PONGA UN "REPROCHE" EN SU VIDA


No sé, a veces pienso que buscamos continuamente el conflicto con el de al lado: con tu pareja, con tus hijos, con los compañeros de trabajo. Si os dais cuenta nos pasamos la vida "reprochando" a los demás cosas que igual ni habían hecho o que ni se habían dado cuenta de que existían. Necesitamos culpables de aquello que no es o está como nosotros queremos.  "¡¿Pero no te has dado cuenta de que...?! ¡Ya te vale!"
La presunción de que los demás han hecho o han dejado de hacer está por encima y allá vamos, a "clavar el cuchillo" y si además lo vamos retorciendo para hacer más daño, mejor que mejor. La defensa del reprochador suele ser el "victimismo",  poniendo el grito en el cielo y tratando de que el sufridor del reproche se sienta aun más culpable: "Yo?, por favor, ¿cómo puedes pensar que lo he dicho para hacerte daño? ¡Ya sabes que soy así, que lo digo sin malicia!" Así que el agredido gemeralmente decide callarse porque si no puede pecar de "suspicaz".

El reproche no tiene sólo que ver con el mal humor, con el estrés o con lo susceptible que estás ese día, que también. No. Tiene mucho más que ver con la forma que se tiene de ver la vida y a los demás. El reprochador "profesional" da por supuesto que las cosas tienen una forma de ser y de estar y no admiten otra. Y casualmente esta forma de "ser y de estar" del mundo suele coincidir con su forma de verlo. Así que el que no responde a esas pautas predefinidas es automáticamente amonestado con un suculento reproche.

El reprochador suele ser una persona de las que ven la botella medio vacía, una persona desconfiada, convencida de que los demás no tienen iniciativa, que si no está pendiente de todo, los demás siempre hacen las cosas con desgana o no las hacen. En realidad no pretende que el otro haga aquello que se había quedado sin hacer, simplemente pretende que los demás se sientan culplables. Para ello nada mejor que ir haciendo lo que el otro "no ha hecho" mientras suelta la perolata. De esta manera su imagen de víctima queda asegurada. Para nada le interesa asegurarse de que "el otro" entiende el qué, el cuándo y el cómo, para que el asunto de turno no vuelva a suceder. Para nada. Eso le garantiza que podrá seguir reprochando durante mucho tiempo.

El reproche se da entre toda clase de personas y edades, pero la especialidad es de padres a hijos. El niño tiene mucha menos capacidad de reacción y de defensa, de manera que es muy fácil hacer que se sienta culpable. Además los niños aprenden enseguida y copian el ejemplo rápidamente. No hay nada más que fijarse en un grupo de chavales jugando.

Por otra parte, no podemos olvidar, por su importancia, el reproche de pareja. ¡Uff! Aquí se erige como una de las mejores herramientas para minar la relación entre dos personas. Es perfecto para la humillación, para diferenciar al listo del tonto, al vencedor del perdedor.

Os dejo una relación de suculentos reproches que estoy seguro de que seréis capaces de alargar hasta el infinito, porque si en algo tenemos imaginación los humanos es a la hora de regocijarnos en hacer daño al prójimo.

¡Mira que te lo dije!
¡Si es que no se te ocurre nada!
¡Todo lo tengo que hacer yo!
¡Anda, que si lo llego a saber... a ti te lo iba a encargar!
¡... Como para fiarse de ti...!
Trae, que mejor lo hago yo.
¡Si tengo que esperar a que tu lo hagas!
¡Pero no te he dicho que...!
¡Mira que no has sido capaz de hacer eso...!

17 comentarios:

Katy dijo...

Jo como me suenan estas frases. Detesto los reproches porque destruyen toda comunicación. A la primera de estas frase que sueltes has estreopeado una conversación.
Tenemos que revisar más a menudo nuestro lenguaje. Porque a veces decimos las cosas sin pensarlas dos veces. Y salen escopetadas...
Un abrazo. Genial reflexión Javier!!!

Josep Julián dijo...

Hola Javier:
Sin entrar en mayores profundidades diré que el reproche es un acto lingüístico que nace del resentimiento que, en contra de lo que podría parecer, es uno de los estados en los que más a gusto nos encontramos porque retroalimentan nuestras "razones".
Reprochamos porque tenemos razón, no hay defensa posible a nuestros ojos, es una forma de denunciar una injusticia que comenten sobre nosotros, etc.
A los humanos nos encanta tener razón y más si nos consideramos víctimas, perjudicados. Lo malo que tener razón no es lo mismo que lograr tus objetivos.
Un abrazo.

Caminante dijo...

ah! Cuánta verdad!
Lo cierto es que así nos enseñan desde pequeñitos, incluida la escuela, no?
Cuidate

A.L. dijo...

¿Solo uno?
Si es que la vida es una pura contradición. No nos aguantamos y así hacemos responsables a los demás de nuestro mal humor.
Quite un reproche de su vida, es mucho más posoitivo.
Un abrazo

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola Katy:
Efectivamente, hablamos muchas veces sin pensar realmente en lo que estamos diciendo. Lo malo es que nunca aceptamos que estamos fallando a los demás.
Un abrazo.

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola Josep:
En cierta ocasión un conocido, en una discusión con su mujer, argumentó: ¿qué le voy a hacer yo si siempre tengo razón?
Lo malo es que se lo creía.
Un abrazo.

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola Jose Luis:
... Y volvemos a la escueala, sí señor. Mi hija que todavía está en el instituto, me cuenta unas "batallitas" con profesores, que ríete de los reproches de la lista.
Un abrazo.

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola A.L.:
´"Quite un reproche de su vida" puede ser un buen eslogan para estas fiestas tan... "entrañables".
Tomo nota.
Un abrazo.

Toni dijo...

Pues hay un dicho (bastante certero) que dice:

"Irritarse por un reproche es reconocer que se ha merecido"

Y es que las verdades duelen...

Salu2

el iosu dijo...

Cuando buscamos conflicto con el de al lado... es que lo tenemos dentro, es nuestro. Pero el conflicto es un cortocircuito. Utilizar el cruce de cables, para que nada funcione y justificar los apagones... y yo, como salvador,... a cambiar los plomos.En lugar de eso: ¡aprovechemos la diferencia de polarizaciones para obtener luz y energía!.

un abrazo

Natalia dijo...

mamá...estás ahí????

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola Toni:
Tienes razón. No conocía ese dicho. A veces se responde con irritación, lo cual dice bastante poco también de la otra persona.
Un abrazo.

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola el iosu:
Yo creo que ningún reprochador es consciente de que lleva el conflicto dentro. Inconscientemente prefiere la "chispa" del conflicto a la"luz y energía" que mencionas.
¿Naturaleza humana?
Un abrazo.

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola Blanca:
Me temo que no.
Un abrazo.

Fernando López dijo...

Hola Javier:

Es normal que seamos reprochadores profesionales pues desde pequeñitos nos han reprochado y visto como se reprochaba. El hombre es un "animal conflictivo" por naturaleza, y el reproche la mecha que lo hace estallar. Ya ves , raros de c....¡
Magnífico post
Un abrazo

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola Fernando:
¡Y tan raros!
Lo malo (y lo bueno a la vez) es que de pequeños somos tan buenos que copiamos todo... incluso todo lo negativo y luego es lo que mejor sabemos hacer.
¡Qué le vamos a hacer!
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Y cuando es de hijos a padres. Te olvidaste de mencionarlo. Ese es terrible. Los padres culpables de todo.

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