Según la R.A.E., COMUNICAR:
1.- Hacer a otro partícipe de lo que uno tiene.
4.- Transmitir señales mediante un código común al emisor y al receptor.
1.- Hacer a otro partícipe de lo que uno tiene.
4.- Transmitir señales mediante un código común al emisor y al receptor.
Cualquiera de estas dos definiciones choca frontalmente con nuestro comportamiento diario a la hora de relacionarnos y de comunicarnos, ¿verdad?
No os asustéis que no voy a soltar el típico rollo de emisor-mensaje-receptor. En realidad lo que pretendo es que os divirtáis analizando la viñeta del comienzo. ¡ES GENIAL! El que la ha dibujado se ha recreado con el asunto… y ha dado en el clavo. Debe de ser alguien que está hasta las narices de que nadie le escuche, ¿no os parece?
¡Comunicación, dichosa comunicación!
Cuando éramos niños mi madre se pasaba el día gritando y nosotros nada, ni caso. De vez en cuando después de soltarnos el rollo y comprobar que no le habíamos hecho ni puñetero caso, pegaba un alarido y decía: “pero bueno... ¿¡HABLO YO O CANTA UN CARRO!?, expresión que si no conocéis habla por si misma.
La infancia es esa época de la vida en la que no pasa nada porque todo el mundo hable a la vez. Creo recordar hasta que era divertido. Recuerdo también que solíamos jugar al “teléfono descacharrao” (el de la viñeta de arriba seguro que también). Este juego consiste, para quien no lo conoce, en que todos los participantes nos sentábamos formando un círculo y el que iniciaba el juego tenía que pensar en una frase y susurrársela al compañero de al lado. Este a su vez, hacia lo mismo y así sucesivamente hasta que la frase (o lo que quedaba de ella) completaba el círculo. La última persona al final decía la frase en voz alta y el que había iniciado el juego decía la frase original. Generalmente existía una gran diferencia entre una y la otra, y eso era lo que hacia divertido este juego. ¡Inconscientes! ¡No tenéis ni idea de lo que la COMUNICACIÓN os depara!
El juego aportaba algo muy importante: generaba ganas de comunicar bien y de entender bien, no sólo el mensaje sino lo que el otro nos quería transmitir, así, entendiendo el qué y el por qué conseguíamos atinar mejor. En definitiva, empatizábamos por un momento con “el otro”. Pues va y resulta que esos dos elementos clave, comunicar bien y esforzarnos por entender bien, NO SE UTILIZAN en nuestras relaciones diarias. Han quedado relegadas al “teléfono descacharrao”. ¿Será que nos hemos hecho mayores?
Observo a las personas en las reuniones de trabajo y compruebo que la gente sólo se preocupa de “revelar su rollo” (como decía el chiste). Estamos a la espera de que la persona que habla vaya a coger aire para, “zas”, meter la cuña; y ya no la sacamos hasta que vamos a coger aire y entonces…
Otras veces hacemos general lo particular sin la más mínima seriedad o contraste, cuando decimos por ejemplo, “la mayoría de la gente acude a la playa en verano”. Siempre hay quien contesta: “…pues yo no, yo voy al monte…”. ¡Leches, que estamos hablando de tendencias, no de lo que tu haces en verano!
Muy a menudo también se estila interrumpir a la otra persona anticipándonos a lo que supuestamente ésta iba a decir, que resulta que en la mayoría de las veces era otra cosa.
Y ya ni mencionar quiero cuando hablan varias personas a la vez en la creencia de que alguien escucha a alguien. Curiosamente cuando todas se callan todo el mundo se siente satisfecho: “Ha revelado su rollo”.
Así que no me extraña nada que el de la viñeta sea un “frustrado de la comunicación”, no le falta detalle. ¡Esta viñeta parece que nos está diciendo: Pero bueno ... ¿¡HABLO YO O CANTA UN CARRO!?
Y esto, sólo mencionando las 4 circunstancias que más me llaman la atención, que si nos ponemos puntillosos, llenamos una Wikipedia, ¿verdad?
Decía un amigo que la naturaleza nos ha dado dos orejas y una boca y que eso es para escuchar más y hablar menos. ¡Qué razón tiene!
Y… como no: como hasta en esto de comunicarnos los vascos somos “la leche”, aquí tenéis de nuevo a los de Vaya Semanita, que lo vuelven a bordar.
19 comentarios:
Jajaja con los de vaya semanita. El problema radica en que NO SABEMOS ESCUCHAR, eso de los dos oídos y una boca, no va con nosotros. "Tenemos dos orejas" La viñeta es genial ilustra muy bien esto, escuchamos lo que queremos y sobre todo interpretamos. En Escuela de Padres hicimos lo de comunicar una frase y el último dio la noticia como le dió la gana. No tenia nada que ver, con la frase inicial. Pero ahora tenemos "grabadoras"
y ni con esas. Me ha encantado comó lo has expuesto el tema, con mucho sentido del humor. Yo tengo un post sobre la comunicación por si te apetece leerlo. Un abrazo y disfruta del finde.
http://katy-pasitoscortos.blogspot.com/2009/02/comunicacion
Te dejo un chiste que viene ni que pintado:
Están dos amigos, y le dice uno al otro:
- LLevo dos semanas sin hablar con mi mujer
- ¿ Y eso ?
- ...para no interrumpirla.
Un saludo.
Hola, Javier:
es un artículo divertido pero encierra una gran verdad: nos dedicamos a oír mucho y a hablar más. Pero eso de escuchar... La verdad es que muchas veces he llegado a enfadarme y no sé ha sido con razón o sin ella, porque he tenido que preguntar: "A ver, repasemos... ¿he dicho yo por casualidad eso que dices que he dicho?" Respuesta: "Bueno, no sé, pero me ha parecido que...". Parece que una de mis obsesiones es que me entiendan lo que digo, y por eso llego a dudar si realmente son todo lo clarificados que creo que son (o quiero que sean).
Y el vídeo de Vaya Semanita, genial.
Un abrazo y buen fin de semana, Javier.
Hola Katy:
Me alegro de que te haya gustado. Ya sabes que siempre que puedo trato los temas con humor, porque en el fondo todo puede ser divertido.
Por cierto, ya he leído tu post y te he dejado un comentario.
Un abrazo.
Hola Josito:
Cuidado con los chistes porque te pueden tildar de machista. Yo desde luego no, porque creo que siempre que haya respeto es bueno réirse de los tópicos. Lo que realmente hace daño son otras cosas.
Un abrazo.
Hola German:
Yo también pienso que a veces me obsesiono con explicarme perfectamente para que se me entienda bien. Con algunas personas he llegado a pensar que no debo atinar porque no consigo que me entiendan, pero finalmente de lo que me he dado cuenta es que el único que se esfuerza soy yo y que ellas "pasan de todo", así que... como se dice ahora... "que les den".
Un abrazo.
Hola Javi, tu reflexión está genial. Cómo me gusta esa frase de "hablo yo o canta un carro".
Tengo dos hijos y sigo constatando su plena actualidad. Ya ni que decir tiene en ámbitos de trabajo o de relaciones sociales...... siempre hay alguien que tiene que soltar su rollo aunque no venga a cuento. ¡En fin, que pena!
Un besito.
Hola Rosa:
Pues he buscado por internet esa frase y apenas he econtrado sitios en las que se use. Una pena que se pierdan estas cosas, aunque como es evidente la evolución nos lleva a otras.
Un beso.
Hola Javier:
Cada día mejor, geniales los dos ejemplos (viñeta y video) y la exposición que hace que no solo la leamos, sino que la escuchemos y la imaginemos. Escuchamos muy mal, como si nos costará,y por eso acabamos sordos o reinterpretando el mensaje a nuestra medida. También ocurre mucho que la persona que nos escucha, está pensando en la réplica, antes de analizar el mensaje. Enhorabuena por el post¡¡
Un abrazo
Hola Fernando:
Gracias por tu generosa opinión. La verdad es que a todo esto (como a todo) se le puede buscar la gracia y por ahí hay muchas personas empeñadas en hacerlo, de lo cual me alegro un montón.
Un abrazo.
Hola, Javier:
Como me gusta mucho la viñeta, me la guardo en mis recursos... muchas gracias. Me recuerda a una cita que hace poco leí:
Entre lo que pienso,
Lo que quiero decir,
Lo que creo decir,
Lo que digo,
Lo que quieres oír,
Lo que crees oír,
Lo que oyes,
Lo que tienes ganas de comprender,
Lo que comprendes…
Hay ocho posibilidades que tengamos dificultades a comunicar.
Hola Javier:
Mira por donde, has ido a tocar uno de los temas que más me preocupan y ocupan mi actividad profesional como es el ámbito de las relaciones personales y la comunicación.
Cuanto describes no sólo es cierto sino perfectamente evitable, sin embargo, será que todo el mundo quiere meter cuchara en lo que dice el otro sin importarle un pito si viene a cuento o no. Dejando esto de lado, durante años he observado atentamente el flujo comunicativo de las reuniones de trabajo y he llegado a la conclusión de que, básicamente, existe dos tipos de formas de bombardear la línea de flotación de quien expone una idea: el que calla pero no otorga y el que hace una cuestión de estado de un detalle sin importancia y además, lo hace a destiempo cuanto más mejor.
Muy buena reflexión.
Un abrazo.
Hola Alberto:
La verdad es que es un recurso muy bueno para charlas, cursos, etc. Yo también la suelo utilizar.
La cita es buenísima. No la conocía, pero también tomo nota.
Un abrazo.
Hola Josep Julián:
Yo como tu pienso que este es un tema clave en las relaciones humanas y en la empresa. Llevo años intentando poner un "poco de orden" en nuestras reuniones del Comité de Dirección y tengo que admitir que ya me he dado por vencido. No sé si es porque hay demasiada confianza o qué, pero ya te digo, me ha dado por vencido.
¿Tienes alguna solución mágica que no sea liarte a gritos en la reunión?
Un abrazo.
Lo más importante, es que por mucho esfuerzo, cursos, planteamientos y otras acciones que hagamos, seguimos sin poder comunicarnos de forma acertada o asertiva... Creo que forma parte de nuestra propia humanidad, como algo que venimos arrastrando desde hace milenios y que nos mantiene distraídos mientras el interlocutor nos comunica algo... Pienso que nunca nos comunicaremos apropiadamente debido a nuestra propia naturaleza.
SM
Hola Javier:
¿Has probado de grabar una reunión en video y pasarla luego a los asistentes?
No es que sea infalible pero todo el mundo queda retratado.
Un saludo.
Hola SM:
Bienvenido y gracias por un comentario tan acertado, o al menos es lo que yo pienso y comparto en muchas ocasiones. No basta con que prediquemos (en el desierto en muchas ocasiones) con el ejemplo, son muy pocos los que se dejan contagiar. Comparto el espíritu pesimista pero por eso no voy (vamos) a cejar. Esto también está en la naturaleza humana.
Un abrazo.
Hola de nuevo Josep Julián:
En alguna ocasión lo he pensado, pero la realidad es que tengo un equipo, bueno profesionalmente, pero con muchos "miedos". Eso de que los demás te vean como eres lo llevan mal, pero verse a sí mismos yo creo que peor.
En cualquier caso gracias por el consejo. Me ha servido para darle una vuelta de tuerca más a este asunto.
Un abrazo.
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