Teníamos a nuestra hija haciendo prácticas en una empresa colombiana, así que... qué mejor excusa para organizar nuestras vacaciones de verano.
Me parece pretencioso hacer valoraciones de un país en una visita de 15 días, pero sí que podemos hablar de experiencias personales, intentando huir de todo prejuicio, cuestión que no es fácil. Y ya, hacer un breve resumen, es casi misión imposible. Pero allá voy:
En primer lugar, confusión: Un par de días después de la vuelta, surgen ideas contradictorias a la hora
de valorar el viaje. Es un país que, aparte de una exuberante naturaleza, no tiene
gran cosa que ver... Y nosotros no fuimos a la costa, más allá de un día de playa. Los restos históricos que podría haber habido en
algún momento se los ha cargado la especulación inmobiliaria y la
ignorancia. La guerra también habrá hecho lo suyo, claro. Eso sí, todavía quedan paisajes vírgenes de los que disfrutar.
Me sorprendió Cartagena de Indias.
Bonita ciudad. Sí, pero sin más. Es patrimonio de la Humanidad, lo cual le supone un nivel de interés y de calidad especiales. Pero tal
vez porque los coches campaban a sus anchas por todas sus calles, tal vez porque las
estrechas aceras estaban llenas de vendedores de todo tipo, tal vez
porque, por algunas calles, se veían aguas residuales o quizá por
todo ello al mismo tiempo, pero nos resultó una ciudad sin más, que podría haber pasado
desapercibida perfectamente. Y si Cartagena estaba así, podéis imaginar como cuidan el resto.
Cuando nosotros llegamos, todavía
estaba vigente el tratado de paz con las FARC. Días antes de nuestra vuelta, se había roto. Bueno, alguno de los comandantes se había echado al
monte de nuevo. Todo indicaba que iba a ser así: Más de 500 líderes sociales asesinados desde el tratado de paz, hacen que todo haya parecido un espejismo. Declararte izquierdista, sin más, "puede ser tu sentencia de muerte", nos dijeron. Sigue siendo uno de los países donde se puede decir que "la vida no vale nada".
No notamos especialmente la "inseguridad", claro que tampoco provocamos a la suerte circulando a deshoras por zonas no recomendables.
Lo cierto, es que un viaje así no se hace para ver monumentos, que en este caso no los había. Se hace para acercarte a la gente, compartir vivencias, conocer su forma de vida, entender lo que pasa en el Mundo y por qué... Y para eso ayuda muchísimo compartir el mismo idioma.
Genial con algunos guías, que te
ayudaban a comprender la situación del país a través de sus narraciones de un
convulso y corrupto pasado que ha desembocado en un igual de convulso
y corrupto presente. Lo contaban con una naturalidad que denotaban una fuerte resignación. Sin embargo, ante la pregunta "¿Cómo véis vuestro futuro?", había una respuesta esperenzadora, porque también allí se están produciendo grandes cambios sociales, especialmente en las profundas raíces de una sociedad machista como es la colombiana. Eso nos alegró muchísimo.
Grandes cosas que ver no, pero esos guías nos hicieron "sentir el país". Recuerdo aquella visita a la zona cafetera o la subida en Metro - Cable en Medellín o la visita a la Comuna 13. Impresionantes.
Pero la realidad todavía es muy dura: La pobreza y miseria más absolutas conviven en las calles con la opulencia más descarada. Ellos lo tienen asumido en su día a día, pero a nosotros nos hacía avergonzarnos del Ser Humano. Eso sí, las iglesias llenas.
Miles y miles de personas por las
calles vendiendo de todo, compitiendo por colocarte una botella de agua fresca por las aceras, en los semáforos, en los atascos... Parecía que había más vendedores que pontenciales compradores. Lo gordo
del asunto es que esta gente no cuenta como desempleada, puesto que están
“trabajando”.
Estos viajes son para disfrutar del país y sus gentes, y lo hemos hecho, porque si no estableces una mínima
relación con la gente, el hecho de ver y ver cosas, no te aporta gran cosa. Creo yo.
Resumiendo, esto es un resumen muy resumido unas pocas horas después del aterrizaje. Lo que vivimos nosotros son 15 días,
que en realidad dan muy poco de sí. Intuyes cosas, pero no tienes
certezas de nada. Seguro que otro te contará cosas totalmente diferentes, pero la vida es así.
Si a alguien le han quedado ganas de conocer un poco más. Aquí un par de estupendísimos artículos que leímos
sobre la marcha y que creo que definen, perfectamente lo que es este país.