Hay ocasiones en las que según ves un video te entran unas ganas locas de escribir sobre ese tema. Este es el caso. Pero no tengo uno, sino dos videos relacionados con el mismo tema: la Educación. Bueno, educación sí, pero dos facetas diferentes de la misma. Hoy hablaré de una de ellas.
La reflexión de hoy me ha llegado de la mano de mi hermana Rosa, sufrida “andereño” (maestra en Euskera) consciente de que cada vez que se hace una reforma del sistema educativo empeoramos irremediablemente.
Ya conocéis la ley de Murphy: “Si algo puede salir mal, saldrá mal”, que trasladada a la Administración viene a ser… “si algo puede empeorarse, se empeorará”. Y como no podía ser de otra manera, esta reflexión nos la ilustran perfectamente los amigos de Vaya Semanita.
Para empezar diré que no sólo el Sistema Educativo y los Políticos tienen la culpa de todos nuestros males (aunque méritos ya hacen). Estamos muy acostumbrados a echarles la culpa de casi todo pero no siempre es así. Algunos males los hemos ido implantando nosotros, la sociedad civil, sin la ayuda de nadie. El ejemplo que quiero tratar hoy es el exceso de permisividad y de tolerancia con la que hemos estado educando a nuestros hijos desde hace… un par de generaciones más o menos. Yo creo que el último reducto de niños educados de… otra manera fuimos los que ahora tenemos cuarenta y tantos o más años. Y no voy a decir que se nos haya educado bien, pero indudablemente mejor que se está haciendo ahora, seguro).
A partir de ahí, siento decirlo, pero “la hemos cagao” como sociedad. Niños que han tenido todo, que pedían (mejor dicho, no pedían, EXIGÍAN) cualquier cosa y la tenían al día siguiente, niños que jamás han oído la palabra mágica “NO”. Niños que han descubierto que podían enfrentarse a padres, abuelos, profesores… y no pasaba nada. Y no estamos hablando sólo de chavales consentidos, estamos hablando de chavales que llegados a una edad en la que se ven obligados a tomar decisiones, no saben hacerlo. Se encuentran sin recursos personales, sin habilidades sociales para enfrentarse a la vida. Yo he vivido el caso (más de uno por cierto) en que lo padres no permiten que su “retoño” (de veintitantos años) acepte un trabajo porque le van a “pagar muy poco” y además “no es de su categoría”.
¡Por favor…!
Y todo esto lo hemos construido nosotros solitos a pulso, sin ayuda de nadie.
“A ver si los míos van a ser menos que los de la vecina”
Y digo yo que en algún momento habrá que echar marcha atrás, ¿no?
¿No dicen que los tiempos de Crisis son para eso, para cambiar lo que no está bien. Pues alguien se tendría que poner manos a la obra. Opino.
Ya... Como si fuese tan fácil, ¿verdad?
La cuestión es que en algún momento habrá que hacerlo, y llegado el momento sí que necesitamos que las Instituciones lideren este cambio cultural. Porque hay que empezar por revisar con claves actuales los derechos de los chavales, pero también los de los adultos con respecto a ellos. Y la transgresión de la norma no sólo debe de tener consecuencias en una de las direcciones, sino en las dos. Y no estoy hablando de volver a la “bofetada” o al castigo físico (que por otra parte a los de mi generación no nos han dejado demasiados traumas, que yo sepa), sino de dejar meridianamente claro cuál es el principio de AUTORIDAD y que pasarse de la raya no resulta “gratis”.
Evidentemente hace falta revisar las leyes y normas que regulan nuestra convivencia y me consta que no es tarea cómoda. En este País sólo reaccionamos cuando los problemas son muy grandes y/o tienen consecuencias fatales y claro, esta reivindicación, que está ahí desde hace tiempo no está en esa categoría.
Y me pregunto yo: Países supuestamente más avanzados que el nuestro, ¿han recorrido ya este camino? ¿Han tomado medidas o simplemente han hecho como nosotros, mirar hacia otro lado?
Y bueno, como al mal tiempo buena cara, disfrutad con los amigos de Vaya Semanita, que una vez más saben meter perfectamente el dedo en el ojo de nuestra sociedad.
¡Ah! Y que no se os olvide vuestra buena noticia siguiendo la campaña BUENAS NOTICIAS DESDE...
VENTIDÓS DE NOVIEMBRE
Hace 9 horas
10 comentarios:
Hola Javier, no sabes la pena que me da darte la razón. Me encantaría contradecirte pero lamentablemente no puedo.Las cosas son como las describes. Conozco bastantes casos. La mayoria de estos chicos vive de la sopa boba, porque en el fondo es más cómodo aprovecharse de papá y mamá.
"En este País sólo reaccionamos cuando los problemas son muy grandes y/o tienen consecuencias fatales "y claro,y máma.
Algo hemos hecho mal. muy mal.
Los videos para que decir nada, geniales.
Mañana Noche de Reyes y luego caeremos del burro...
Un abrazo
Totalmente de acuerdo Javier. Se ha perdido el norte y así nos irá. Te dejo un video de Juan Luis Hurtado que colabora con nosotros y que, de forma más bruta, viene a explicar como está la educación hoy.
http://www.youtube.com/watch?v=LBlauPqDp_0
Un abrazo
Hola, Javier:
Un amigo psicólogo me habló del "transtorno de evitación experiencial".
Se trata de una variedad subclínica (no se suele considerar patológica ni por lo tanto un problema a tratar)y la cosa va de que uno anda por la vida intentando que todas las cosas que le pasen sean placenteras y de evitar sea como sea el mínimo esfuerzo o displacer (no digamos sufrimiento).
El origen de este transtorno extendidísimo parece estar en que los padres han hecho lo imposible por que sus hijos tengan un desarrollo placentero evitando las situaciones mínimamente desagradables.
Todos los días me lo recuerdo cuando me siento tentado a que mi hija viva perpetuamente en los "mundos de Yupi", pero no es fácil...
Hola Katy:
Yo también conozco bastantes casos. Cercanos, demasiados. Y es que no aprendemos. Como dice Forges: No vaya a ser un frustrado toda la vida.
Un fin.
Un abrazo y Felices Reyes.
Hola Fernando:
Muy bueno lo se Juan Luis. Confío en que todo este "ruido social" que hacen personas como Juan Luis o los de Vaya Semanita, vaya teniendo el suficiente eco para que en algún momento alguien tome medidas. Ya sé que es a largo plazo, pero es que a corto no me atrevo ni a pensar en nada.
Un abrazo y Felices Reyes.
Hola Alberto:
Muy buena la frasecita de marras: "trastorno de evitación experiencial".
Lo curioso del asunto es que estos problemas no los tienen en el tercer mundo, es sólo patrimonio nuestro, del primer mundo. La verdad es que los que viven en pisos patera o los que trabajan en un invernadero a 50 grados durante 14 horas tienen que alucinar con esta sociedad.
Un abrazo y Felices Reyes, si es que el Olentzero no te ha dejado todo lo que pedías.
Hola, Javier:
muy buen artículo. Parece que llegó un momento en que la tendencia al "colegueo" terminó con el principio de autoridad. Ese es el relativismo: al principio se pone en duda que la norma deba permanecer porque al fin y al cabo hay muchos factores determinantes y bla, bla, bla... Al final nos damos cuenta de que todo en la vida requiere de un orden.
Un abrazo, Javier.
Hola Javier:
Me ha encantado la entrada, el video de VS y el que nos ha propuesto Fernando. Tengo una única hija que ahora tiene 23 años y que debido a mis contínuas migraciones pasó por cuatro modelos de enseñanza a cada cual peor desde todos los puntos de vista. En el tercero, el director no tuvo reparo en decirnos que la niña estaba al borde del fracaso porque entre ella y su tutora se tenían tirria mutuamente. ¿Y qué hacemos, dije yo? Pues a ver qué le parece este trato: yo me ocupo de su hija pero usted ocúpese de mi profesora que además fue antigua alumna mía y le tengo debilidad. Y así lo hicimos. Con deplorables resultados.
Un abrazo.
Hola Germán:
Yo siempre había oido decir a las personas que considero sensatas que un padre no es nunca amigo de sus hijos y que cuando se dice que NO es que NO, aunque te hayas equivocado. Luego ya se tratará de arreglar. Pero que las referencias siempre sean claras. Y una de las cosas que hemos perdido son las referencias y como consecuencia parte del "orden", como muy bien apuntillas.
Un abrazo.
Hola Josep Julián:
A veces no te queda más remedio que pactar cuestiones que de antemano sabes que no van a funcionar y eso es lo que (creo) te pasó a ti. Si el Director no tenía autoridad sobre esa profesora de mala manera lo ibas a arreglar tu. Al final la cadena se rompe por el eslabón más débil y... ya ves. Te tocó.
Supongo que la experiencia os habrá hecho más fuertes, que es lo que se dice que debe de suceder, ¿no?.
Un abrazo.
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