¿CRISIS? CRECIMIENTO CERO

Estamos acostumbrados a hablar de progreso en términos de crecimiento económico. “Sólo se generará empleo si al menos hay un crecimiento sostenido del P.I.B. de al menos el 2%”, dicen los expertos. Hasta hace bien poco estábamos todos encantados creciendo a niveles del 5 y 6%... “Por encima de la media europea”. ¡Ahí es nada! Ahora toca desandar lo andado, pero no todos, porque los chinos, brasileños, etc. no quieren ser como los demás y han seguido creciendo prácticamente a ese ritmo a pesar de la crisis. Ahora bien, ¿si no hay crecimiento no hay progreso? ¿Qué pasaría si apostásemos por el “crecimiento cero”? ¿Se generaría desempleo? Bueno, tal y como se desarrollan los acontecimientos, evidentemente sí. Sin embargo, moviendo otras variables que entran en juego en la “ecuación” de la economía, no tendría por qué ser así.

Dice Luis Racionero en su libro “Del paro al ocio” (que ya comentábamos en la entrada anterior) que “la diferencia conceptual entre desarrollo y crecimiento está en aplicar los inventos a crecer en calidad y no en cantidad”. Añade: “Es evidente que si hoy nos conformásemos con vivir con el nivel de vida de los ingleses del año 1900, podríamos hacerlo con sólo el trabajo de un 8% de la población en vez del 40% actual. O lo que es lo mismo, trabajar el 40% de la población pero trabajando 5 veces menos”. Y finaliza su argumento diciendo que “si se desea continuamente mayor consumo, los problemas de producción, por escasez de materias primas y de distribución, por exceso de artículos, pueden complicarse enormemente”.

Esto lo decía, insisto, hace 27 años.

Y yo me pregunto: ¿Vivimos mejor que los ingleses de 1900 por el mero hecho de “tener más”? ¿Eran menos felices que nosotros? Lo que estudian estos temas nos dicen tajantemente que NO. Tener… Ser… Hace tiempo que hemos descubierto que “tener más” no nos hace más felices.

Pues entonces parece claro que de lo que se trata es de acordar que “no crecer” no es sinónimo de desgracias, caos y ruina, y que es posible incrementar la calidad y no tanto la cantidad, sin que nuestro modelo de vida se hunda. Evidentemente esto no es fácil en una cultura donde impera la ley de la selva, donde la presión por la productividad y la competitividad está minando la salud de toda una sociedad. “Hay que trabajar más y cobrar menos, porque sino no vendemos “ni un peine”. No repiten hasta la saciedad. Ahora a esto se le llama “arrimar el hombro”. ¡Qué poco arrimaban el hombro los tiburones de la banca no hace muchos meses! ¿Verdad? Es el juego de la depredación, donde valen todas las formas de juego sucio, como las que denunciaba JLMON en su entrada CULPABLES EMPEDERNIDOS. Felicidades de nuevo Jose Luis, por esa interesantísima reflexión.

Remata Racionero diciendo, “Se trata, como alternativa, de llegar a una situación de equilibrio: encontrar el equilibrio entre el nivel de vida deseable y las horas de trabajo que estamos dispuestos a pagar por él. Hasta ahora la respuesta ha sido trabajar el mismo ritmo y seguir aumentando el nivel de vida, medido en producción por habitante, no en calidad de vida, que se va deteriorando”.

Se agotan los plazos. No nos quedan más alternativas: Dicen que si todas las personas del planeta tuviesen el mismo nivel de vida que tenemos los occidentales, necesitaríamos los recursos de 3 planetas como este para poder satisfacer a todos. Y claro, como ahora les ha dado a todos por querer vivir al estilo occidental... ¡Qué desfachatez!

Se acabaron los tiempos de denominar “Utopías” a los llamamientos al uso racional de los recursos. La población, la producción, el desgaste de los recursos naturales y la polución crecen de forma exponencial, así que se agotan los plazos para poder seguir viviendo en este planeta en condiciones medianamente dignas. Yo diría que estamos en “la prórroga”. Es el momento de “pisar el freno” y revisar el actual modelo económico para ponerlo al servicio de las personas y no al revés.

Comenzar por el “crecimiento cero” sería una buena manera de iniciar el camino de la reconciliación entre nosotros mismos y con la naturaleza.

Y así, en este contexto nace un nuevo concepto: el de Felicidad Interior Bruta. Pero de eso hablaremos el próximo día.
(Continuará)

Os dejo mientras tanto con la opinión de una de las personas más importantes de la literatura y el pensamiento humanista de este país: Jose Luis Sampedro.

16 comentarios:

Bakar dijo...

Cierto, cierto y mil veces cierto...
Lo que pasa es que nos vamos creando (o nos van creando) necesidades que hace unos años no teníamos (y no entendemos cómo podíamos vivir aquellos años sin tener lo que hoy tenemos).
Así, que sí, que es cierto que el tener más no nos hace más felices, pero el no tenerlo nos haría infelices... y hasta en algunos casos muuuuy infelices.

Fernando López dijo...

Hola Javier:

Muy buena entrada. La verdad es que conociendo el patio será difícil cambiarlo porque como dice la canción "todos queremos más" . Para mi, más que crecimiento 0, que es útopico, lo que si creo es que se puede transformar hacia cosas más productivas y distributivas. Es decir, hacia lo realmente necesario eliminando e ir eliminando progresivamente lo accesorio.
Un abrazo y feliz domingo

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Kaixo Bakar:
Ya he visto tu blog. Una pasada esto de colaborar. Sólo intuía que podría estar muy bien, pero esto va de mejor en mejor.
Musu handi bat.

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola Fernando:
Sin lugar a dudas que esto del crecimiento cero no es un reto para nosotros. Pero sólo el hecho de plantear la idea y de perderle el miedo, ya es un paso para enfrentarnos a otros retos más realizables a corto plazo. Hay muchos intelectuales compartiendo esta idea, sólo falta que los de "a pie" participemos de ella.
Un abrazo.

Caminante dijo...

Hola chaval
Por un lado, el razonamiento es muy bueno. Es cuetsión de "coste de oportunidad" utilizando los términos económicos al uso. Pero el problema estaría en el crecimiento exponencial de la población. Bueno que es probable que dieramos la razón al bueno de Malthus.
Cuidate, un abrazo

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola Jose Luis:
No, si el problema ya sabemos que no tiene fácil solución. A veces incluso pienso que no la tiene, pero bueno...
En cuanto al crecimiento exponencial, no sólo es el de la población. Apunto también en la entrada también el crecimiento exponencial de "la producción, el desgaste de los recursos naturales y la polución", por si nos parecía poco lo de la población.
En fin, que es lunes...
Un abrazo.

Unknown dijo...

Yo creo que ya existe la tecnología para que las máquinas y los ordenadores ocupen un espacio de trabajo que en vez de llevarnos al paro nos lleve al "otium cum dignitate".

Pero hay muchos y poderosos interesados en que siga prevaleciendo la escasez sobre la abundancia (no se me ocurre otra razón para, por ejemplo, seguir dependiendo de energías no renovables). Es la clave para seguir amasando más fortuna y poder.

La llevamos clara. Creo que solo cabe la resistencia ética en pequeños "barrios" y la protesta cada vez que haya ocasión como posturas vitales.

Josep Julián dijo...

Hola Javier:
No sé si este debate es viable. Para serlo deberíamos cambiar, nosotros pobres mortales, el epicentro del poder que, en contra de lo que piensan muchos, no está en los gobiernos o los bloques, sino en manos de las multinacionales. En Estados Unidos, el candidato que llega a la presidencia es el más votado, lo que no quiere decir que para llegar a ser candidato quien lo escoja sea un lobby de petroleros, banqueros y millonarios. Tampoco cambia mucho la cosa mientras es presidente porque si se desmarca lo tirotea "un visionario".
La cuestión es que sin crecimiento económico no se crea beneficio y sin "eso" nadie quiere quedarse. La escasez de recursos no es un problema paliable si no desaparece físicamente una porción de consumidores y eso nos aboca a lo de siempre.
Un abrazo.

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola Alberto:
Tienes mucha razón. Lo que me parece importante es que en momentos como este se oigan voces diciendo de que otro mundo es posible y que tenemos la obligación de intentarlo. Nosotros poco podemos hacer, pero bueno...
Un abrazo.

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola Josep:
Tal vez sea un grano de arena en el desierto, pero, como le decía a Alberto, tenemos la obligación le levantar la voz diciendo que otro mundo es posible. Soy consciente de que de poco va a servir, pero, como decía el anuncio, "granito a granito...".
Y qué narices: hablando de todo esto yo me lo paso fenomenal, que también tiene su importancia. ¿No te parece?
Un abrazo.

MaS dijo...

¡¡¡vaya serial!!!!
y bueno, en lo mejor, eso de "felicidad interior bruta", nos pones un continuará???....aquí no puede suceder como en las telenovelas, que o se mueren o se casan. Y siendo serios, lo de crecimiento 0...no lo veo, es mejor que empecemos a vender que vamos a ser más felices con menos, literalmente, que liberarnos y librarnos de determinados lastres accesorios...nos va a dar más. Así, tal vez.

Katy dijo...

Hola Javier buen post pero tengo que decierte con el dolor de mi corazón que es algo "Utópico" Hay que tender a la utopís, es lo que tiien de bueno el ser humano, pero otros se encargan de echarpor tierra esas teorias.
Lo que importa es SER y SER con los demás. De este planeta no nos vamos a llevar nada cuando nos marchemos... Pero a pesar de eso queremos más, mas y justificamos esos deseos con mil unas razones.
Una pena.
pero yo confio, sigo confiando y creyendo que se puede.
Un abrazo

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola Maria,
siendo tragicos yo diria que al final se mueren porque no habian hecho caso a nadie.
Y lo del crecimiento cero es una alternativa que muchos se estan planteando a nivel teorico. Como tal vez otras que puedan existir. Evidentemente no soy un experto ni pretendo arreglar en mundo en dos folios, lo que si puedo hacer es hacerme eco de lo que me piensa cada vez mas gente, y es que otros mundos son posibles y que debemos hacerlos posibles YA o nos vamos al carajo. Y no estoy hablando de 4 radicales antiglobalizacion, que tambien. En estos momentos hay muchos intelectuales, premios nobel y jefes de estado que estan por la labor. Bueno, cuando digo muchos, quiero decir unos cuantos, pero siempre mas de lo que nos cuentan.
Ahora bien, no hay que ser ilusos y mientras se adoptan ese tipo de acuerdos la unica manera de sobrevivir es siendo igual que todos, es decir, estar en el peloton de cabeza a fuerza de trabajar mas, cobrar menos y crecer mas que nadie. Este es el modelo que tenemos y ahi seguiremos.
Un abrazo.
Nota, Siento lo de los acentos y las puntuaciones, pero estoy con un ordenador que lo tiene todo cambiado y no lo controlo.

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola Katy,
Conoceras esa cita que dice que LO CONSIGUIERON PORQUE NO SABIAN QUE ERA IMPOSIBLE. Pues si, utopico es, pero no por eso vamos a renunciar a las alternativas posibles. Quien iba a pensar hace tan solo 30 anos que la conciencia ecologica se iba a instalar en la sociedad en la manera en que lo esta.
Como le comento a Maria, hay cada vez mas personas relevantes que estan planteando salidas a un sistema economico agotado. Que importa si es crecimiento cero u otra alternativa. Yo no soy un experto en nada, solo me hago eco de lo que expertos dicen. Lo realmente importante es dar los pasos para el cambio a tiempo, porque si no el futuro viene muy negro.
Un abrazo.
NOTA siento lo de las puntuaciones pero no consigo controlar este ordenador del hotel.

Anónimo dijo...

Pues yo no entiendo por qué la gente ve utópico el crecimiento cero, es como ver utópico que 2 + 2 puedan dar 4, o más bien 2 - 2 = 0... es el único destino posible y llegaremos ahí por las buenas o por las malas, así que mejor que vaya calando la idea en las mentes para que sea lo más "por las buenas" posible. Enhorabuea por el post.

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola Anónimo:
Gracias por pasarte por aquí y por compartir la idea del "crecimiento cero".
Lo cierto es que los medios de comunicación tienen mucha culpa de que la gente piense que sólo hay desarrollo con crecimiento. No hay nada más que escuchar los telediarios todos los días.
Como muy bien dices, llegaremos ahí por las buenas o por las malas. Y me temo que será por las malas.
Un abrazo.

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