De vacaciones en Llabià, un pequeño pueblo del Ampurdan, en una de sus entradas, a ambos lados de lo que puede ser una carretera sin asfaltar, te vas encontrando estas magníficas esculturas.
Busco información y descubro que son obra de Josep Coll, electricista de profesión, dueño de una masía dedicada al turismo rural en el mismo pueblo.
Paseo y disfruto entre estas sugerentes formas mientras el sol, poco a poco, se va perdiendo por el horizonte.
12 comentarios:
Esto del arte ha degenerado -como casi todo. Saludotes.
Una maravilla poder transitar por esa carretera. Aunque me conformo con tu magnifico reportaje.
Hay mucho arte en ese electricista "no degenerado", al que hay que sumar el tuyo fotográfico.
Un abrazo.
Qué maravilla de esculturas, me encantannnnnnn.
Hola ASÍ NOS VA.
Tampoco es para tanto, ¿no?
Yo creo que en esta ocasión es un acierto.
Esas formas en pleno entorno rural, cayendo la tarde, me parecen muy bonitas.
Saludos.
Hola Juan.
Comparto totalmente tu opinión.
Un abrazo.
Hola Tracy.
Cuánto me alegro! :-)
Aunque reconozco su valor, no entiendo el llamado arte moderno, sin embargo si que me gustan las obras de los pintores callejeros.
Saludos
Muy elegantes.
Hola Emilio Manuel.
Como siempre se dice, todo es cuestión de gustos.
Pero en el contexto en el que están estas esculturas, seguro que te habrían gustado.
Un abrazo.
Hola manouche.
Gracias. :-)
Formas muy originales.
¡Gracias por presentarme a este escultor!
Besos
Hola Myriam.
De nada :-)
Musu bat.
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