MORLACO

Estas semanas han coincidido dos hechos que considero importantes en la lenta pero implacable lucha en contra el maltrato animal y su prohibición en las fiestas populares: La prohibición del Toro de la Vega y el estreno del documental "Santa Fiesta" del director Miguel Angel Rolland.

La primera noticia es por todos conocida, pero no tanto el estreno de este extraordinario documental que deja en evidencia a la España más cutre y reaccionaria. Un documental independiente, realizado con mucho esfuerzo económico por sus realizadores a través de una campaña de crowdfunding.

El documental nos narra con tremenda crudeza cómo en este país, fundamentalmente en lo que queda de la España más profunda, mueren torturados todos los años 60.000 animales, con la bendición de la Iglesia y los políticos. Sí, sí, 60.000.

Pero todo esto hace tiempo que está tocando a su fin. Más allá del ruido de los extertores de una "cultura" medieval, casi nadie echa de menos tanta barbarie. Incluso han tenido que declarar a los toros como "Patrimonio Cultural de España", en un desesperado intento por reflotar un barco que irremediablemente se hunde. Las plazas de toros cada día están más vacías y ni siquiera las subvenciones públicas lo consiguen mantener.

El ayuntamiento de Coslada se convirtió en 2005 en uno de los primeros municipios antitaurinos de España. Dos comunidades autónomas las han prohibido: Cataluña y Canarias, la presión para organizar consultas populares aumenta... y no hay "festejo" que no tenga contestación popular.

El sinsentido de la tortura a los animales, por el mero placer de verles sufrir, se está acabando y yo tengo la esperanza de llegar a verlo.

Nunca he conseguido oír a alguien que defienda estas barbaridades con argumentos coherentes, más allá del famoso..."respeto la tradición". Que para tradición, qué mejor que el circo romano, los leones, los cristianos y todo eso, claro, pero bueno... 

En el video que tenéis a continuación veréis a un firme defensor del Toro de la Vega con argumentos que os dejarán sin habla. Con "morlacos" así, el éxito de los detractores de tamaña atrocidad tenemos el éxito asegurado.