¿LOS TIEMPOS ESTÁN CAMBIANDO?

El otro día leía en el blog “Respuesta Equivocada” una frase de Groucho Marx, con la que Toni pretendía mostrarnos su hartazgo de la situación política y económica actual: “La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”. Me gustó, porque expresa perfectamente lo que vemos y lo que sentimos los ciudadanos españoles (y supongo que muchos más). Y luego pensé: Si esta cita es de hace más de 70 años ¡qué poco han evolucionado nuestros sistemas democráticos!, ¿no? A continuación, siguiendo con nuestro queridísimo Groucho, se me ocurría otra cita que, en un tono un poco más ácido, define también lo que somos capaces de alcanzar los humanos: “Partiendo de la nada hemos alcanzado las más altas cotas de miseria”. Muy adecuadas a los tiempos, ¿verdad?

En estas últimas décadas han pasado muchas cosas, que han ido poniendo las bases para que estas citas no sean un mero entretenimiento. Efectivamente, no nos hemos dormido un día con el “menos malo de los sistemas políticos” (que decía Sir Winston Churchill) y nos hemos despertado al día siguiente paralizados y controlados por los “Mercados”. No ha sido así. Ha habido todo un proceso en el que todos tenemos buena parte de responsabilidad, pero sobre todo hay “otros” responsables, entre lo que quiero destacar a la gran mayoría de nuestros gobiernos y políticos de las últimas décadas, que han trabajado muy duro para conseguir que "El elector sea ahora un espectador y el relato político una teleserie", como leía recientemente en un medio de comunicación.

Hace unos días estuve viendo los prolegómenos del “gran” debate televisado entre los “dos” candidatos. Había más gente preocupada por sus gestos y sus corbatas que por lo que fuesen a decir. Sí amigos, creo que ha habido un tremendo y trágico cambio cultural en los últimos 30 años por el cual hemos renunciado a mejorar “al menos malo de los sistemas políticos” que es la democracia, hemos abandonado nuestra responsabilidad como ciudadanos, nos hemos sumergido en el mundo de lo superficial y de lo trivial y hemos abandonado toda actitud crítica ante los acontecimientos que nos rodean. "La política consiste en vender a los políticos como marcas", leía también hace unos días.

Ahora nos llaman de nuevo a las urnas. ¿Con qué información, con qué criterio elegiremos a nuestro próximo presidente? ¿Qué opciones hay de que las “políticas” que se vayan a llevar a cabo puedan siquiera contradecir un mínimo, oponerse aunque sea un poquito, a los todopoderosos “Mercados”? ¿Puede haber alguna diferencia entre lo que haga el que gane las elecciones con lo que hubiese hecho el que las pierda? ¿Qué gesto o qué corbata ha convencido al último indeciso? Sinceramente me da igual. He perdido hace tiempo la ilusión que me motivaba hace 30 años. Ninguno de ellos me representa. Como solemos decir los que trabajamos en la administración: “cuando parezca que ya nada puede ir peor, te sorprenderás viendo que sí es posible”.

Creo que la sociedad está pidiendo a gritos una refundación de la democracia. El 15M es el primer síntoma, el primer sarpullido, el primer aviso de una grave enfermedad que debemos y podemos curar. No sé ni cuándo ni cómo terminará este proceso, pero afortunadamente el cambio ha comenzado ya.

Y siendo un convencido de que todo se hará antes si nos ponemos una sonrisa por montera, aquí van dos videos. El primero, cortito, un trocito de un mitin donde se confirma el nivel de gilipollez al que hemos llegado. Y el segundo un monólogo de Luis Piedrahita, que en realidad no tiene mucho que ver con el tema pero dice una cosa que sí tiene que ver: “Un exprimidor es como el sistema electoral español: Exprime hacia la izquierda y cuando no puede más exprime hacia la derecha”. El monólogo en sí mismo es simplemente extraordinario. Yo lloré de risa.