AFORO COMPLETO

Recientemente se ha vuelto a editar “Mein Kampf”, libro escrito por Hitler, prohibido durante años, tristemente célebre porque dicen que inspiró el mayor holocausto que la historia haya conocido… o “reconocido”.

A veces la historia se repite, otras da la sensación de que caminamos por una senda que nos puede llevar al mismo destino. El drama de los refugiados comienza a tener un fuerte tufo a genocidio edulcorado con dosis de “lo siento, aforo completo”.

Lo que estamos haciendo con los refugiados, si exagero que alguien me saque de mi pesadilla por favor, empieza a oler demasiado a aquello que juramos que jamás repetiríamos.

Empezamos discutiendo sobre el cupo que le tocaría a cada uno y ahora estamos terminando poniendo alambradas por todas partes para que no consigan entrar. Resultado: Decenas de miles de personas vagando de un lado a otro a 20 ó 30 grados bajo cero. Ya ha empezado a haber muertos por congelación. Más: El otro día nos enteramos que han desaparecido más de 10.000 niños refugiados al llegar a Europa. Increíble, ¿verdad? Increible que eso suceda en la civilizada Europa... y nos quedemos tan anchos.

¿Pero de qué sirven las cifras cuando no queremos mirar a los ojos a aquellos que llaman a nuestra puerta?

Dice Javier Gallego, director del mágnífico programa de radio “Carne Cruda”, en su artículo titulado “Aylán ya no les hace llorar”, que

“No podemos hacer como aquellos bañistas italianos que seguían tomando el sol aunque las olas habían dejado un cadáver en la orilla. Hay que movilizarse para apoyar a los que se movilizan para salvar vidas. Hay que volver a moverse como se hizo cuando murió Aylán. No podemos hacer llorar a esta Europa, pero podemos hacerles preocuparse y avergonzarse. Avergonzarse de que hayan perdido la pista de 10.000 niños refugiados, muchos de los cuales pueden estar en manos de las mafias. Una Europa que abandona a 10.000 niños para que se hundan en la nada, es una Europa que ha naufragado.

Aylán ya no les hace llorar. Ahora son ellos los que hacen llorar a Aylán”.

Despertemos por favor.