¿POR QUÉ DICEN AMOR CUANDO... NO SABEN LO QUE ES?

Existe el Infierno? ¿Existe Dios?

¿Resucitaremos después de la muerte?

Ah, no olvidemos lo más importante:

¿Habrá mujeres allí?








Ay... el amor.. el sexo... que en la mayoría de las ocasiones no encuentran la línea divisoria.

Amor..., una de las palabras más manoseadas que conozco y uno de los sentimientos más humanos y peor explicados. Diría que habría que enseñarlo en los colegios, pero es que hay tantas cosas que decimos que habría que enseñar en los colegios que no habría horas lectivas suficientes. Dejémoslo pues en manos de los padres.

Amor..., una mezcla de 20% de racionalidad + 80 de irracionalidad (basculando con la edad) que ocupa un espacio social y personal que no me atrevería ni a cuantificar. Quizá por eso, porque tiene un altísimo porcentaje de irracional, es por lo que los medios lo aprovechan para adaptarlo a su antojo. Y es que todos los sentimientos que tienen un alto contenido de irracionales (patrias, banderas, religiones…) son un campo muy propicio para la manipulación. ¡Uff!, pero no me voy a ir por los “Cerros de Úbeda”, que me pierdo. Hoy de lo que se trata es de hablar del Amor.

Poesía, literatura, cine, música, han exaltado tan noble sentimiento en infinidad de ocasiones. Algunas veces, las más, con una superficialidad que asusta y otras, las menos, con una sensibilidad extraordinaria. Podría poner innumerables ejemplos, pero todos tenemos en nuestra mente esa película, esa canción o aquel poema de amor que ha conseguido afloren nuestros más nobles sentimientos. Incluso, de una manera u otra, ¿quién no ha estado enamorado?

Lo que sí es cierto es que esa gran manipulación en aras a satisfacer a los mercados, ha conseguido que la gran mayoría de la gente no sepa ni lo que es. Y peor aún, que no lo llegue a saber jamás. Nos hemos convertido en meros consumidores de "amor".

Sin meterme en más berenjenales, que igual hasta se demuestra que el más ignorante soy yo, lo que os quiero ofrecer hoy es este estupendo video perteneciente a la película La última noche de Boris Grushenko (1975) de Woody Allen, en el que nos muestra de una forma extraordinaria la complejidad de tan humano sentimiento.