Vaya por delante que sí, que sí que voy a participar en la Huelga General del día 29. Pero lo voy a hacer porque realmente estoy enfadado ante tanta indignidad, ante tanta injusticia. ¿Cómo puede ser que después de miles de años de evolución, de desarrollo, con una capacidad productiva nunca imaginada, con una tecnología ni siquiera soñada hace 10 años, económicamente vayamos a retroceder 20 ó 30 años en la historia? ¿Cómo podemos permitir que una cuadrilla de ladrones metan la mano en la caja de los ahorros de todos y nos la dejen vacía, dejando en la miseria a millones y millones de personas?
Pues sí, voy a salir. Pero no salgo a la calle a “reclamar lo mío”, a protestar por los recortes que me están haciendo a mí, que también. Salgo porque estoy convencido de que este modelo económico está acabado, porque no nos sirve, y cuanto antes comencemos a cambiarlo antes acabaremos, pero no de la manera en que pretenden hacerlo. Se puede y se debe de hacer de otra.
Me indigna la inmoralidad, la indecencia de los que nos gobiernan, pero también de los que revolotean alrededor del poder para rebañar algunas migajas, muchas migajas. Y quiero ser especialmente duro con los que mienten y mienten sin escrúpulos con tal de llegar al poder o mantenerse en él, con los que se escandalizan por los recortes desde la oposición, cuando hace 4 días hacían exactamente lo mismo; quiero ser absolutamente intransigente con los sindicatos que dicen defender a la clase trabajadora (¿qué clase trabajadora?), que ahora tiemblan porque igual desaparecen sus privilegios, sus poltronas. Mentiras, engaños, corrupción. Todo vale. “Quítate tu pa ponerme yo”. Los demás, ejercemos de tontos útiles que sólo servimos de “coartada”. ¡Qué rápido han aprendido en esta joven democracia!
Sí, voy a la huelga. Pero no sé cómo ni en calidad de qué.
Ya me veo al día siguiente manipulado en las cifras de unos y de otros. "Oiga, que yo lo que quiero es aparecer en el apartado de los que están muy cabreados con los unos y con los otros. Que yo lo que quiero es un cambio de modelo económico, político y sindical".
Sí, voy a la huelga porque quiero que los mercados, los bancos, la economía..., se pongan al servicio de los ciudadanos y no al revés, como hasta ahora.
Sí, voy a la huelga porque quiero que se quiten de en medio estos políticos y sindicalistas incompetentes y cortoplacistas que nos ha tocado sufrir, gente que no sabe ver más allá de sus narices.
Sí, voy a la huelga porque quiero que la política y el sindicalismo se renueven con gente que tenga un mínimo de dignidad, gente que huela a limpio.
Sí, voy a la huelga porque quiero que se establezcan unos requisitos mínimos para ocupar puestos políticos de responsabilidad y que se castigue de forma ejemplar al que no cumpla estrictamente con la labor encomendada. Cualquiera no vale.
Sí, voy a la huelga porque quiero que partidos y sindicatos se financien con las cuotas de sus propios afiliados y no con nuestros impuestos.
Sí, voy a la huelga, porque quiero que haya una democracia real, no una pantomima como la que estamos viviendo. Quiero que se abran las puertas y que se ventile la casa, cueste lo que cueste.
Sí, voy a la huelga, porque quiero una participación real de la ciudadanía, sin tapujos ni medias tintas. Participación en la vida social, política y comunitaria. Que se forme y se eduque a la ciudadanía para que se convierta en un derecho irrenunciable.
Quiero... Quiero... esto y mucho más. Y ninguno de vosotros, ni por la izquierda ni por la derecha, me lo va a facilitar.
Y al día siguiente qué? ¿Qué va a pasar el día 30? ¿Hacemos puente hasta el lunes? No va a pasar nada, ¿verdad? Todo habrá acabado y volveremos a la rutina. Llegará el típico baile de cifras. Los que ahora están en el poder harán oídos sordos o, en el mejor de los casos, se sentarán a regalar unas migajas a sindicatos y oposición... En el mejor de los casos. Todo se irá diluyendo poco a poco como un azucarillo, hasta olvidar este día. Bueno, quedará como la primera H.G. de Rajoy. Sin más.
Y es que todos sabemos que en realidad nuestros políticos sólo están representando el papel que los poderes reales les han encomendado. Porque las decisiones de peso hace mucho tiempo que dejaron de tomarse en nuestro país.
Pues sí, voy a salir. Pero no salgo a la calle a “reclamar lo mío”, a protestar por los recortes que me están haciendo a mí, que también. Salgo porque estoy convencido de que este modelo económico está acabado, porque no nos sirve, y cuanto antes comencemos a cambiarlo antes acabaremos, pero no de la manera en que pretenden hacerlo. Se puede y se debe de hacer de otra.
Me indigna la inmoralidad, la indecencia de los que nos gobiernan, pero también de los que revolotean alrededor del poder para rebañar algunas migajas, muchas migajas. Y quiero ser especialmente duro con los que mienten y mienten sin escrúpulos con tal de llegar al poder o mantenerse en él, con los que se escandalizan por los recortes desde la oposición, cuando hace 4 días hacían exactamente lo mismo; quiero ser absolutamente intransigente con los sindicatos que dicen defender a la clase trabajadora (¿qué clase trabajadora?), que ahora tiemblan porque igual desaparecen sus privilegios, sus poltronas. Mentiras, engaños, corrupción. Todo vale. “Quítate tu pa ponerme yo”. Los demás, ejercemos de tontos útiles que sólo servimos de “coartada”. ¡Qué rápido han aprendido en esta joven democracia!
Sí, voy a la huelga. Pero no sé cómo ni en calidad de qué.
Ya me veo al día siguiente manipulado en las cifras de unos y de otros. "Oiga, que yo lo que quiero es aparecer en el apartado de los que están muy cabreados con los unos y con los otros. Que yo lo que quiero es un cambio de modelo económico, político y sindical".
Sí, voy a la huelga porque quiero que los mercados, los bancos, la economía..., se pongan al servicio de los ciudadanos y no al revés, como hasta ahora.
Sí, voy a la huelga porque quiero que se quiten de en medio estos políticos y sindicalistas incompetentes y cortoplacistas que nos ha tocado sufrir, gente que no sabe ver más allá de sus narices.
Sí, voy a la huelga porque quiero que la política y el sindicalismo se renueven con gente que tenga un mínimo de dignidad, gente que huela a limpio.
Sí, voy a la huelga porque quiero que se establezcan unos requisitos mínimos para ocupar puestos políticos de responsabilidad y que se castigue de forma ejemplar al que no cumpla estrictamente con la labor encomendada. Cualquiera no vale.
Sí, voy a la huelga porque quiero que partidos y sindicatos se financien con las cuotas de sus propios afiliados y no con nuestros impuestos.
Sí, voy a la huelga, porque quiero que haya una democracia real, no una pantomima como la que estamos viviendo. Quiero que se abran las puertas y que se ventile la casa, cueste lo que cueste.
Sí, voy a la huelga, porque quiero una participación real de la ciudadanía, sin tapujos ni medias tintas. Participación en la vida social, política y comunitaria. Que se forme y se eduque a la ciudadanía para que se convierta en un derecho irrenunciable.
Quiero... Quiero... esto y mucho más. Y ninguno de vosotros, ni por la izquierda ni por la derecha, me lo va a facilitar.
Y al día siguiente qué? ¿Qué va a pasar el día 30? ¿Hacemos puente hasta el lunes? No va a pasar nada, ¿verdad? Todo habrá acabado y volveremos a la rutina. Llegará el típico baile de cifras. Los que ahora están en el poder harán oídos sordos o, en el mejor de los casos, se sentarán a regalar unas migajas a sindicatos y oposición... En el mejor de los casos. Todo se irá diluyendo poco a poco como un azucarillo, hasta olvidar este día. Bueno, quedará como la primera H.G. de Rajoy. Sin más.
Y es que todos sabemos que en realidad nuestros políticos sólo están representando el papel que los poderes reales les han encomendado. Porque las decisiones de peso hace mucho tiempo que dejaron de tomarse en nuestro país.
14 comentarios:
Hola Javier:
Estupendo argumentos para hacer una huelga. Yo iré a trabajar no porque esté de acuerdo en cómo se están haciendo las cosas sino porque a mi esta especie de circos que se montan al final no aportan casi nada. Se puede cambiar el modelo, pero ¿realmente la gente lo quiere cambiar? o sólo quiere tener para consumir más. La lógica dice que el modelo actual es insostenible porque de donde no hay no se puede sacar. El estado es responsable, y las empresas, los sindicatos y también los ciudadanos que creyeron que el mundo iba a ser Disneylandia y no la casa de los horrores. Es decir, todos somos responsables de ello.
Como dices, hace tiempo que las decisiones no se toman aquí porque en su día "nos compraron", aceptamos que lo hicieran y ahora pagamos las consecuencias.
Un abrazo
Hola Fernando:
Me alegra leer tu opinión sobre el tema y además estoy de acuerdo.
No sé si la conclusión es que "esto no tiene remedio". Tal vez. Pero me obstino en que sea así, aunque sólo sea por intentar un mundo mejor a las generaciones futuras.
Como le decía a un amigo esta tarde, "sólo" es cuestión de liderazgo, de un liderazgo que ilusione con la verdad por delante. ¿Complicado? Sí, ¿Utópico? Tal vez. Pero hay que mantener la esperanza de que las cosas se pueden hacer de otra manera.
Un abrazo.
Perdón:
Cuando en la entrada hablo de partidos y sindicatos se me ha olvidado incluir a los "empresarios". No sé si la palabra es "olvidado", porque lo que es la patronal ha olido tanto a siglo XIX que hasta paso por alto que existen. Doy por hecho que son los responsables de todo este desaguisado, por lo que ya, ni les nombro.
Y que conste que hablo de la patronal, que al igual que los sindicatos, dudo que representen a sus respectivos colectivos. Y sino no hay más que ver el "estilo" del expresidente de la patronal Díaz Ferrán, de nuevo de actualidad estos días por intentar ocultar al fisco muchas de sus propiedades.
Hola de nuevo Javier:
Yo creo que si tiene remedio, pero tiene que partir de una responsabilidad individual para luego llegar a ser colectiva. Hay cambios, aunque no salen en los medios y no interesa ¡ni a políticos ni a sindicatos. en el caso de los empresarios de todo hay en la viña del señor, y no siempre son los malos de la película como muchas veces nos quieren hacer creer. Aquí todavía se sigue con discursos de hace dos siglos para hablar y rajar de ellos cuando hay muchos que se están dejando todo por mantener los puestos de trabajo y eso, que lo saben muchos sindicatos, no lo dicen. Como ves, un debate apasionante.
Un abrazo
Esto con una cerveza lo bordamos :)
Un abrazo.
No creo en nigún tipo de huelga en democracia. Y las urnas están para algo. Aunque respeto este derecho que está recogido en la Constitución, como el dercho de no secundarla.
Creo que los problemas y las reivindicaciones hay que arreglarlas por la vía del diálogo.
Casi 6.000.000 de parados no es cuestión de salir a la calle un día.
Un abrazo
Mi corazón y solidaridad est-a con el pueblo español, que hoy 29 de marzo muestra ciudadanamente su descontento social de manera pacífica.
Un abrazo
¿Oí cerveza? ¿a dónde hay cerveza?
Estupendo Javi!!!!
Ya es día 29 y te diré que no estoy de huelga porque me era "imperiosamente" imposible, pero la entiendo.
Cuidate
Hola A.L.:
Evidentemente el tema es muy serio. Tenemos una economía bajo mínimos que ha generado los 6 millones de parados que mencionas, más los 600.000 que ya nos ha prometido el gobierno que van a sumarse. Hay diversas maneras de enfocar el tema y tratar de solucionarlo, uno es este. Tampoco es un método que me encante, pero viendo el futuro tan negro que tenemos y que va a durar muchos años, entiendo la desesperación de muchos.
Bueno, la verdad es que no es este un espacio para mantener largas conversaciones, por lo que insisto en la cerveza que le decía a Fernando :)
Me alegro de que me hayas hecho llegar tu punto de vista. Lo contrario me entristecería. En serio.
Un abrazo.
Hola Myriam:
Yo suelo mencionar lo de la cerveza cuando se producen debates apasionantes. Soy de los que creen que esos debates se llevan mucho mejor alrededor de una cerveza, aunque sea sin alcohol :)
Un beso.
Hola Jose Luis:
Me hago cargo. Ya hablaremos.
Un abrazo.
Hola Javi, necesitamos abandonar el estado de letargo en el que nos habíamos metido.
Todos las mejoras se han conseguido mediante la movilización social. Esto no puede ser de otra manera.
Nos habíamos convertido en personas individualistas y egoistas.
Ayer pude comprobar que todavía hay esperanza.
A pesar de no ir detrás de ninguna pancarta en concreto creo que, como tú comentas, lo importante era estar allí a pesar del miedo que fomentan y plantar cara a esta locura....
Un beso
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