DE VAGOS Y MALEANTES

Que la derecha y las patronales empresariales estén en contra del Ingreso Mínimo Vital, no me llama la atención. Es más, lo contrario sí que sería para pararse y mirar con atención a ver qué están tramando. Que la Iglesia Católica se posicionase a favor sería para mirar al cielo y preguntar "¡Dios! ¿Les has hecho algo?". Lo tengo claro: Cada uno sirve a su amo, y ambos dos respenden al mismo: Poderoso caballero es don dinero.

Yo no tengo ninguna duda de que, para que estos parásitos sigan dominando el mundo, necesitan legiones de trabajadores en la reserva, humillados, sumisos... obedientes, que estén deseosos de trabajar a cualquier precio y que presionen para que los salarios bajen y bajen. Que entre los ansiosos de conseguir un trabajo haya algunos millones pasando hambre tampoco es importante, mientras no se llegue al límite de lo que se puede llamar "tolerancia social", es decir, que no lleguemos al peligro de la "revuelta", como los amagos que hemos visto en Francia en algunas ocasiones. Aquí parece ser que todavía estamos dispuestos a aguantar bastante más.

¿Nosotros? Siempre en el top: España es el séptimo país europeo con la tasa de pobreza más alta. Donde la pobreza infantil afecta a 1 de cada 3 niños en España, con 2,2 millones de menores en riesgo de pobreza. Pero sólo son cifras al fin y al cabo. Es más, ¿cómo van a ser ciertas si sales a la calle y ves las terrazas llenas? Dirián algunos.

En este contexto de sociedad de tez macabra, oír a esta gentuza decir, con ese desprecio que les caracteriza, que el Ingreso Mínimo Vital es una "paguita" tendría que encender las conciencias de, al menos, las gentes con un poquito de dignidad. Pero no. Somos una sociedad tan despreciable que una parte importante encima les ríe la gracia a esos fascistas y señala con el dedo de forma amenazadora a los más vulnerables, como si ellos fuesen culpables de esta situación de depredación y rapiña que vivimos.

Un detallito: Actualmente, existen en España más de 2.700 títulos nobiliarios activos. Sueldazos que pagamos a escote. Esto sin contar la monarquía, que alguien me explicará algún día para qué sirve. Tenemos viviendo del erario púbico a más de 42.000 curas, que alguien me explicará también por qué les estoy pagando si no soy creyente. Famosos, famosillos, tertulianos, youtubers, curanderos, adivinos, legiones de políticos sin oficio ni beneficio, que el día que dejen la política no tienen ni donde caerse muertos… A menos que les recoloquen, claro. Todo un abanico de parásitos sociales agarrados como garrapatas a un sistema que hace aguas por todas partes. ¿Y nosotros qué hacemos? Culpabilizar a los parias de la tierra.

En cierta ocasión Lula da Silva, expresidente de Brasil dijo: "Nunca pensé que poner un plato de comida en la mesa de un pobre generaría tanto odio en una elite que tira toneladas de comida en la basura todos los días".