NO ME LLAMES EXTRANJERO





                                   
"...
Y me llamas extranjero porque me trajo un camino,
porque nací en otro pueblo, porque conocí otros mares
y un día zarpé de otro puerto,
si siempre quedan iguales en el adiós los pañuelos
y las pupilas borrosas de los que dejamos lejos
los amigos que nos nombran,
y son iguales los rezos
y el amor de la que sueña con el día del regreso.
..."
                                   (Rafael Amor: "No me llames extranjero")




Es la canción del cantautor argentino Rafael Amor. No sé si le conocéis. Es un cantante que tuvo mucho impacto en los años de la transición, especialmente en los círculos progres. Luego fue perdiendo relevancia al mismo tiempo que la euforia democrática se iba desinflando. En alguna ocasión he visto que cantaba por Bilbao, pero no he ido a verle. Tengo que reconocer que ya no es lo mismo. Yo también me he desinflado. En definitiva, de las muchas de las canciones que tienen un significado especial en mi vida, esta es una.

Como podéis imaginar, esta reflexión y esta canción, tienen su razón de ser en el debate que se ha vuelto a abrir sobre la inmigración. Debate que se abre periódicamente pero que siempre se cierra en falso. O mejor dicho, no se cierra. ¿Para qué? Y así, cuando resurge lo hace con más virulencia que la vez anterior en sus dos principales variantes: arma política arrojadiza hacia el partido en el poder y debate social. Lo cierto es que ni la clase política ni el debate social, protagonizado por los medios de comunicación, han aportado nunca nada, es más, tengo la sensación de que cada vez que vuelve se consolidan los discursos más racistas. ¿Será por la Crisis?

Crisis o no, fijaros cómo se ha calentado el ambiente a cuenta de la decisión del Ayuntamiento de Vic de negar el padrón a los inmigrantes. Enseguida ha saltado todo el mundo: Los políticos y su entorno con argumentos totalmente demagógicos y la sociedad civil con la retahíla de simplicidades de siempre:
“…que para ellos hay ayudas sociales y para los de aquí nada”; “… que si a ellos les dan pisos y a los de aquí no”, “…que si los rumanos son todos unos delincuentes”; “… que si los extranjeros nos quitan el trabajo” “… que si desde que hay tanto extranjero ha aumentado la delincuencia”… Y más y más argumentos tan simples, faltos de rigor y tan llenos de falsedades que dan miedo.

Y claro, a estas alturas ya hemos metido a todos en el mismo saco: legales, ilegales, negros, mestizos, marroquíes, senegaleses, etc. Da igual, hemos empezado a tener MIEDO. MIEDO AL EXTRANJERO.

(Nota: me acabo de dar cuenta que este es uno de los MIEDOS que se ha dejado Pedja en el "tintero" en su última entrada).

Sigo:

Cegados por la Crisis, somos incapaces de recordar (y reconocer) que la mayoría han estado y siguen haciendo los trabajos más duros, los que nosotros no queremos, a pesar de la Crisis. Qué fácil es decir “cogemos a una colombiana para que cuide a los padres mayores, que esta gente cobra menos que los de aquí.  Además, es que esta gente es tan cariñosa”. Esto lo he oído yo varias veces. Supongo que vosotros también, ¿verdad? Y por supuesto: de seguridad social ni oír hablar, claro. Y a continuación nos posicionamos claramente en contra de la emigración.

¡Qué hipocresía!

Pero vayamos un poco más allá: por otra parte también habrá que tratar de entender por qué en Vic han tomado esta decisión. ¿De verdad creéis que son un atajo de racistas? Yo he estado en algunas comarcas catalanas que tienen un 15% de inmigrantes. He visto calles y plazas con más inmigrantes que autóctonos y entiendo perfectamente que la gente se alarme.

Y es que cuando se dice que “aquí no cabemos todos”, con mejor o peor intención, se está reflejando una realidad, a la cual no se puede responder al grito de ¡“racistas!”. Algo habrá que hacer, ¿no?

Oímos por otro lado que para mantener el sistema de Seguridad Social, en los próximos años harán falta no sé cuántos millones de emigrantes más. Y digo yo: Entonces va a resultar que nos viene bien que lo estén pasando mal por “ahí abajo”, pero sólo lo justo, para que sólo vengan los que necesitamos. Curioso: abrimos y cerramos el grifo en función de nuestras necesidades. Mercancía humana, pura mercancía.

¡Vaya nivel!

Desgraciadamente no se puede conseguir que sólo quieran venir los que necesitamos. Lo cierto es que no podemos ni vamos a poder controlar la llegada masiva y esto no se va a acabar hasta que en sus países de origen tengan la oportunidad de sobrevivir con dignidad. Para bien y para mal todo se ha globalizado. La inmigración también. La gente huye de la miseria a cualquier precio. Es mejor vivir en Europa como un miserable que en la clase (supuestamente) media en su país de origen. Y es que no tienen nada que perder. Así de simple.

Por lo tanto mentalicémonos: esto no va a cambiar ni a corto, ni a medio plazo, ni a largo plazo. ¿Qué hacemos entonces? ¿Ponemos una enorme barrera alrededor de la Península?

Mal asunto, ¿verdad?

Por cierto: ¿Cuando te has identificado la última vez con Susanita, la amiga de Mafalda?

"...
¡No!
No me llames extranjero,
traemos el mismo grito
el mismo cansancio viejo que viene arrastrando el
hombre desde el fondo de los tiempos,
cuando no existían fronteras, antes que vinieran ellos,
los que dividen y matan
los que roban, los que mienten
los que venden nuestros sueños.
Los que inventaron un día, esa palabra extranjero.
..."
(Rafael Amor: "No me llames extranjero")

12 comentarios:

Katy dijo...

Preciosa canción. No me llames extranjero, recuerdos que guardo en el rincón de mi memoría..
"Lo cierto es que no podemos ni vamos a poder controlar la llegada masiva y esto no se va a acabar hasta que en sus países de origen tengan la oportunidad de sobrevivir con dignidad."
Aquí está clave de todo, la gente huye, del hambre, de la misria, de las guerras, de las persecuciones religiosas o políticas... El miedo y la supervevivencia es que el manda. Además todos estamos de paso aquí.
Me sumo a tu comentario
y te dejo este enlace, poesía de Facundo Cabral por si te apetece pasarte.
http://katy-ciudadanadelmundo.blogspot.com/2009/06/no-me-llames-extranjero.html
Un gran abrazo y buen finde

6 de febrero de 2010 12:19

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola Katy:
Maravillosa coincidencia.
La canción original es de Rafael Amor (eso leo al menos en internet). Luego mucha gente ha hecho versiones. Esta que me recomiendas de Facundo Cabral y Alberto Cortez también es preciosa. Hacía tiempo que no les oía.
Como bien dices, "estamos de paso" a lo que añadiría "... y que poca gente se percata de ello".
Un abrazo.

Bakar dijo...

Comparto al 200% todo lo que dices. Además, es difícil analizar este asunto en todas sus diferentes vertiente, por que seguro que se nos escapa alguna. A mi se me ocurre alguna más que la vertiente social o económica: la cultural (que al final se convierte en social y económica). Y en nuestra Euskadi se me ocurre como ejemplo todos los planes de euskaldunización de la sociedad para que en un breve tiempo la mayoría de la sociedad vasca sea bilingüe. Los inmigrantes bastantes problemas tienen ya como para preocuparse del Euskara, con lo que un sector cada vez más importante de la población desconocerá el idioma, los planes de euskaldunización no tendrán éxito, los inmigrantes además de cargar con el “lastre” de serlo desconocerán el idioma que hará que puedan optar por empleos mejores… y seguirán siendo ciudadanos de segunda(económica y socialmente).

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hablando con unos catalanes hace no demasiado, me comentaban que para los inmigrantes no es demasiado difícil aprender Catalán. Casi lo aprenden a la vez (sin el casi). Aquí es otra cosa. Aprender castellano y luego Euskera. ¡Menudo palo! Así que doble esfuerzo para nosotros y doble para ellos. Lo peor es que el avance en la normalización del Euskera se ve ralentizado como muy bien indicas. Pero con eso hay que contar, porque no hay más h...s.
En fin... Difícil futuro.
Musu.

Josep Julián dijo...

Hola Javier:
Estando de acuerdo con todo lo que dices, me detengo a analizar el caso de Vic por cercanía y más próximidad de conocimiento.
Creo que lo que se ha querido llamar la atención ahí ha sido que los ayuntamientos están quebrados, que después de las vacas gordas de recaudación por licencias de obra ahora vienen las flacas en las que los servicios a prestar no pueden pagarse. Antes convenía empadronar porque a más población más presupuesto cedido, pero ahora con la crisis café para todos.
La cuestión de Vic se ha demonizado porque es un argumento fácilmente rebatible desde la demagogia pero que tiene implicaciones más profundas como lo demuestra el hecho de que las propias asociaciones de emigrantes de Vic han mantenido un tono bajo en este conflicto.
Uno de mis clientes es un taller en el que se reparan los vehículos industriales de un ayuntamento (no el de Vic). La deuda por esas reparaciones abarca todo el 2009 y la mitad del 2008 ¿qué tiene que hacer? Ayer se publicó la noticia de que otro ayuntamiento tiene una deuda de un año con una empresa de autobuses que cubre líneas poco rentables. Y los casos de contratistas que cobran a más de 210 días son el pan nuestro de cada día.
La culpa no es de los emigrantes, claro está, pero si los ayuntamientos como el de Vic no hacen cosas como estas para llamar la atención, dífícil lo tienen.
Tema espinoso y para debate, pero con muchísimos claroscuros.
Un abrazo.

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola Josep Julián:
Eso que dices es lo que está ahí oculto y que a nadie le interesa sacar a la luz. Me entristece que los supuestos, y no tan supuetos, pogres hayan hecho bandera de este tema de Vic. Por esto y por otras muchas situaciones similares me indigno y me rebelo, porque además este tipo de demagogias siempre terminan costándole muy caro a algunas personas, que desgraciadamente siempre son los más débiles.
Un abrazo.

Fernando López dijo...

Hola Javier:

Yo es que estoy de acuerdo contigo. Somos unos hipócritas de tomo y lomo. Unos ventajistas como dices. Los queremos para lo que los queremos y ahí Josep Julian también ha dado unas pistas. Lo de los políticos, lo de siempre,; demagogía.

Un día hablaré de las actitudes neo colonialistas de muchos que se dicen expertos viajeros y ciudadanos del mundo y son igual de racistas.

En fin, que de acuerdo contigo, y lo demás pamplinas.

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola Fernando:
¡Qué razón tienes! Espero impaciente lo que nos vayas a contar ya que mi experiencia viajando es bastante triste. Me refiero a la gente que va a... la India por ejemplo, diciendo a la gente cómo tiene que vivir. Creo que tenemos un subconsciente que nos dice que somos (o queremos ser) la "élite" y que tenemos que enseñar a los demás a vivir como nosotros.
Tragedias de la vida.
Un abrazo.

rousal dijo...

Hoy se ha presentado en la escuela donde yo trabajo un papá triste y avergonzado por la situación que está pasando. Se trata de una familia ecuatoriana en la que la mamá decidió, hace 7 años, probar fortuna en nuestro país.
Atrás quedó el papá con una niña de dos años y un niño de cuatro.
Pasado este tiempo, en el mes de octubre, el papá vino con los dos niños a reunirse con su esposa deseosos de tener una vida digna. Rápidamente matriculó a los niños en el colegio y comenzó a buscar trabajo, pero la suerte no ha llegado todavía.
Hoy ha venido para que le ayudáramos a rellenar los papeles de la matrícula para el próximo curso de su hijo de 12 años. De repente se ha puesto a llorar porque el niño no se está adaptando, no quiere separarse de su padre y está dejando de comer…… (vamos que tiene una depresión potente….)
No quiero ni imaginar el caos que existe en esa familia.
Él me ha parecido una persona responsable y hasta demasiado prudente (dice que le da vergüenza pedir ayuda al ayuntamiento o a la Diputación, que no quiere mendigar). De hecho se está planteando volver a su país con el niño.
A mi se me arrancaba el corazón, me hubiera encantado poder ofrecerle un puesto de trabajo para que afronte con optimismo esta nueva vida .
La inmigración no es el problema. El verdadero problema son las causas que la originan.
Creo que no cuesta demasiado ponerse en la piel ajena y tratar de comprender sus motivos.
Saludos para todos los inmigrantes. Que sepan que intentaremos hacerles un poquito más facil su camino.

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola Rosa:
No me extraña que se te arrancase el corazón. Se me arranca a mi que no lo he vivido...
La inmigración, más allá de los grandes datos, se compone en muchísimos casos de pequeñas tragedias como esta. Es terrible, pero como muy bien dices
"la inmigración no es el problema. El verdadero problema son las causas que la originan". Pero eso ahora a nadie le preocupa.
Un besazo.

Eva Magallanes dijo...

Hola Javier, un verdadero gusto llegar por aquí y encontrarme con este post que toca sin rodeos una de las situaciones más preocupantes hoy en día. Preocupante pues más allá de todos los conflictos e intereses que entran en juego, para mi la base es el mismo enemigo de siempre: el desamor con su consiguiente egoísmo, la desigualdad absoluta que se vive en el planeta. Te contaré que en mi país, Chile, la inmigración es un fenómeno nuevo, en lo personal soy de las que cree que los "extranjeros" aportan una diversidad cultural que enriquece nuestra identidad, pero, lamentablemente, hay muchos y muchas que con argumentos simplones y falsos como los que mencionas practican el abuso y la discriminación. La canción que nos compartes lo dice todo y me ha emocionado muchísimo.
Un abrazo fraterno desde el confín asutral!

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola Eva:
Gracias por pasarte y comentar.
Sólo la injusticia social mundial tiene esta gran responsabilidad. España ha sido un país de emigrantes. Mi familia lo ha sido y yo de niño también, y me entristece profundamente ver lo pronto que se olvida y lo rápido que adoptamos posturas tremendamente racistas, racismo que hasta hace muy poco tiempo sufríamos en nuestras propias carnes.
Me alegra muchísísimo que te hayas pasado por aquí.
Un fuerte abrazo.

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