Las vivencias de un viaje casi nunca van acompañadas de las fotos adecuadas, si es que fuese posible fotografiar las vivencias. Cierto, no siempre es imposible pero es muy difícil. E incluso diría que la obsesión por las fotos te impediría disfrutar del momento.
Lo digo porque el "club de fans" pide algo más que unas pocas fotos de un viaje de 5 semanas, y es que me resulta muy difícil resumir sentimientos, emociones, experiencias... sin llegar a equipararme al "abuelo cebolleta" y regodearme en interminables relatos sin interés. Tengo mucho peligro cuando me lanzo. Me solía pasar cuando enseñaba a los amigos fotos de otros viajes, hasta que me di cuenta de que se terminaban durmiendo.
El pasado sábado publiqué las 4 primeras fotos de la primera etapa del viaje a Argentina y Chile: Iguazú. E iluso de mi, pretendía (y todavía pretendo) resumir esta maravillosa experiencia con una pocas fotos. Que por cierto, bastante me cuesta elegirlas entre los varios miles que hice.
Es cierto, así vistas son como cualesquiera otras que se encuentran en internet. Tal vez haya conseguido acercar un poco la inmensa belleza del momento, pero la experiencia fue más que eso: El primer día en el lado brasileño, el cielo estaba encapotado y llovía un suave xirimiri. No había demasiada gente por las pasarelas, lo que hacía inmensos aquellos momentos en los que te detenías a escuchar el tremendo bramido del agua al caer. Era sobrecogedor. El segundo día, por el lado argentino el laberinto de pasarelas era interminable, se podían ver las cataratas desde innumerables ángulos. ¡Qué maravilla! Mientras, el eterno rugido nos recordaba el infinito poder de la naturaleza.
Pero la experiencia es más que cataratas, es el paseo por Puerto Iguazú, es el regateo con los innumerables cambistas de la calle en la búsqueda del mejor cambio de moneda, es la charla con el Argentino bebedor de mate que va con el termo a todas partes, es la mirada sin esperanza de la mujer desdentada con tres niños pequeños tirada en una esquina de la calle, es la parrilla de carne que se enciende al atardecer...
Está bien, lo reconozco, intentaré acompañar las fotos con algunas experiencias, y procuraré ser lo más conciso posible.
No prometo nada.
4 comentarios:
Como bien dices, los viajes son vivencias personas difíciles, por no decir imposibles de trasladar a otros por muy bueno que uno sea describiendo, pero como sabemos que tu cuentas muy bien, al menos puedes hacernos la boca agua con lo que has visto y padecido que seguramente también, son estos pequeños detalles los que quedan para siempre y los que son dificiles de que la gente entienda, sobre todo si no ha viajado.
Abrazos.
Hola Emilio Manuel.
Pues ná, allá vamos.
Un abrazo.
Estuve en las Cataratas del Niagara una vez y varias veces en las de Iguazú y nada que ver las unas con las otras. Las primeras al lado de estas parecían pipi de gato, pero ¡qué publicidad les hacían los estadounidenses! .
No me gusta lo del "viejo cebollero" que mencionas. Es cierto que hay gente que se aburre de los viajes de otros, pro es gente que no quiere aprender sobre otras culturas o lugares o que tiene envidia porque no es capaz de lanzarse a un viaje así, por sus propios medios, como Uds lo hicieron. Me encantaría ver más de tus fotos y saber más de vuestras experiencias, además de que te quedaría un "Diario" de viaje para releer en la vejez y recordarlo. Musuak eta besarkadak x 2
Gracias Myriam.
Seguiré contando la aventura. Espero que te guste.
Musu bat.
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