Aquello de que “la estupidez humana es infinita”, no termina de convencerme. Gritaba Buzz Lightyear, el gran personaje de Toy Story, aquello de “¡Hasta el infinito y más allá!, lo que demuestra que la estupidez humana puede incluso ir más allá del infinito. Y por supuesto que lo consigue. No faltaría más.
Yo es que no quiero ver la tele estos días, porque pongas lo que pongas sale la monarquía británica, que ya me tiene hasta los mismísimos...c y... más allá. Pero de lo que se me va colando veo al flamante Rey británico, con esa característica y eterna expresión de asco, que hace que le planchen todos los días ¡LOS CORDONES DE LOS ZAPATOS! ¡Joder! ¡Planchar los cordones de los zapatos! Me cuesta creer que alguien mande hacer tamaña majadería, que además sólo es el botón de muestra de una larga lista de excentricidades que si no fuese un personaje público encajaría perfectamente con una estrella del rock pasada de rosca.
Pero
no, no estoy hablando de la estupidez de esta gentuza. A estos les
dedicaría algún calificativo algo más grueso. Estoy pensando en
los que les jalean, en los que guardan más de 24 horas de cola para
despedir a una señora que en su vida no dio un palo al agua.
Entrañable ancianita, pero de dar un palo al agua ná de ná.
Monárquicos irreductibles, súbditos de los restos de unos tiempos
donde el esclavo estaba agradecido de que tan sólo se le permitiese vivir. Que ya era mucho.
Y no son pocos.
Aquí, en España, no cabe duda de que muy diferentes no somos. ¡La de marrones que nos hemos comido a lo largo de la historia con Los Borbones! Y mira, cada vez que asoma el gandul de El Emérito siempre hay algún imbécil que sale a saludar con un ¡Viva el Rey!
En algunas ocasiones, cada vez más, pienso que el cambio climático no va a acabar con nosotros, lo hará la estupidez, cada vez más infinita. Que para eso somos racionales y somos capaces de superar todo aquello que nos propongamos.
¡Hasta el infinito y más allá!
6 comentarios:
Gracias a tu entrada acabo de descubrir que Georg Cantor es el matemático que descubrió que hay muchos infinitos y no todos son del mismo tamaño, gracias a ello se puede entender que hay gilipolleces mas o menos grandes, eso sí, todas van al infinito y más allá.
No soy monárquico, ya lo sabes, pero nuestra vergonzosa monarquía, tiene un problema que no tienen los britis, que aquí no la queremos, allí si.
Un abrazo.
Hola Emilio Manuel.
Es cierto que allí les quieren más que aqui, pero mira las estadísticas, ya verás como no hay tantos monárquicos como nos hacen creer. Y ahora con el "orejas" menos.
Un abrazo.
Un rey es un rey y veinticuatro, media docena.
Hola Ricard. Una buena manera de resumirlo.
la boludez humana
Hola Zoe.
Exactamente, no tiene límites. :-)
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