LA PARTE CONTRATANTE DE LA SEGUNDA PARTE: SEGUIMOS DE CINE

El año pasado por estas fechas os contaba la experiencia compartida con un grupo de chavales en torno a una pantalla de cine en la terraza de mi casa de verano. Titulé la entrada La parte contratante de la primera parte: misión cumplida.

Resultó una experiencia muy gratificante para mi y para los chavales, por lo que este año hemos repetido experiencia con un nuevo “paquete de películas” clásicas. Siempre cine clásico. Hasta me animé a presentar un sencillo folleto para divulgar entre ellos la iniciativa y que pudiesen priorizar con antelación las películas que preferían ver (nos vamos profesionalizando).

Ya teníamos un buen clima de confiaza, así que este año el éxito ha sido más fácil. Me sorprendió que apenas conocían de la existencia de los Hermanos Marx. La primera peli que pusimos fue la de “Una noche en la Ópera”. Yo tenía mucha curiosidad por ver cómo iban a reaccionar ante una peli que acaba de cumplir 75 años, a la que todos reconocems un sentido del humor intemporal. Bueno, eso lo pensamos los que tenemos "una edad". Pero, ¿ellos lo iban a entender así? Pues sí. Disfrutaron como niños.

Otro clásico que se les quedó en la retina fue Woody Allen. Vimos "Manhattan” y por aclamación popular pusimos también "Annie Hall", que inicialmente no estaba previsto. Me encantó volver a verlas. Tan frescas y actuales como el primer día. No estoy seguro de que, por su edad, entendiesen todo lo que Woody Allen nos transmite sobre el amor, la muerte, el sexo... pero el hecho de que se enganchasen ya me parece mucho.

Por fin vieron y degustaron un verdadero “espagueti western” con “El bueno, el feo y el malo”. Gustó, pero les pareció "lenta". El otro día comentaba con Fernando López a raíz de su entrada "La velocidad nos lleva a la mediocridad", que hasta en el cine nos hemos acostumbrado al ritmo trepidante de tal manera que cualquier otra cosa nos parece "lento". Si no nos hubiesemos parado a hablar de ello nadie le hubiese dado valor a esos primeros planos de caras sudorosas, a esos diálogos sin palabras... Y es que nadie nos enseña a ver cine hasta que nos ponemos a ello.¿verdad?

¿Y qué os voy a decir de "Alguien voló sobre el nido del cuco"? Bueno, la realidad es que yo disfruté más que ellos... con diferencia.

El resto de pelis propuestas son las del cartel. Alguna se nos quedó sin ver, pero también es cierto que los chavales tenían otros "compromisos" nocturnos que degbían atender. Lógico.

Pero lo importante es que ya tenemos el Cineclub montado y que el año que viene volveremos al ataque.

Una de las reflexiones que les quise dejar en la mesa es que ver hoy en día cine clásico exige un alto nivel de interés y cierto grado de militancia, puesto que es muy difícil que se tenga en cuenta en las programaciones de las cadenas de tv habituales en el horario de mayor audiencia. Lo prioritario es "hacer caja" y para eso hay que programar otro tipo de películas.

Quise destacar que los que ahora estamos en torno a los 50 tacos (o más) tuvimos la “suerte” de tener sólo dos cadenas de tv y que además la producción cinematográfica era infinitamente más escasa que la actual, lo que significaba que se programaba lo que había, que no era tanto, por lo que estábamos viendo constantemente cine clásico.

Ya van dos años. Espero repetir éxito el año que viene y compartirlo aquí con todos vosotros.