Buffalo man, parece que le llamaban al tipo ese de los cuernos que parece que lideraba a los salvadores de la patria que invadieron el Capitolio en Washington. Impresionante. Y 2021 no ha hecho más que empezar.
Pero hoy pretendía hablar de otro tipo de búfalos.
En varias ocasiones he leído por ahí, que “una manada de búfalos sólo se mueve tan rápido como se mueve el búfalo más lento”. Me gusta trasladar esta idea al mundo humano y pensar que el desarrollo y el avance técnico podrían ir un poco (mucho) más lentos, esperando y dando cobertura entre todos a los más tardos de la manada. Pero no es así. Ahora, con el desastre económico que está produciendo el COVID, mientras unos pocos se “forran” más que nunca, millones de personas se están añadiendo a las ya saturadas “colas del hambre”.
El
Presidente del Gobierno no pierde ocasión para decir que “no
se va a dejar a nadie atrás”, pero eso es mentira y él lo
sabe. La brecha se agranda, las cifras dan escalofríos: En España
el 20% de la población está en riesgo de pobreza, de los cuales 2,5
millones sufren pobreza severa. Y esto ha ido a más desde siempre,
lo que pasa que desde la crisis del 2008 la cosa se ha desmadrado. El
otro día leía que en EE.UU. Hay 50 millones de pobres. EE.UU., la
primera potencia mundial, con una población de 330 millones de
personas.
Creo que sería muy deseable que una sociedad avance al ritmo del más lento de la manda, como los búfalos. Viviríamos sin tanto pero viviríamos mejor. Sería señal de sabiduría y de humanidad, pero todos sabemos que eso es impensable. Es más, la mayoría no estaría en absoluto de acuerdo. El sistema económico ha demostrado por activa y por pasiva que es indestructible e irreformable, y cuando se han podido hacer cambios siempre ha sido para dar más oportunidades a la acumulación de riqueza y al crecimiento de la pobreza. Vamos desbocados hacia ninguna parte sin importarnos una mierda.
Ojalá me equivoque, pero la ausencia de esperanza se palpa por todas partes, y cuando no se puede tener ni esperanza, ¿Qué sucede? Que los fascismos comienzan a asomar la cresta por todos los lados.
Y a colación de esto último, finalmente se me ocurre una pregunta: El final de Trump y la forma tan indigna como se ha producido,¿será el fin del "trumpismo" o sólo el primer escalón de una desconcertante deriva?
Veremos.
8 comentarios:
Estamos en el centro del huracán, o en el centro de la manada, (que es lo mismo), y lo sabemos, pero eso del consumismo desaforado lo llevamos muy dentro y nos va a costar bastante olvidarlo.
Y de eso se aprovechan los trumpistas y adláteres.
Un abrazo.
Yo me pregunto ¿Quién manda en España, quien lo hace en el mundo?, solo hay una respuesta, EL DINERO, en época de vacas gordas existe una clase baja que malvive, una clase media que prospera y las élites que viven como dios y sacan dinero a mantas; vienen las crisis, y primero se hunde la clase baja, luego si esta crisis continua le toque a las clases media pero siempre hay una que sale a flote de la mejor o peor manera, siempre gana, esas son las élites; o hay una crisis en la que todo se vaya a tomar por culo o nada cambiará. Aunque quiero ser optimista, joder hay veces que lo veo todo negro.
Un abrazo.
Hola Juan.
Nos conocen mejor que nosotros mismos. Es evidente.
Un abrazo.
Hola Emilio Manuel.
Cada vez cuesta más ser optimista, no cabe duda.
Un abrazo.
Ponle mejor una margarita al búfalo, eso de la rosa roja ya parece humor negro en los tiempos que corren :)
Los fascistas y la extrema izquierda; la extrema izquierda y los fascistas ... perfecto ejemplo de la ley de acción-reaccion. Estamos apañados con todos estos facinerosos desgraciados! El último que cierre la puerta!
Saluditos :-)
Espero no ver mas de esas criminales tonterias !
Hola Así nos va.
No encontré ningún búfalo con margarita, la verdad es que ni siquiera le vi connotaciones "raras" a la rosa roja. Creo que así también queda gracioso, si es que no empezamos a divagar.
Saludos.
Hola manouche.
Yo también lo espero. :-)
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