CON UNA SONRISA: DECONSTRUYENDO EL ARTE O LO QUE ES PEOR, MIS FOTOS

Me llegó la inspiración hace unos días cuando leía en EL JUEVES: Expulsan a un artista de la feria Arco porque su obra «se entendía demasiado bien»

"Exacto", me dije. Es lo que yo necesito: un crítico de Arte, concretamente un crítico de Fotografía, un tipo duro que deconstruya mis fotografías pixel a pixel, hasta conseguir que no creamos lo que vemos... ni lo que leemos.

He tenido que visitar muchas exposiciones y leer infinidad de críticas aburridas pero finalmente he dado con la persona adecuada:

Así de inflexible se mostraba hace poco comentando una foto:

"La foto que estamos viendo es un viaje reflexivo que realiza el fotógrafo y que intenta instituir a la deconstrucción como un espacio epistémico-hermenéutico de carácter binario que interroga a lo bello y a lo extraño, en un sentido de irrupción, ruptura o transgresión en búsqueda de romper con el modelo canónico establecido por la academia y la tradición en favor de la expresión inédita."

No pude estar más de acuerdo.

Pero no nos vengamos arriba. El chaval está todavía verde. Está terminando Bellas Artes, en la especialidad "Espera que todavía no has visto nada". Así que le voy a ayudar a hacer currículum abriendo mi humilde obra a su irresistible agudeza analítica.

Me ha pedido total discreción, por eso de que está empezando, pero bueno, no me resisto a daros sus iniciales que, no tardando mucho veréis firmando las más intrépidas y osadas críticas: J.A.S.B. No puedo adelantaros más. A partir de ahora y de vez en cuando entrará como un hábil cirujano con su afilado bisturí, a hurgar entre los píxeles hasta el corazón de mis fotos.

Espero que lo disfrutéis.


 EMPEZAMOS... 

DECONSTRUYENDO FOTOS: Jam Session

EL EXPERTO EN PRÁCTICAS:

"Imagen de pretensiones epatantes. Absolutamente efectista. Vorágine de formas y colores. Vórtice vertiginoso a través del cual el espectador se precipita como el agua por el sumidero. Encuadre clásico, pero una enmarcación sin delinear, ausencia de límites definidos, completa inconsistencia donde todo se diluye, sin asideros para el observador, que se ve succionado por el remolino de manchas impresionistas. Esta falta de equilibrio, de claridad en lo que visionamos, es una perfecta imagen metonímica que nos explica la posición del fotógrafo ante el tipo de música de carácter errático que se intuye está escuchando, y que el título de la obra viene a confirmar. Donde en un caso encontramos compases que no parecen remitir a ninguna melodía ni conducir a ningún lado, aquí nos hallamos ante unos trazos ominosos que nos aturden. Frente a semejante caos, al espectador solo le resta tirar de la cadena.".

 J.A.S.B.