VALPARAÍSO.
Como decía en el capítulo anterior, a Valparaíso le dedicamos un día partiendo de excursión desde Santiago. Tengo que adelantar que esta fue una más de las increíbles experiencias del viaje, especialmente en este caso por el guía que nos enseñó todo el Centro Histórico.
Es necesario contextualizar diciendo que en el siglo XIX Valparaíso fue un centro estratégico para la navegación, por lo que allí arribaron marineros de todas las culturas, lo que dejó, entre otras cosas, una impresionante riqueza arquitectónica. Gracias a la cual, en 2003 su Centro Histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco,
Nos habíamos apuntado a un Free Tour de 2 h. por todo el Centro Histórico mencionado y cual fue nuestra sorpresa cuando vimos que éramos las dos únicas personas que nos habíamos presentado. Aún así, los responsables del Free Tour no lo anularon, por lo que tuvimos el privilegio de disfrutar de un guía particular durante... ¡4 HORAS!, que fue el tiempo que nos dedicó nuestro guía. Lamento reconocer que no recuerdo su nombre, pero desde aquí nuestro más sincero reconocimiento y agradecimiento.
Como es de suponer, se nos pasó el tiempo volando, escuchando a nuestro guía y disfrutando de un entorno tan exclusivo: Calles, murales, rincones, tiendas... Todo el conjunto nos impresionó sobremanera.
Ahí van algunas fotos:
7 comentarios:
Los murales son increíblemente elaborados y le dan un aire muy especial la ciudad. Me encantaron. ¡Cuánta luz! Besos.
Cuando mis padres se divorciaron mi padre argentino se quedó a vivir en Cali, Colombia y yo regresé con mi madre a Argentina entrando por el puerto de Valparaíso. A pesar de tener 3 años, recuerdo el viaje en auto de Cali a Barranquilla, en dónde nos dejó mi padre. Recuerdo parte de la travesía y a la llegada a Valparaíso, el paso por migraciones. Me quedó grabado las varillas de madera del enorme y alto mostrador y el ruido del oficial estando los sellos en los pasaportes. Después, recuerdo parte del viaje en tren hasta Buenos Aires, sobretodo la llegada y que vestido tenía puesto. Y como mis abuelos maternos nos esperaban en el andén. Recuerdo como mi abuelo tenía su sombrero y un sobretodo (abrigo) negro y como me alzó en sus brazos. Recuerdo todo eso y sólo tenia 3 años. Y doy fé de que son recuerdos verídicos no relatos por adultos a posteriori. Ya ves, Valparaíso está lleno de emoción para mí, aunque nunca volví. Besos.
"Sellando los pasaportes", digo ( el móvil me cambió la palabra)
Bonitos murales, lo que también me sorprende es la cantidad de cables que van por el aire, algo que también en otros lugares de America del Sur, así como el colorido de las casas.
Un abrazo.
Hola Emilio Manuel.
Lo de los cables es una plaga. Los he visto en todos los países de Sudamerica que he visitado. Supongo que no es un problema estético para ellos.
Un abrazo.
Qué alegría respiran sus calles con su colorido y sus murales.
Hola Tracy.
Realmente daba gusto andar por esas calles.
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