Comentaba con un amigo que habiendo todavía mucho de injusticia y explotación, tenemos que reconocer que la lucha de clases acabó hace unas cuantas décadas: Alain Toraine, "La societé post-industrial" (1969), André Gorz, con su trabajo “Adios al Proletariado” (1982), Peter Drucker,
En este tiempo hemos pasado varias crisis, la organización del trabajo ha variado de forma radical, estamos inmersos en una irreversible globalización, la legislación laboral ya no tiene nada que ver con la de hace tan siquiera 10 años, el perfil del empresario es absolutamente diferente y… sin embargo el planteamiento de las relaciones laborales sigue igual: Tu malo, yo bueno.
Hay muchos factores que han influido en este proceso, pero hay uno que se me ocurre fundamental: La cultura de la subcontratación, la cadena de subcontratistas que finaliza en el desprotegido “autónomo”.
Así que tenemos en uno de los extremos a las grandes empresas que concentran más y más poder y en el otro al autónomo, de vocación trabajador por cuenta ajena, avenido a empresario de sí mismo. Y en el medio una red inmensa de pequeñas y medianas empresas, al servicio de las grandes, que son las que nacen y mueren de manera compulsiva en la medida que unas crisis van y otras vienen.
En este escenario están por un lado los trabajadores de las grandes empresas, que gracias a su capacidad de presión acceden a mejoras salariales y sociales increíbles y a pre-jubilaciones y jubilaciones de ensueño, mientras que en el otro tenemos al autónomo que factura en “negro” y que llegará a jubilarse (si llega) con una pensión mínima. Encontrándonos en el medio a esos trabajadores de pequeñas y medianas empresas, que sin ninguna capacidad de presión son los primeros en “caer” cuando vienen mal dadas. Eso sí, sin hacer ruido, con total resignación.
Autónomos por doquier, trabajadores privilegiados en grandes empresas, trabajadores sin apenas derechos en las más pequeñas… ¿Qué lucha de clases es esta? El capitalismo salvaje, ahora llamado eufemísticamente “Mercados”, ha conseguido sacar lo peor de nosotros mismos: la avaricia y el egoísmo, y ha anulado lo mejor: nuestra capacidad para ser solidarios.
Han conseguido que se nos olvide esta idea de la solidaridad. La "zanahoria" del dinero, la de "vivir mejor", la de "tener más" se han demostrado muy poderosas. Atrás quedan reivindicaciones y sentimientos de "clase" como referentes para un modelo social y económico más justo y equitativo. "Ande yo caliente ríase la gente". Eso sí, nos seguimos apoyando en viejos planteamientos de "lucha de clases" para encubrir posicionamientos puramente egoístas que han perdido todo su sentido histórico desde hace mucho tiempo.
Anhelamos la vida de aquellos que han triunfado y tienen dinero, queremos ser como ellos. Se nos llena la boca de “causa proletaria”, pero sólo nos interesa como excusa para parecernos a los que tienen. No hay ningún interés real en el reparto de la riqueza, sino en que "a nosotros" nos toque más, y si es "a mi" mejor que mejor.
Amigos, me da miedo la salida de la crisis porque no creo que aprovechemos las lecciones del pasado para arreglar viejos errores. Todo lo contrario. Intuyo una huída hacia adelante. Me temo que saldremos de la crisis dando una nueva vuelta de tuerca a los viejos planteamientos tradicionalmente hipócritas egoístas y avariciosos que nos han caracterizado en las últimas décadas.
¡Que los Mercados nos pillen confesados!
Por cierto, disculpe: ¿Me podría indicar por donde ha seguido la manifestación de la “famélica legión”. Es que me he puesto a hablar y me he despistado”.
12 comentarios:
Me temo que en breve la imagen será: un león zampandose una gacela, interrumpido por un grupo de leonas,y una manada de hienas, mientras los buitres y cuervos coronan la escena.
La crisis nos ha abierto el apetito, y ya somos capaces de liarnos a zarpazos con el de al lado por un bocao de la desnutrida gacela.
Politicos a zarpazos, empresarios a zarpazos, trabajadores, sindicatos, ciudadanos...todos vamos a luchar por "nuestro" bocao...
Hay que cambiar la frase: vaya yo con la panza caliente, joribiese la gente.
Famélica, sí, lo de legión...
un humano abrazo, M.
No soy amante de las celebraciones en los días señalados, pero a pesar de estar muy de acuerdo con tus palabras, para conmemorar lo que fue y el sentido que tenía el 1 de mayo, si abogo por la continuídad de la manifestación¿Los obejtivos? ya no pueden ser los mismos...
Ignoro si aprenderemos algo de esta crisis, las orejeras las tenemos tan pegadas que son imposible de sacar, no obstante, pienso que nos seguiran sorprendiendo cambios porque aunque el concepco de clase ya no existe, sí se manifiesta de manera más descarada cada vez, los que tienen todo,quieren más y se creen con derecho a ello.
alguna revulución vendrá...
Un beso
Qué bueno, me ha encantado...
Yo la verdad es que tengo la extraña teoría de que La lucha de Clases está en el mismo saco que el Sistema Capitalista, es decir, estructuras del pasado cercano que están desapareciendo....Son como los indios y los vaqueros, se necesitan mutuamente para poder existir.
Cuidate
Hola María:
Pues ¿qué te voy a decir? Que estoy totalmente de acuerdo. No vienen tiempos buenos, a pesar de que la crisis se supere... cuando eso llegue, claro.
Un abrazo.
Hola Camy:
Yo espero y confío en que llegue alguna revolución, porque la huída hacia adelante es lo peor que nos puede pasar. En algún momento hay que decir basta, ¿no te parece?. ¿Seremos capaces?
Me gusta pensar que sí.
Un abrazo.
Hola Jose Luis:
Temgo un amigo que dice que lo de ahora no es Capitalismo, que éste murió en la caída del muro de Berlín y que esto de ahora es neoliberalismo salvaje, nada que ver con el Capitalismo (al menos con el de antes). Bueno, es una forma de verlo. En cualquier caso estoy contigo. Aunque igual les pasa como a las pelis de indios y vaqueros, que de repente se dejaron de hacer.
Un saludo.
Volveremos al trueque y te confieso, no lo veo tan mal.
Un abrazo
Hola Javier:
Lo peor de todo es que todos estamos en una tela de araña de la que cada vez es más difícil escapar y las fuerzas se agotan. las generaciones que vienen ya están enganchadas a eso del mercado y como dice María cada uno va a ir a lo suyo. Una pena.
Un abrazo
Hola Myriam:
Nos ahorraríamos muchos disgustos. Sobre todo los que nos dan los "mercados", que por cierto, si te enteras dónde están me avisas para ir a poner una reclamación.
Un abrazo.
Hola Fernando:
Pues sí. La verdad es que veo muy poco críticas a las nuevas generaciones. Por lo menos a los jóvenes que yo conozco.
Un abrazo.
Hola José Luis:
Después de un tiempo azaroso vuelvo a comentar. Tu entrada me ha parecido soberbia en su conjunto porque dibuja muy bien lo que está pasando en parte por culpa del propio proletariado que, en su empeño por dejar de ser tal, ha aceptado un sistema de castas en el que uno puede ser la cabeza de ratón de su propia casta y con ello sentirse recompensado.
El mercado, como lo defines, lo admite todo a cambio de que cada cual aspire (no quiere decir que lo consiga) a llevarse su porción de tarta y a propagar eso tan castizo de que el último apague la luz.
Felicidades.
Un abrazo.
Hola Josep:
Da gusto compartir este tipo de reflexiones. Una vez más tenemos la oportunidad histórica de darle una vuelta de tuerca a este desaguisado, ahora desde la perspectiva "proletaria-sindical" (si se me permite la expresión). Muchos piensan que la única alternativa es la ultraliberal y por eso permanecen "en la trinchera", pero, o abren las puertas para que esto se oxigene o peor para todos.
Un abrazo.
Publicar un comentario
Después de pulsar PUBLICAR UN COMENTARIO, pulsa TAB hasta ver bien la palabra de verificación. Gracias.