DEL DERECHO A LA PAREZA AL SUELDO BÁSICO

Hablábamos el otro día del "Derecho a la Pereza", como una eterna reclamación a la cual queremos tender tan sólo por el hecho de ser humanos. El "Ganarás el pan con el sudor de tu frente" se ha quedado en una cita bíblica tan obsoleta como los jerifaltes que la siguen defendiendo.

Resulta que me entero (yo es que voy un poco por detrás de los grandes pensadores) de que un debate parecido a este ya está abierto en la sociedad desde hace tiempo. Es decir, las clases políticas avanzadas de los países más avanzados (no es nuestro caso, claro) ya hace tiempo que tienen asumido que la próxima revolución industrial prácticamente va a eliminar la mano de obra de las fábricas. "Los robots empiezan a realizar tareas en las que deben adaptarse a la situación, algo que hasta ahora sólo podían hacer humanos", podemos leer en Magnet.  Puede sonar sobrecogedor o liberador, en función del uso que se haga.

Según la consultora Deloitte y la Universidad de Oxford, el 35 % del empleo actual será sustituido por automatismos dentro de 20 años. Mucho de ese empleo que va a desaparecer, no está localizado sólo en las fábricas, ahora mismo ya hay robots atendiendo a los clientes en las tiendas de ropa, allá por Corea. El tema ya no sólo nos asusta a los pobres mortales que vivimos de un puesto de trabajo, sino a los propios dueños del mundo, que se van a quedar sin compradores, sin consudores. Una tragedia.

 Y no lo digo yo, economistas, como Andrew McAfee, y personalidades, como el autor-empresario de Silicon Valley Martin Ford, tienen claro que no habrá trabajo para todos en el futuro. Ambos llevan abogando por la creación por los estados de una renta mínima para sus habitantes. Martin Ford va un poco más lejos en su teoría afirmando en su libro Rise of The Machines, que una gran parte de esa renta se generaría por la producción realizada por las máquinas.

¿Ciencia ficción? Nada de eso. Suiza tiene convocado un referendum para el próximo domngo día 5 y podría convertirse en el primer país del mundo en ofrecer una renta mínima a sus ciudadanos si así lo deciden sus votantes. La propuesta quiere que el gobierno garantice de por vida a cada persona un ingreso neto de 2.500 francos suizos (unos 2.258 euros) para los adultos y de 625 francos suizos por niño.

Esto sólo es un ejemplo, hay más, bastantes más ahí afuera. El hecho de que el debate esté abierto, significa que la realidad imparable de la tecnología está empezando a hacer realidad la demanda que Paul Lafargue aventuraba a finales del siglo XIX.

¿Quién dijo Utopía?  Aunque no lo creamos la sociedad del ocio, el "derecho a la pereza", se pueden financiar. Están a la vuelta de la esquina.

Se presenta un futuro muy interesante. Como siempre, de nosotros depende lo que suceda. No lo olvidemos.