SUGESTIÓN: Es la creencia en la existencia y en la eficacia de algunos fenómenos que no tienen una explicación racional. ENCANTADOR DE SERPIENTES: Habitualmente se entiende que es un Seductor, un Embaucador.
Como ya he comentado en la entrada anterior, desde mi trabajo, en la dirección de una empresa pública, trabajo para que los empresarios mejoren la Gestión de su empresa, además de intentar gestionar bien la mía, que no creáis que es fácil dentro del ámbito público. En este sentido me siento totalmente identificado con la interesantísima entrada de Fernando López en su blog Soul Business, titulada “Música y trabajo en equipo”. Pero no es este el motivo de mi entrada.
Una de las cuestiones que me preocupa es la manera que tenemos de crear gurús de todo y para todo. Predigiscitadores, malabaristas de todo tipo que nos SUGESTIONAN, nos embaucan con sus discursos para conseguir objetivos no siempre loables. En este caso me quiero centrar en la Gestión Empresarial. Después de muchos años viendo de todo, me considero en condiciones de afirmar que nos sobran ENCANTADORES DE SERPIENTES que nos dan conferencias cobrando “una pasta” y que vienen a decirnos lo que tenemos que hacer para llegar a la cumbre como ellos. Afirmaría incluso, que en la mayoría de las ocasiones no llegan a contarnos mucho más de lo que ya sabemos. Pero siendo grandes comunicadores, que lo son, nos ENCANDILAN con sus discursos y sus puestas en escena. Nosotros SUGESTIONADOS quedamos prendados de tanta sapiencia. Pero al finalizar el espectáculo comprobamos que no hay paraíso empresarial: El PREDIGISCITADOR, chiscando los dedos nos despierta y volvemos a la triste realidad de todos los días. Así, despiertos del todo nos vamos a casa con la cabeza caliente y los pies fríos. En el metro, nos preguntamos: “¿Y mañana qué hago yo para cambiar la triste realidad de mi empresa?”.
Esto viene a cuento del campeonato de Europa de Baloncesto conseguido hace unas semanas. Entonces me vino a la memoria una experiencia de la que llevo hablando dos años y medio:
Como recordaréis, España ganó el Campeonato del Mundo de Baloncesto celebrado en 2006. A raíz de aquello se puso de moda relacionar la gestión empresarial y el deporte. Pepu Hernández (entrenador de la selección española de baloncesto en aquellos momentos) se dedicó a ir de aquí para allá pregonando las excelencias del trabajo en equipo, de la estrategia, de la planificación, etc. en fin, todo aquello que se supone que toda empresa tiene que hacer para, al menos, sobrevivir. El mensaje era muy claro: “Nosotros hemos gestionado bien y fíjate qué exitazo. Hazlo tu también en tu empresa”. Recuerdo que APD (Asociación para el Progreso de la Dirección) trajo a Pepu a Bilbao. El local se llenó de empresarios ávidos de conocer SU GESTIÓN. La conferencia estuvo genial puesto que una de las virtudes de Pepu es precisamente ser un gran comunicador. Nos SUGESTIONÓ a todos: Puesta en escena y presentación, perfectas. Todos sucumbimos a sus encantos, viendo jugadas de estrategia explicadas detalladamente que siempre terminaban dentro del aro. Al finalizar la conferencia llegó el turno de preguntas y después de varias intervenciones intervine y dije: “Hola Pepu. Llevo unos cuantos años dirigiendo una empresa pública. Estoy convencido de que todo aquello que mencionas es imprescindible en una empresa moderna, pero hay algo que no termino de resolver: Tu has podido construir tu equipo eligiendo a los mejores. Los has probado una y otra vez y los has ido cambiando hasta que has conseguido hacer un equipo. Yo mañana volveré a mi empresa y tendré a los mismos “jugadores que el mes anterior y que el mes que viene, con sus virtudes y sus defectos, sin poderlos cambiar (ni los jugadores ni los defectos, claro). Las reglas de juego no me lo permiten, ¿Qué me recomiendas?” “Yo no sé de gestión empresarial. Yo sé de baloncesto”, me contestó. No por esperada me defraudó menos la respuesta. Eso fue como el chasquido de dedos que te despiertan. Se acabó la SUGESTIÓN. Desgraciadamente. Ya de vuelta a casa yo me afirmaba a mi mismo conmigo mismo, que no hay derecho. Que vivimos en un mundo de apariencias donde sólo importa poder decir “yo estuve viendo a Pepu”. “¿Y qué tal?” “Fenomenal. ¡Menuda conferencia!” Pero, en el fondo, nada. ¡Acumulamos frustración e impotencia a paladas y no somos ni conscientes! A mi siempre me ha gustado la MAGIA, la magia de verdad. La que hacen los Grandes, la que no engaña, de la que siempre sales feliz del espectáculo. Y ese terreno nadie como Tamariz, para mi el mejor mago del mundo (si es que yo soy alguien para poder afirmar eso).
Razonamiento lógico y no por esperada como dices tu defrauda menos. Esto tiene que ver un poco a mi juicio con aquello de que si lo dice la mayoría... parece que es así y hay que aceptarlo aun cuando resulta que la mayoría estaba equivocada. Seguimos al "maestro Ciruela, que sin saber leer puso escuela" y todos le reverenciamos. Debe ser que no tenemos tiempo de pensar por nosotros mismos o no queremos y escuchamos al que más aparenta, a los famosillos de turno. En el fondo nos encanta salir en la foto. Me ha gustado leerte
En primer lugar, gracias por citarme en tu Blog. Menudo temas has tocado. Da mucho para hablar. Yo esto lo veo desde dos prismas diferentes.
Uno ateniendonos a lo que es comunicación. Es decir, la forma en que se plantean los temas mediante metáforas, analogías, sugestión etcétera que me parece positiva porque ilusiona, pero en ningún momento puede resolver los problemas de cada uno, como apuntas magistralmente. Todos los días hay que bajar a las trincheras y lidiar con un equipo, que a lo mejor no es el elegido y con unos recursos que no son los que quisieras. Como siempre, hay que creerse lo justo, pero creo que son positivas este tipo de conferencias porque el mensaje (que en definitiva es lo que importa) puede llegar mejor.
Otra cosa es que los veamos como expertos en gestión de nuestro negocio particular lo que sin duda sería un error (siempre faltarán datos) o que ellos se autodenominen como expertos.
Nosotros hacemos muchos eventos corporativos en en el que por decirlo de alguna manera , transmitimos los mensajes que quiere la empresa de una forma amena, ya sea mediante la palabra o visualmente. Somos contadores de historias pero no expertos. Y creo que visto así, la gente lo entiende.
Pepu ahí estuvo "corto de cintura" porque si utilizas un simil o lo desarrolas a esos niveles se supone que conoces perfectamente la gestión empresarial.
Si te digo que la gente suele elgir antes al famoso o conocido, antes que a otra persona más preparada. A nosotros nos ocurre a menudo con artistas.
Conferenciantes y charlas si, pero viéndolo como un recurso y no como una solución
Por último, Tamariz, es el mejor mago del mundo. Dicho por ti, por mi y por todos sus compañeros magos.
Después de leer el comentario de Fernando veo que va en la misma dirección que el que yo pensaba hacer, asi que voy a ver si soy capaz de reformularlo. En mi actividad profesional, he estado en los dos lados. Es decir, he ido a escuchar y a dar conferencias. Cuando las escucho, antes trato de saber algo sobre quien las da. Lo que más me interesa saber del ponente es cuánto ha vivido, no en términos de edad sino de vivencias. Cuando uno se dirige a una audiencia que le viene a escuchar a lo máximo que debe aspirar es a contar sus experiencias y no a dar lecciones moralizantes, reveladoras o lo que sea. Lecciones no, vivencias sí. Si uno no ha vivido no está moralmente capacitado para predicar ningún evangelio. Cuando soy yo el que las doy trato de explicar conceptos con una visión sencilla, no porque minusvalore a la audiencia, eso nunca, sino porque soy consciente de que las realidades de cada uno de los asistentes son distintas y si el discurso es "ejemplarizante" lo único que se consigue, además de pasar por pedante, es poner a la audiencia en el camino hacia la melancolía. El ejemplo que comentas de los ciclos de conferencia de la APD en Bilbao, caso que conozco un poquito porque alguien de la familia representa a uno de los patrocinadores de las mismas, es para mí el paradigma de lo que critico. Como este mundo es muy pequeño no pondré nombres a algunos de los "momentos cumbre" que he presenciado pero uno de los gurus frecuentemente invitados como dinamizadores tiene un blog de entrada diaria de unos diez folios de extensión que, a pesar de que lleva su firma, suena más a compendio de redacción porque es imposible que haya vivido todo lo que relata, si lo ha vivido no lo ha podido asimilar y si lo ha asimilado es que no le luce nada.
Decía Séneca que "a algunos se les considera grandes porque también se cuenta el pedestal".Creo que el marketing hace que los "grandes" gurús nos despierten expectativas desmedidas. Además conectan con la fantasía de que en algún sitio de ahí afuera hay un bálsamo de fierabrás para mis gripes G (de gestión, por supuesto).
En algún sitio hay que encontrar inspiración, pero nadie mejor que cada uno de nosotros para conocer en profundidad nuestros problemas y sus causas. Ahora bien, ¿son las charlas y los gurús las mejores fuentes de inspiración?
Mi experiencia particular dice que muchas veces he obtenido más inspiración y conocimiento del "crowd sourcing" que de los oráculos que nos indican los sacerdotes del culto empresarial.
Hola Katy: Yo suelo decir lo de... ¿A dónde va Vicente? A donde va la gente. Como muy bien dices, no debemos de tener tiempo para pensar por nosotros mismos, o simplemente nos hemos acostumbrado a que lo hagan otros y nos digan qué es lo mejor y allá vamos como borregos. Me alegro de que te haya gustado.
Me alegro de haber generado un poco de polémica. He querido ser un poco radical en el planteamiento, porque hay mucho "vendedor de humo" por ahí y porque me venía muy bien en relación al título de la entrada. Nosotros también contratamos a gente famosa (digamos famosilla, que la famosa es demasiado cara para y se acerca más al perfil del planteamiento que hago) para dar conferencias a empresarios locales. Pero lo que hacemos es huir de la conferencia por la conferencia, de la experiencia "güay" (la del chico del garaje, por ejemplo) que sólo sirve para un caso concreto. Si en realidad estamos 100% de acuerdo.
Hola Josep Julián: Como le he dicho a Fernando, estoy 100% de acuerdo con lo que dices. Una de las claves que mencionas es la implicación del ponente, bajar a tierra, ponerse las botas y meterse en el barro del auditorio que tiene delante, si me permites la metáfora. Cuando el ponente no pregunta por la clase de público que va a tener delante con el fin de adaptar su discurso y sus ejemplos... malo, malo. Un abrazo.
Hola Alberto: Estoy totalmente convencido que la mayoría de las veces la inspiración viene de los sitios más sencillos, como apuntas. Es que no puede ser de otra manera. Tampoco es que me quiera cargar a los gurus, seguro que podrían tener un papel mucho más importante, pero desgraciadamente en el contexto social que hemos creado sólo ocupan el papel de "estrellas deslumbrantes" y es que de tanta luz que emiten nos ciegan. Lo del pedestal muy bueno. No lo había oído.
Hola, Javier: Como acertadamente habéis comentado, no es que sea malo seguir a los conferenciantes siempre que sus experiencias encuentren paralelismo con nuestra situación. Por eso hay que prevenirse frente a los de los mundos de Yuppie, aquellos que muestran un mundo feliz... que sólo pertenece a ellos. Volver a la realidad, cuando uno entra de nuevo en su empresa, me recuerda -como cliente, no como expositor- a las ferias de muestras (en España o en el extranjero). Cierto que son momentos excelentes para las relaciones, pero la flash-visión que se te muestra se contrapone cuando a tu regreso, en el despacho, vuelves a ver los vencimientos, miras con preocupación las cifras de negocio y te entra el gusanillo de la duda cuando repasas los pedidos que puedas haber hecho en los stands. Como decía en el último artículo, los magos de la motivación presentan únicamente el "haber" en los balances; se suelen olvidar del "debe". Un saludo, Javier
Hola Germán: Gracias por darte un paseo por mi blog. Totalmente de acuerdo con lo que dices, por eso, cuando me toca estar a mi en el "púlpito" trato de hacer lo imposible por dejar abiertas vías de comunicación con el público, porque sé que si alguna semilla ha caido en tierra fértil es imprescindible dejar un "libro de instrucciones", valga la metáfora. Un abrazo.
Buenos días, un profesor que tuve, dijo que debíamos buscar la llave donde está la llave, y no donde está la luz. (Nos hacía visualizar que se nos caía la llave en el rellano de la escalera, y que incosncientemente pulsábamos el interruptor de la luz, y mirábamos debajo...¡pero allí no estaba la llave!. Tambien te puedo hablar de lo que sucede en las pasarelas de la moda...esas esmirriadas señoritas que portan unos harapos imposibles no sólo de comprar sino de llevar...la diferencia entre la tendencia y la moda. Pepu indicaba una tendencia, pero la moda, la de verdad es la que tienes tu en tu "casa". Estoy contigo: MENOS GURÚS VENIDOS A MÁS, y más colaboradores de codo con codo que aporten ideas reales a problemas reales!!!!! un saludo otra vez, M.
Hola de nuevo MaS: Lo de la moda me ha gustado mucho porque define perfectamente la parte más frívola de las cosas, que es donde nos solemos quedar. Como si nos diese miedo a profundizar y encontrarnos con lo que no queremos, que suele ser nuestra propia ignorancia. Pero también pasa que lo que nos impide ver ese "miedo" es que igual somos capaces de hacer cosas realmente importantes ¿no te parece? Un abrazo.
12 comentarios:
Razonamiento lógico y no por esperada como dices tu defrauda menos. Esto tiene que ver un poco a mi juicio con aquello de que si lo dice la mayoría... parece que es así y hay que aceptarlo aun cuando resulta que la mayoría estaba equivocada. Seguimos al "maestro Ciruela, que sin saber leer puso escuela" y todos le reverenciamos. Debe ser que no tenemos tiempo de pensar por nosotros mismos o no queremos y escuchamos al que más aparenta, a los famosillos de turno. En el fondo nos encanta salir en la foto.
Me ha gustado leerte
8 de octubre de 2009 12:41
Hola Javier:
En primer lugar, gracias por citarme en tu Blog. Menudo temas has tocado. Da mucho para hablar.
Yo esto lo veo desde dos prismas diferentes.
Uno ateniendonos a lo que es comunicación. Es decir, la forma en que se plantean los temas mediante metáforas, analogías, sugestión etcétera que me parece positiva porque ilusiona, pero en ningún momento puede resolver los problemas de cada uno, como apuntas magistralmente. Todos los días hay que bajar a las trincheras y lidiar con un equipo, que a lo mejor no es el elegido y con unos recursos que no son los que quisieras. Como siempre, hay que creerse lo justo, pero creo que son positivas este tipo de conferencias porque el mensaje (que en definitiva es lo que importa) puede llegar mejor.
Otra cosa es que los veamos como expertos en gestión de nuestro negocio particular lo que sin duda sería un error (siempre faltarán datos) o que ellos se autodenominen como expertos.
Nosotros hacemos muchos eventos corporativos en en el que por decirlo de alguna manera , transmitimos los mensajes que quiere la empresa
de una forma amena, ya sea mediante la palabra o visualmente. Somos contadores de historias pero no expertos. Y creo que visto así, la gente lo entiende.
Pepu ahí estuvo "corto de cintura" porque si utilizas un simil o lo desarrolas a esos niveles se supone que conoces perfectamente la gestión empresarial.
Si te digo que la gente suele elgir antes al famoso o conocido, antes que a otra persona más preparada. A nosotros nos ocurre a menudo con artistas.
Conferenciantes y charlas si, pero viéndolo como un recurso y no como una solución
Por último, Tamariz, es el mejor mago del mundo. Dicho por ti, por mi y por todos sus compañeros magos.
Un abrazo y magnífico post
Después de leer el comentario de Fernando veo que va en la misma dirección que el que yo pensaba hacer, asi que voy a ver si soy capaz de reformularlo.
En mi actividad profesional, he estado en los dos lados. Es decir, he ido a escuchar y a dar conferencias. Cuando las escucho, antes trato de saber algo sobre quien las da. Lo que más me interesa saber del ponente es cuánto ha vivido, no en términos de edad sino de vivencias.
Cuando uno se dirige a una audiencia que le viene a escuchar a lo máximo que debe aspirar es a contar sus experiencias y no a dar lecciones moralizantes, reveladoras o lo que sea. Lecciones no, vivencias sí. Si uno no ha vivido no está moralmente capacitado para predicar ningún evangelio.
Cuando soy yo el que las doy trato de explicar conceptos con una visión sencilla, no porque minusvalore a la audiencia, eso nunca, sino porque soy consciente de que las realidades de cada uno de los asistentes son distintas y si el discurso es "ejemplarizante" lo único que se consigue, además de pasar por pedante, es poner a la audiencia en el camino hacia la melancolía.
El ejemplo que comentas de los ciclos de conferencia de la APD en Bilbao, caso que conozco un poquito porque alguien de la familia representa a uno de los patrocinadores de las mismas, es para mí el paradigma de lo que critico. Como este mundo es muy pequeño no pondré nombres a algunos de los "momentos cumbre" que he presenciado pero uno de los gurus frecuentemente invitados como dinamizadores tiene un blog de entrada diaria de unos diez folios de extensión que, a pesar de que lleva su firma, suena más a compendio de redacción porque es imposible que haya vivido todo lo que relata, si lo ha vivido no lo ha podido asimilar y si lo ha asimilado es que no le luce nada.
Decía Séneca que "a algunos se les considera grandes porque también se cuenta el pedestal".Creo que el marketing hace que los "grandes" gurús nos despierten expectativas desmedidas. Además conectan con la fantasía de que en algún sitio de ahí afuera hay un bálsamo de fierabrás para mis gripes G (de gestión, por supuesto).
En algún sitio hay que encontrar inspiración, pero nadie mejor que cada uno de nosotros para conocer en profundidad nuestros problemas y sus causas. Ahora bien, ¿son las charlas y los gurús las mejores fuentes de inspiración?
Mi experiencia particular dice que muchas veces he obtenido más inspiración y conocimiento del "crowd sourcing" que de los oráculos que nos indican los sacerdotes del culto empresarial.
Hola Katy:
Yo suelo decir lo de... ¿A dónde va Vicente? A donde va la gente.
Como muy bien dices, no debemos de tener tiempo para pensar por nosotros mismos, o simplemente nos hemos acostumbrado a que lo hagan otros y nos digan qué es lo mejor y allá vamos como borregos.
Me alegro de que te haya gustado.
Hola Fernando:
Me alegro de haber generado un poco de polémica.
He querido ser un poco radical en el planteamiento, porque hay mucho "vendedor de humo" por ahí y porque me venía muy bien en relación al título de la entrada. Nosotros también contratamos a gente famosa (digamos famosilla, que la famosa es demasiado cara para y se acerca más al perfil del planteamiento que hago) para dar conferencias a empresarios locales. Pero lo que hacemos es huir de la conferencia por la conferencia, de la experiencia "güay" (la del chico del garaje, por ejemplo) que sólo sirve para un caso concreto.
Si en realidad estamos 100% de acuerdo.
Hola Josep Julián:
Como le he dicho a Fernando, estoy 100% de acuerdo con lo que dices. Una de las claves que mencionas es la implicación del ponente, bajar a tierra, ponerse las botas y meterse en el barro del auditorio que tiene delante, si me permites la metáfora.
Cuando el ponente no pregunta por la clase de público que va a tener delante con el fin de adaptar su discurso y sus ejemplos... malo, malo.
Un abrazo.
Hola Alberto:
Estoy totalmente convencido que la mayoría de las veces la inspiración viene de los sitios más sencillos, como apuntas. Es que no puede ser de otra manera. Tampoco es que me quiera cargar a los gurus, seguro que podrían tener un papel mucho más importante, pero desgraciadamente en el contexto social que hemos creado sólo ocupan el papel de "estrellas deslumbrantes" y es que de tanta luz que emiten nos ciegan.
Lo del pedestal muy bueno. No lo había oído.
Hola, Javier:
Como acertadamente habéis comentado, no es que sea malo seguir a los conferenciantes siempre que sus experiencias encuentren paralelismo con nuestra situación. Por eso hay que prevenirse frente a los de los mundos de Yuppie, aquellos que muestran un mundo feliz... que sólo pertenece a ellos.
Volver a la realidad, cuando uno entra de nuevo en su empresa, me recuerda -como cliente, no como expositor- a las ferias de muestras (en España o en el extranjero). Cierto que son momentos excelentes para las relaciones, pero la flash-visión que se te muestra se contrapone cuando a tu regreso, en el despacho, vuelves a ver los vencimientos, miras con preocupación las cifras de negocio y te entra el gusanillo de la duda cuando repasas los pedidos que puedas haber hecho en los stands.
Como decía en el último artículo, los magos de la motivación presentan únicamente el "haber" en los balances; se suelen olvidar del "debe".
Un saludo, Javier
Hola Germán:
Gracias por darte un paseo por mi blog.
Totalmente de acuerdo con lo que dices, por eso, cuando me toca estar a mi en el "púlpito" trato de hacer lo imposible por dejar abiertas vías de comunicación con el público, porque sé que si alguna semilla ha caido en tierra fértil es imprescindible dejar un "libro de instrucciones", valga la metáfora.
Un abrazo.
Buenos días,
un profesor que tuve, dijo que debíamos buscar la llave donde está la llave, y no donde está la luz. (Nos hacía visualizar que se nos caía la llave en el rellano de la escalera, y que incosncientemente pulsábamos el interruptor de la luz, y mirábamos debajo...¡pero allí no estaba la llave!. Tambien te puedo hablar de lo que sucede en las pasarelas de la moda...esas esmirriadas señoritas que portan unos harapos imposibles no sólo de comprar sino de llevar...la diferencia entre la tendencia y la moda.
Pepu indicaba una tendencia, pero la moda, la de verdad es la que tienes tu en tu "casa".
Estoy contigo: MENOS GURÚS VENIDOS A MÁS, y más colaboradores de codo con codo que aporten ideas reales a problemas reales!!!!!
un saludo otra vez, M.
Hola de nuevo MaS:
Lo de la moda me ha gustado mucho porque define perfectamente la parte más frívola de las cosas, que es donde nos solemos quedar. Como si nos diese miedo a profundizar y encontrarnos con lo que no queremos, que suele ser nuestra propia ignorancia. Pero también pasa que lo que nos impide ver ese "miedo" es que igual somos capaces de hacer cosas realmente importantes ¿no te parece?
Un abrazo.
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