En todo este proceso de pandemia que hemos y seguimos viviendo, además de la figura insustituible del empidemiólogo Fernando Simón, está la del Ministro de Sanidad Salvador Illa, que quizá por su perfil político, no ha sido lo suficientemente valorado en todo este proceso.
Llamaban la atención sus apariciones en público donde no decía una palabra más alta que otra, siempre tratando de centrarse en los que nos preocupaba y nunca desviando su discurso al "Y tú más" que protagoniza la bronca de la derecha de este país.
Pues bien, mi profunda admiración hacia este hombre, sobre todo después de ver cómo hace unos días, al cerrar la sesión de la Comisión de Sanidad en el Congreso, ha hecho algoinusual en política: ha dado las gracias a todos y cada uno de los diputados de la oposición en dicha Comisión, alabando el trabajo que han hecho durante la crisis de la covid-19. En esas alabanzas individualizadas ha sido capaz de sintetizar en una frase la aportación positiva que cada diputado ha podido hacer. Incluso a los de Vox, que ya es decir, ha conseguido encontrar algo positivo (son los dos primeros en el video).
¡Me ha dejado totalmente impresionado!
Si no lo habéis visto, merece la pena este video de algo más de dos minutos.
"Un delirio defendido por una persona es una enfermedad mental, defendido por unos pocos es un culto y defendido por muchos es una religión". Robert Todd Carroll.
Estos
días hemos tenido tres ejemplos de personajes que dan perfectamente el perfil de enfermos mentales protegidos por el manto de la religión. Tres desequilibrados, con poder,
que han hecho declaraciones mezclando aborto, coronavirus, Bill
Gates, Satanás… Y yo qué sé cuántas cosas más. Eso sí, los
tres españoles, ultracatólicos con un fuerte olor a naftalina.
De verdad que tuve que mirar a mi alrededor a ver
si alguien me había trasladado al siglo XV y no me había dado
cuenta.
Afortunadamente
últimamente también han sucedido cosas positivas por el Mundo, como que el número de
docentes que enseñan “Creacionismo” en EE.UU. (¿dónde sino?)
ha caído un 32% en 10 años. Sí, ya sé: Que esto tenga que ser una noticia
positiva, manda huevos, pero en estos tiempos ya me conformo con
poco.
El
pasado sábado estuve viendo el nuevo documental de Michael Moore titulado “El Planeta de los Humanos”. Siendo un admirador de los trabajos de este
magnífico documentalista y escritor norteamericano, si no hubiese sido por la
polémica que ha suscitado, no me hubiese enterado de su
existencia. Quiero decir con esto que me da la sensación de que se ha tratado de ocultar su salida al mercado, al contrario de sus trabajos anteriores.
Para
el que no le conozca, Michael
Francis Moore es un cineasta, conocido por su postura
progresista y su visión crítica hacia la globalización, lo cual
refleja en casi todos sus trabajos. Por
destacar algunos de los más importantes:
2004,
Fahrenheit 9/11 - Dura crítica hacia la administración
Bush. Ganadora de la Palma de Oro en el Festival de Cannes 2004.
2007,
Sicko - Documental que denuncia el sistema sanitario
norteamericano y las estafas de las aseguradoras.
2018
Fahrenheit 11/9 - En este documental explica el porqué del
triunfo electoral del presidente Donald Trump y sus consecuencias.
Y
por fin , en 2019 “Planet of the Humans”, donde crítica
de las limitaciones y del impacto medioambiental de las energías
renovables.
Vaya
por delante que me encantó.
Aquí
se mete en un territorio del que no hemos querido saber nada los que
nos creemos que las energías renovables son parte de la solución a
los problemas de la humanidad:
¿Cuál
es el coste de producir paneles solares? ¿Cuánto se contamina para producir baterías para coches
eléctricos? ¿Cuáles
son los intereses de las grandes corporaciones con toda esta
tecnología? ¿Están subvencionando las grandes corporaciones a las
asociaciones ecologístas? ¿Cuánto nos mienten? ¿Y hasta cuanto nos lo queremos creer?
Moore
trata de responder a estas y otras incómodas preguntas, y las
respuestas no nos van a gustar. Quizá por eso muchas de esas
asociaciones ecologistas se han revuelto en contra de este interesante trabajo, al igual que muchos
científicos relacionados con el tema. Hasta tal punto que Youtube llegó a
retirarlo de su red. Aún así, hasta ahora lo han visto más de 8 millones de personas.
Hay muchos bulos y mentiras sobre este, desde mi punto de vista, extraordinario documental. Hay
quien dice incluso que en este documental Moore defiende los
combustibles fósiles, cuestión que para nada es verdad. Todo lo contrario. Supongo que falsedades de este tipo de habrán propagado para desprestigiar y ocultar tan importante trabajo.
Lo que este
comprometido cineasta pretende con este documental es abrir una reflexión sobre los
excesos de nuestra civilización. Plantea claramente la imposibilidad
de seguir manteniendo esta forma de vida, la insostenibilidad del
crecimiento poblacional, lo ridículo de pensar que vamos a cambiar
algo por sustituir una forma de energía por otra, cuando lo que hay
que hacer es consumir menos energía. En
definitiva, un gran trabajo que todos deberíamos ver y debatir.
Conociendo la trayectoria de Moore, los que valoramos su aportación, por mucho que traten de desprestigiarlo, sabemos que esta vez ha vuelto a dar en la diana.
Dejo
un enlace a la versión doblada al castellano, que no tiene un gran
doblaje pero que sirve perfectamente para el que no pueda ver la
versión original.
Que la derecha y las patronales empresariales estén en contra del Ingreso Mínimo Vital, no me llama la atención. Es más, lo contrario sí que sería para pararse y mirar con atención a ver qué están tramando. Que la Iglesia Católica se posicionase a favor sería para mirar al cielo y preguntar "¡Dios! ¿Les has hecho algo?". Lo tengo claro: Cada uno sirve a su amo, y ambos dos respenden al mismo: Poderoso caballero es don dinero.
Yo no tengo ninguna duda de que, para que estos parásitos sigan dominando el mundo, necesitan legiones de trabajadores en la reserva, humillados, sumisos... obedientes, que estén deseosos de trabajar a cualquier precio y que presionen para que los salarios bajen y bajen. Que entre los ansiosos de conseguir un trabajo haya algunos millones pasando hambre tampoco es importante, mientras no se llegue al límite de lo que se puede llamar "tolerancia social", es decir, que no lleguemos al peligro de la "revuelta", como los amagos que hemos visto en Francia en algunas ocasiones. Aquí parece ser que todavía estamos dispuestos a aguantar bastante más.
¿Nosotros? Siempre en el top: España es el séptimo
país europeo con la tasa de pobreza más alta. Donde la
pobreza infantil afecta a 1 de cada 3 niños en España, con 2,2
millones de menores en riesgo de pobreza. Pero sólo son cifras al fin y al cabo. Es más, ¿cómo van a ser ciertas si sales a la calle y ves las terrazas llenas? Dirián algunos.
En este contexto de sociedad de tez macabra, oír a esta gentuza decir, con ese desprecio que les caracteriza, que el Ingreso Mínimo Vital es una "paguita" tendría que encender las conciencias de, al menos, las gentes con un poquito de dignidad. Pero no. Somos una sociedad tan despreciable que una parte importante encima les ríe la gracia a esos fascistas y señala con el dedo de forma amenazadora a los más vulnerables, como si ellos fuesen culpables de esta situación de depredación y rapiña que vivimos.
Un detallito: Actualmente,
existen en España más de 2.700 títulos nobiliarios activos.
Sueldazos que pagamos a
escote. Esto sin contar la monarquía, que alguien me explicará
algún día para qué sirve. Tenemos
viviendo del erario púbico a más de 42.000 curas, que alguien me
explicará también por qué les estoy pagando si no soy creyente. Famosos,
famosillos, tertulianos, youtubers, curanderos, adivinos, legiones de políticos
sin oficio ni beneficio, que el día que dejen la política no tienen ni donde caerse muertos… A menos que les recoloquen, claro. Todo un abanico de parásitos sociales
agarrados como garrapatas a un sistema que hace aguas por todas
partes. ¿Y nosotros qué hacemos? Culpabilizar a los parias de la tierra.
En
cierta ocasión Lula
da
Silva, expresidente de Brasil dijo:
"Nunca pensé que poner un plato de comida en la mesa de un
pobre generaría tanto odio en una elite que tira toneladas de comida
en la basura todos los días".
Ciudades
con aire limpio, desde las que se podían ver las estrellas. Calles
vacías sin gentes, sin coches, sin ruido..., cielos sin aviones.
He
visto personas saludando a vecinos por el balcón, de los que no
sabían ni siquiera de su existencia, mientras aplaudían a los más esforzados de
la sociedad. He visto actos de solidaridad impensables por su
sinceridad y altruismo.
En
suma, he visto la sombra de una sociedad nueva que lleva toda la vida
empujando por nacer.
Todos
esos momentos se están perdiendo en el tiempo, como lágrimas en la
lluvia, desde el mismo momento en el que se empezó a levantar el
confinamiento.
Dedicado a Fernando Simón. Mi aprecio y admiración por su imponente e importante labor. Por su saber estar, saber comunicar..., por su... saber. Por su cordura en un mundo de locos.
