También es cierto que tontos no son y por supuesto que ya lo saben. Decía
el otro día una enfermera en un mensaje por Facebook que esperaba
que todos estos aplausos solidarios se repitiesen cuando, después de
esta crisis, salgan de nuevo a la calle a pedir mejores condiciones
laborales y salariales.
¿Me equivoco o estamos saliendo a aplaudir sólo a los sanitarios? ¿Y el resto de los que hemos nombrado nuevos "héroes"? Si ya tengo el temor de que nadie va a dar un duro por los sanitarios el día después, ¿De verdad alguien se cree que los de la limpieza van a tener "valedores"?
¿Me equivoco o estamos saliendo a aplaudir sólo a los sanitarios? ¿Y el resto de los que hemos nombrado nuevos "héroes"? Si ya tengo el temor de que nadie va a dar un duro por los sanitarios el día después, ¿De verdad alguien se cree que los de la limpieza van a tener "valedores"?
¿Solidaridad? ¿Apostamos a que no nos vamos a acordar ni de unos ni de otros?
La
base de la sociedad capitalista es la “competitividad”. No
sabemos generar economía de otra manera y nuestras relaciones
humanas están lastradas precisamente por esa lucha continua. Forzar
la introducción del concepto “solidaridad” en un contexto de
absoluta y desmedida competencia puede ser un ejercicio
bienintencionado pero inútil. Competitividad y Solidaridad son dos
conceptos que no “maridan” bien, por mucho que se nos llene la
boca. Cuando aparecen en una misma frase, ¿Cómo se suele decir? Ah, sí, oximorón.
Queremos creer que de esta tremenda crisis podría salir un mundo mejor, pero todo el mundo está aprovechando el tiempo de confinamiento para afilar los cuchillos. Lo están haciendo los chinos, los coreanos, los alemanes, los nórdicos..., mientras nuestros políticos de la extrema derecha y los neofascistas juegan a hundir el barco lo antes posible. ¿Por qué ibamos a ser nosotros diferentes?
Queremos creer que de esta tremenda crisis podría salir un mundo mejor, pero todo el mundo está aprovechando el tiempo de confinamiento para afilar los cuchillos. Lo están haciendo los chinos, los coreanos, los alemanes, los nórdicos..., mientras nuestros políticos de la extrema derecha y los neofascistas juegan a hundir el barco lo antes posible. ¿Por qué ibamos a ser nosotros diferentes?
Ya
nos han avisado que el P.I.B. de España bajará un mínimo de un 8%
y el desempleo superará el 20%. ¿De verdad pensamos que alguien va
a seguir utilizando la palabra “Solidaridad” el día después?
Todo lo contrario. Ahora más que nunca se producirá una desbandada
al grito de “¡Sálvese quien pueda!”.
10 comentarios:
¡Jo, chico, cómo eres¡
¡Qué jodidamente realista!
Ya ves, hoy tocaba baño de realismo :-)
Lo de "Sálvese quien pueda" se está diciendo desde el minuto uno de la pandemia, aquí cada uno que se lama su cipote. Esto me trae a la memoria, esa enfermera que habiéndose contagiado, su casero la expulsa de la casa en la que vivía, está enfermera decía que el personaje salia todas las tardes a aplaudir, menudo pieza.
Un abrazo.
leo tu entrada y le doy las buenas tardes a la tristeza. ¿Que nos tiene que pasar para que aprendamos de una puñetera vez?
Es real, pero descorazonador ese baño de realismo y aunque me aparezcan mensajes de esperanza, los "adentros" me dicen que todo lo que expones es dolorosamente real y posible.
Un abrazo.
Hola Emilio Manuel.
Somos la perdición.
Un abrazo.
Hola Juan.
Y a pesar de todo, no pierdo la esperanza.
Un abrazo.
Quiero confiar en que los aplausos vendrán seguidos de apoyo cuando se pida en las calles lo que es necesario para la sanidad pública y para dotarla de todo aquello de lo que se la desmanteló.
Hola Tracy.
A pesar de todo, yo también quiero confiar.
quedar positivo y sonar en un mundo mejor...
Cuidate bien viajero aventuroso !
Gracias manouche :-)
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