Estoy oyendo demasiado eso de que 2020 es un año “para olvidar”. Yo creo todo lo contrario, que es un año que deberíamos tener muy presente en los próximos años e incluso en las próximas décadas. Quizá precisamente porque olvidamos tanto y tanto somos lo que somos y estamos donde estamos.
Hay muchas cosas de las que han pasado que no podemos permitirnos el lujo de olvidar. Creo que no podemos olvidar los aplausos hipócritas de la primera parte de la pandemia, ni a esas supuestas minorías que pretendían echar a los sanitarios de sus comunidades, porque tenían miedo al contagio. Cuando no eran agresiones físicas, claro. Todo muy minoritario, eso sí. Igual que los primeros botellones que nos escandalizaban. ¿Cómo degeneró todo aquello en fiestas clandestinas y enfrentamientos con la policía?
No podemos ni debemos olvidar la falta de liderazgo político en todo este proceso. ¿Y la capacidad de gestión política de la pandemia? En fin… terrible, patético. De la oposición ni hablamos: Menuda cuadrilla de impresentables, cuyo patrimonio ha sido y es la bandera y el insulto. Gracias a los unos y a los otros, tenemos la mierda de país que tenemos. Seguro que no nos merecemos toda esta cutrez, pero me cuesta digerirlo.
Tenemos el país con una de las tasas de desempleo más altas de Europa. Una tasa de desempleo que se cronifica por encima del 10% crisis tras crisis. Cuando ya bajamos al 9% no nos lo podemos ni creer. ¿La pobreza? Pues también de las tasas más altas de Europa. Aquí los records siempre en lo más mísero. Además de mierda de país, tenemos una mierda de políticos y una mierda de economía. Aquí no hay manera de avanzar si no es a trompicones y sobresaltos. Que hablando de sobresaltos, ahí tenemos siempre listos a los de los tanques, dispuestos a entregar la vida (de los demás) por España.
Y que decir del Rey Emérito. Da vergüenza ver a políticos de un lado y de otro, ahora sí, defendiendo lo indefendible. ¡Qué nivel Marivel!
Brexit, Trump, record mundial de de desplazados, record de millonarios… hambre, miseria, racismo… Fascismo galopante… Y finalmente el imparable Cambio Climático.
Lo
siento, no puedo ver por ningún lado algo que destile bondad,
amabilidad, humanidad… que no quede aplastado inmediatamente por la
bota del poder. No consigo visualizar ni un resquicio por el que
entre un poco de luz limpia que nos permita tener esperanzas en el futuro. No lo veo.