PRIVATIZAR PRIMERO RESCATAR DESPUÉS

Uno de los múltiples engaños con los que nos somete el sistema económico que disfrutamos es su animadversión hacia todo lo que huele a "sector público". La fiebre por privatizar todo no tiene límite bajo la escusa de que desde el ámbito privado todo se gestiona mejor, lo que no deja de ser una burda mentira que de tanto repetirse parece que se ha convertido en una verdad absoluta.

Son innumerables las empresas públicas que se han podido privatizar tan sólo en los últimos 20 años. Algunas tan estratégicas para el Estado como las eléctricas y la banca estatal, que la había, aunque algunos no se acuerden.

¿Y qué ha pasado después de las privatizaciones? Abusos de poder por parte de las eléctricas que funcionan como un monopolio y escándalos bancarios por doquier. Y sobre todo, rescates, a las eléctricas más disimulado, pero rescate y a la banca a lo bestia. Por resumir: miles de millones tirados a la basura.

¿Se sabe cuánto dinero nos está costando todo esto? ¿Hubiese pasado algo parecido si hubiesen permanecido en el sector público? Lo más seguro es que no, sobre todo si se hiciese un pequeño esfuerzo por mejorar la gestión de las empresas públicas.

 Hay una cosa cierta, a la derecha... española, y desgraciadamente también la izquierda, le salen sarpullidos cuando oyen hablar del sector público. No pasa lo mismo en los países más adelantados de Europa, donde el sector público es un sector brillante y saneado... gobierne quien gobierne.


La izquierda, que es la supuesta defensora del sector público, nunca ha hecho una verdadera defensa del mismo, más allá de hablar de aumentar la contratación de personal para, supuestamente, dar más y mejores servicios. Pero desgraciadamente lo que realmente se ha hecho ha sido colocar a los amigos, para tener una administración fiel y sumisa. A nadie le ha importado la gestión eficiente.

El tiempo pasa, la administración empeora y nadie quiere ser consciente de la urgente necesidad de priorizar una reforma seria de la administración sobre muchas de las cuestiones "de estado" que están ahora mismo en primera línea de preocupación.

Sí, ya sé que hay muchas cosas urgentes en este país, pero a esta alguien la debería poner en la agenda.

Pero sigamos hablando de las terceras elecciones el 25 de diciembre, que tienen su puntito.