo el mes hay un Festival Internacional de Fotografía, con 10 magníficas exposiciones, así que ni corto ni perezoso lo primero que hice fue mirar a qué distancia del hotel estaban. ¡Genial! en un radio de 10 min. andando estaban todas... menos una.

Más abajo os dejo la referencia por si a alguien le pudiese interesar.

Sin  intención de pegarme un atracón, decidí que esa tarde podría ver 4 y el resto las dejaría para el día siguiente.

Las 4 buenísimas, pero el  gran impacto fue la exposición titulada: "50 Fotografías con Historia", que estaba  instalada en la calle, en una plaza. Una de las fotos me resultó familiar: Boda en Takile (Perú).

¿Que por qué me resultaba familiar?

En el verano de 2017 había estado con mi familia en Perú y una de las experiencias más importantes que nos trajimos fue la estancia en Takile, una isla situada en el lago Titicaca. Takile tiene la particularidad de que allí no se pueden construir hoteles, con el fin de preservar el entorno y el modo de vida de la isla, por lo que el turismo está muy limitado. Pero existe la posibilidad de poderse alojar en casas de algunos vecinos y compartir su día a día, al menos uno o dos noches. Nosotros lo hicimos así, y estuvimos alojados en casa Cecilio, un bellísima persona además de tener una maravillosa familia.

Pues ahí estaba, una instantanea tomada en Takile.

Compartí la foto inmediatamente con mi mujer y mis hijos que también se quedaron boquiabiertos por la casualidad, hasta que minutos después alguien dijo: Ese de la derecha ¿no es Cecilio?

Y efectivamente, ese hombre era Cecilio. Juan Manuel Castro Prieto, el fotógrafo que hizo la instantanea en el año 2000, sacó la foto de una boda donde estaba presente nuestro anfitrión Cecilio.

Pero para mayor sorpresa, siguiendo obsarvando la foto dije: ¿Pero esa no es la casa donde nos alojamos? Y efectivamente, lo era, solo que en el año 2000 estaba en construcción.

¡Impresionante! ¿Quien se hubiese podido imaginer este cúmulo de casuialidades?

Total, que con este subidón de adrenalina no me quedó más remedio que irme a tomar una cerveza y degustar ese increible momento.

Una tarde extraordinaria.